Fiolee: Quedate Conmigo ❤

Capítulo 4: ¿Una Nueva Amiga?

*Fionna*

Marshall me trajo a un karaoque que estaba cerca de la ciudad.
Nunca había entrado a uno, casi siempre me la pasaba en la casa con Cake y con mi linda gatita canela.

Estaba tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta que Marshall me estaba mirando, alzó la mirada y lo veo directamente a los ojos, por un momento baja la mirada y se lame los labios.
No pude evitar pensar en él beso que me dio hace trato...

(Flash Back)

Marshall se separo lentamente de mi volteando de reojo al individuo.

–Creo que ya se fue...– dijo mientras miraba por donde se había ido aquel señor

Estaba en shock no pensé que esto pasaría hoy. Mis mejillas estaban ardiendo y me corazón latía más rápido que otras veces, tanto que temía que Marshall las llegara a escuchar. No podía moverme estaba estática en él mismo sitio.

–¿Estas Bien Fionna?

No conteste, que le podía decir... Hey! Tu me robaste mi primer beso, ¿Quieres repetirlo? o mejor vamos por un helado. Obvio que no!
Al pasar menos de un minuto creo que lo comprendió ya que alzo las cejas y me mostró su gran dentadura de colgate.

–No me digas... ¿Qué es tu primer beso?

Mis mejillas se volvieron a colorar, lo empuje para que quitara esa sonrisa de insuficiencia.

–Claro que no tonto!

Desvíe la mirada al pavimentó, claro que era mi primer beso pero no se lo iba a confesar, peine mi cabello, era algo que hacia cuando estaba nerviosa. Él al parecer lo noto, me agarro la mandíbula de forma que lo mirara a los ojos.

–Qué tiene de malo, al menos fui él primero.

Si antes estaba roja ahora estaba peor...

–Callate Idiota!

–Tranquila fiera, ten para que te tranquilices.– Me entrego un helado que recién compró.

(Fin del Flash Back)

Salí de mis pensamientos cuando un micrófono me tapaba la vista de las frituras, alzo la vista con temor y veo la gran sonrisa de Marshall. Por Glob nunca deja de sonreír este hombre.

–Vamos Fionna, hay que cantar, los dos– Me dijo Marshall mientras buscaba una canción en su tablet.

A mi no me gustan cantar en publicó, solamente en la regadera y eso ya es mucho decir. En un movimiento torpe y nervioso aviento él micrófono, haciendo que este produzca ese sonido revienta tímpanos. Mi cara se pone roja de vergüenza y salgo huyendo del lugar sin importarme los gritos de los demás, en especial nos de Marshall.

«Al Siguiente Día »

Llegué como si nada a mi pupitre y saque mi libreta de dibujos, de verdad amaba dibujar y cómo no tengo amigos, tengo todo él tiempo suficiente para dedicarme a ello.

Saco mi teléfono y copio una imagen que escogí al azar, hasta que una mano se interpone. Gruño, enserio alguien se quiere morir hoy.

Miro al proveniente de la mano y veo a una chica de piel pálida, cabello extremadamente largo y unos ojos rubí como los de Marshall, iba acompañada de aquel rubio que me tiro ayer, al verlo involuntariamente, muestro una mueca de desagrado hacia él y una mirada que creó que le causo un escalofrío.