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JongDae se encontraba fuera de la secundaria del menor, esperándole ya que este sabía que hoy salía más temprano de lo normal.

Y como todo novio sobre protector que era no le gustaba dejar a su bebé sólo, por lo que le informó por mensaje que le iría a buscar y le llevaría a su trabajo.

Cuando le vio llegar, le veía radiante como siempre, fue hasta al auto caminando con tranquilidad y una línea recta en sus labios.

Siempre era así, cuando el chico no estaba en su casa, era alguien súper serio.

En cuanto el pequeño estaba ya dentro del auto, una sonrisa gigante suplantó la linea que antes había; su sonrisa era de tal magnitud, que sus ojos habían formado una línea, "Eye smile" como algunos le decían.

- Eres una dulzura. -

Le dijo el mayor mientras reía y se acercaba a él para plantar un beso en sus labios, al separarse dejó una mano sobre su muslo y lo apretó levemente.

- Te vienes conmigo al trabajo. -

Le dijo mirando hacia el frente y arrancando por fin el automóvil.

El pequeño sólo asintió con una sonrisa, era la primera vez que iba al trabajo de su pareja.

Pasaron unos diez minutos cuando por fin llegaron, JongDae dejó al pequeño en la cafetería del lugar, pidiéndole que por favor no se mueva de ahí y que volvería en un rato.

Habían pasado ahora como cuarenta minutos en el que Min permaneció jugando con su móvil y comiendo galletitas que le había preparado su mayor cuando la puerta se abrió.

Se dio vuelta en su asiento de golpe, pensando que seria JongDae, pero ingrata fue su sorpresa cuando tres hombres entraron, ninguno era su chico.

Abultó sus labios y se giró en su lugar para continuar comiendo y jugando, al verle ahí tan solo se decidieron a acercarse y hablarle. Aunque sólo querían ligar con el pequeño de mejillas gorditas.

- Hola, dulzura. -

Habló uno.

- Este no es un lugar para niños. ¿Qué haces aquí? -

Preguntó el otro acercándose por el otro lado de la silla, dejandole acorralado.

- Es - espero a mi da-

Se cayó de golpe, casi diciendo la palabra prohibida frente a los demás ahí.

- A - a mi novio. -

Dijo ahora, practicamente escondiéndose en su lugar, quería que su "Jongie" apareciera de una vez.

- Alejense de él. -

Una voz resonó en la habitación detrás de ellos, era JongDae. MinSeok se paró de golpe, empujando al hombre y corriendo al lado de su salvador.

- ¡Váyanse de aquí ahora mismo! -

Alzó la voz mientras su mano se dirigía a las caderas de su niño y lo atraía a él posesivamente.

Los tres hombres prácticamente corrieron para salir del lugar, toda la oficina sabía que no debía meterse con Kim JongDae.

En cuanto estuvieron solos en la habitación Min se aferró a su pareja mientras lloriqueaba por el miedo que había sentido segundos atrás.

- Ya pasó, ya pasó. -

Susurró en su cuello mientras acariciaba su cabello y espalda con lentitud.

- ¿Vamos a casa? -

Preguntó brindándole una bella sonrisa que enamoraba al pequeño cada vez más, este sólo asintió y tomó su caja con galletas para así poder irse con su "daddy".

Daddy ; chenminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora