—Reep.—Llama Opeth.—Deténte ahora mismo.
—¿Opeth?—Le responde el ángel negro.—¿Qué haces aquí?
—Vine para asesinar al bastardo de allá.—Responde señalando a Sacrapos.
—Tendrás que esperar. Ya lo tengo yo.
—No puedes asesinarlo.
—¿Y por qué no debería hacerlo?
—Por que si lo asesina alguien que no sea yo, él explotará y a tu mundo contigo y con todos nosotros en él.
—¿Entonces qué esperas?—Opeth comienza a caminar hacia Sacrapos y justo cuando se prepara para atacarlo, él se teletransporta fuera del planeta y sus tropas lo siguen.
—Oh, mierda.—Suelta Opeth.—Al gobernador Satán no le va a gustar esto en lo absoluto.
—¿Tú crees?—Le respondo con un poco de enojo contenido y camino hacia mis claymore para recogerlas y guardarlas dentro de sus fundas en mi espalda.
Me dirijo hacia Saurom y veo que está hablando con Satán en un comunicador con un holograma de Satán en tiempo real.
—Quiero que lo rastreen y encuentren.—Le ordena Satán a Saurom.—Intentaré mandar a todos mis soldados disponibles para intentar contener a los demás skouro.
—Entendido, gobernador.—Le responde Saurom y apaga el comunicador.
—¿Qué sucede?—Le pregunto y él vuelve su mirada hacia mí.
—No volveremos a Tyhjyys hasta haber derrotado a Sacrapos.—Me responde.—Satán está desesperado por acabar con los skouro... incluso más que nosotros mismos.
—¿Crees que las tropas de Araquiel nos puedan brindar apoyo y provisiones?
—Ese inútil con suerte puede sostener su imperio. ¿Qué te hace creer que nos va a ayudar?
—Pensaba que sus problemas eran menores.
—Cuando dice problemas menores realmente está queriendo decir que va a requerir de un milagro para poder sostenerse.
—Claro... tengo una duda, ¿tú crees que...?—Saurom me calla con su mano y se vuelve hacia los reaper.
—Ya vámonos. Sacrapos debe estar reuniéndose con alguno de sus hermanos y si no llegamos a tiempo, todo se va a ir al carajo.
—Los acroceos iremos con ustedes.—Anuncia Reep.
—Ustedes se van a quedar aquí.—Le responde Saurom.—No voy a sacrificar más vidas de las necesarias.
—No le estaba pidiendo permiso, soldado.—Insiste Reep y extiende sus alas para subir a uno de los juggernaut de Opeth.
Saurom sube a la cabina de un drenix y éste se alza para subir al juggernaut de uno de sus generales, yo por mi parte extiendo mis alas y subo al juggernaut del general Vokodlok.
Al entrar a la cabina en la que se encuentran los operadores del juggernaut, Vokodlok me ve y se hace a un lado para dejarme ver el frente despejado.
—¿Cuál es la situación, señor?—Me pregunta.
—El gobernador Satán no nos dejará pisar Tyhjyys hasta no haber derrotado a Sacrapos, tal vez ya esté con uno de sus hermanos... tal vez tengamos que derrotar a todos los que estén con él para poder volver a Tyhjyys.
—Entendido.—Vokodlok se vuelve hacia sus operadores y después mira al frente.—Quiero a todos nuestros juggernaut atrás de los dragones del alto general Ambicatus. Manténganse lo más cerca que puedan de la guarnición y no pierdan el curso de esta.
—Aquí el alto general Dynamo.—Llama desde el comunicador.—Mis rastreadores encontraron a Sacrapos cerca del planeta Andro. Está reuniéndose con Gobanno.
—Wasp.—Responde Ambicatus.—Fijen el curso hacia el planeta Wasp y prepárense para volver a combatir contra Sacrapos y Gobanno, tal vez recibamos una resistencia fuerte de parte de los skouro, así que prepárense para saltar de los juggernaut.
—Entendido.—Responde uno de los operadores.—Preparen los generadores para abrir los portales.
Cuatro púas que terminan con una esfera negra en la punta se iluminan en una combinación entre verde y azul y lanzan un rayo que al converger con los otros tres abre un portal, los generadores se apagan y el juggernaut cruza lentamente el portal.
Al salir del portal,aparecemos en una zona rocosa nevada y veo que una figura sale corriendo al vernos, yo salto y vuelo lo más rápido que puedo hacia ella, al alcanzarla, embisto y tiro al soldado al suelo, ambos rodamos hasta que clavo mi mano en la nieve y nos detenemos, el soldado intenta huir pero yo lo tomo de la pantorrilla y él vuelve a caer.
—¿Quién es tu líder?—Le pregunto colocando un pugio en su cuello.—¿Gobanno? ¿Tulianum? ¿Uxellodunon?
—Ya es tarde, clarividente.—Me responde.—Los skouro están listos para lanzar la ofensiva masiva más grande que esta galaxia jamás haya visto. Ustedes no tienen salvación.
—Eso se puede debatir.—Le respondo,
—Yo creo que no.—El ztracze saca uno de mis pugios de su funda y lo clava en su propio cuello.
—Carajo.—Murmuro y veo a los juggernaut lanzando ráfagas de fuego hacia el otro lado de la montaña en la que alcancé al ztracze que se quitó la vida y algunos drenix comienzan a cargar cabinas de transporte.
Me levanto quitando el pugio del cuello del ztracze muerto y guardando ambos en sus fundas, comienzo a correr colina arriba y me encuentro con el ejército de Sacrapos en un campamento improvisado ubicado en una pequeña depresión rodeada de otras montañas parecidas a ésta, extiendo mis alas y me elevo para ubicar a Sacrapos en el centro del campamento, me dirijo hacia él y esta vez lo tomo del cuello, avanzo algunos metros y lo lanzo contra una roca que sobresale del suelo. Sacrapos se levanta y con sus manos crea una espada exactamente igual a la que tenía antes de salir del planeta de los acroceos.
—Así que has vuelto.—Suelta mientras alza levemente su espada.—¿Quién diría que serías tan necio y resistente?
—Hablas demasiado.—Me abalanzo hacia Sacrapos pero él se teletransporta fuera del campo y la hoja de mi espada cae en la nieve.—Ya van dos, cobarde.
Los ztracze vuelven a seguir a Sacrapos y la batalla finaliza rápidamente.
—No me gusta este lugar.—Me dice Reep caminando desde atrás y se detiene a mi lado.
—¿Tienes frío?—Le pregunto.
—Es soportable.—Me responde.—El problema está en los prisioneros del campamento.
—¿Qué viste?
—Será mejor que los veas tú.
Reep me guía hacia unas jaulas de madera cubiertas de piel y al llegar a ellas, quito los cobertores.
—¿Acroceos?—Pregunta un ángel muy diferente a los caídos.
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Renacer #5 - Revelaciones
AçãoLa orden de centuriones ha vencido a otro de los señores oscuros, listos para lanzar una ofensiva final hacia las cuarto brechas de donde los últimos hermanos de Demogorgón saldrán, los clarividentes tendrán que colaborar con Aphelion para encontrar...