Capitulo 5: Mafia?

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-No puedo devolverte él dinero -dije muy bajo pero al parecer el logro escucharme-

-Claro que lo harás -tomo mi rostro presionándolo muy fuerte- a menos que quieras tener más problemas de los que ya tienes -su cara estaba a solo centímetros de la mía y su tono dejaba ver que nada bueno seguiría para mi, trague grueso sabiendo que ese dinero ya me lo había gastado-

Iba a hablar pero la presión que ejercía contra mi rostro no me lo permitía, me estaba tomando demasiado fuerte, sin querer mi mirada choco con la suya, me soltó bruscamente.

-Responde! -ordenó tan secamente como si fuera un simple peón que debía seguir sus órdenes que no se de donde pero saqué el suficiente valor para responder-

-No te devolveré el dinero porque ya me lo gasté -dije fuerte y claro además que en un tono desafiante-

Su cara era un poema parecía atónito con lo que le había dicho, por un segundo me entraron ganas de reír pero lo que siguió fue realmente horrible, un golpe en seco impacto contra mi pierna, me había golpeado con la mano abierta, sentía el ardor en mi pierna y no podía hacer nada para aliviarlo.

-Hijo de puta -gruñí por lo bajo contenido las ganas de soltar un cúmulo de groserías-

-Pequeña perra ladrona -gruñó- esta te va a costar más cara de lo que si quiera te puedas llegar a imaginar- se dio la vuelta y salió cerrando con un gran portazo y dejándome nuevamente en total oscuridad-

Las horas pasaban o al menos eso suponía yo ya que se me hacía difícil saber si quiera si era de día o de noche, al cabo de lo que según yo fue una eternidad me quede dormida en una posición bastante incómoda, mi cabeza no tenía apoyo, pero nunca se debe subestimar el poder del sueño.

Me desperté al escuchar unas voces provenientes de algún lugar y al notar que por debajo de la puerta se colaba una pequeña linea dé luz interrumpida por unas sombras di por hecho que estaban tras de la puerta. No lograba llegar a entender lo que decían pero al parecer estaban teniendo una acalorada discusión, o al menos eso creía yo ya que los murmullos cada vez iban en aumento hasta que en cierto momento una de las sobras se fue y segundos después la puerta se abrió.

Yo esperaba que fuera el tipo al que le robe el dinero el cual vendría otra vez a decirme que se lo devolviese o algo por el estilo pero no era el.

-Que tal linda -un rubio oxigenado con una gran sonrisa blanca fue lo que divise cuando mis ojos lograron adaptarse a la luz-

-Yo te conozco... -las palabras salieron de mi boca antes de poder pensar si quiera. Su sonrisa se ensanchó aún más-

-Me halagas querida -fruncí el ceño cuando comenzó a acercarse, intenté mover mis manos pero lo que hice fue hacerme daño en las muñecas lo cual me hico hacer una mueca de dolor-

-Vaya putada lo de las ataduras eh? -dejo de acercarse y chasqueo con la lengua- pero te lo buscaste pequeña nadie te mando a meterte con el jefe -negó con la cabeza como si desaprobara mi comportamiento-

-Puedes soltarme? -esta vez había logrado morder mi lengua para no mandarlo a la mierda-

El rubio se carcajeó en mi cara como si acabara de contarle el mejor chiste de su vida.

-En serio eres tan ingenua? -fruncí el ceño. Yo no era una ingenua- linda te metiste con uno de los mafiosos más poderosos, en serio crees que te dejaremos ir tan fácil? -En ese momento palidecí, sentí que mi cuerpo volvía gelatina y como las palabras se atragantaban en mi boca, yo pensaba que me había metido con algún riquillo y estaba retenida por sus matones pero vaya sorpresa me lleve. Me metí justo en la boca del lobo-

-Ma~ma~fioso -tartamudeé, el rubio se cruzo de brazos y asintió-

-Estas jodida lindura... -el rubio seguía sonriendo cosa que empezó a alterarme aun mas el muy maldito era escalofriante-

Muchas cosas al azar comenzaron a pasar por mi mente. Como podría hacer para devolver ese dinero? Me matarían? Me golpearían? Sería una opción aguantar la respiración y suicidarme? Por que el rubio me decía esto? Quería asustarme? Porque si ese era su objetivo lo logro.

-Déjame ir, te juro que no le diré a nadie que me ayudaste, me iré del país. Puedo darte dinero -el Rubio estaba por responderme cuando se escucharon unos pasos y sin previó aviso salió de la habitación tan rápido como pudo, dejándome otra vez a la merced de la oscuridad.




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Ladrona: Robándole a la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora