Capítulo 2

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Habían pasado ya los dos últimos meses de la carrera, al fin terminamos, recorría junto a Teddy y Maylen el campus por última vez.
-Voy a extrañarlos-dije apretando a Maylen y después Teddy se nos echó encima abrazándonos a las dos.
-¡Yo también la extrañare  horribles!-exclamo Teddy.
Maylen seco unas cuantas lágrimas de su rostro y nos abrazo diciendo.
-yo también voy a extrañarlos par de brutos...
Caminamos por los pasillos, mirábamos por las ventanas de los salones los pupitres vacíos y recordabamos las tantas experiencias que habíamos pasado en esta escuela y reíamos sin parar recordando aquella vez que Teddy había preparado una broma de moco de gorila para Maylen y le había salido mal ya que quien recibió la broma fue la señorita Coleman, nuestra profesora de Audiovisuales de segundo semestre. Habían tantas cosas que había vivido con ellos que ahora era difícil separarnos. Pero como todo ciclo hay un inicio y un fin, aunque no nos dejaríamos de ver ya estando fuera o al menos hablarnos por teléfono o vídeo llamada sería difícil saber que ya no pasaríamos todo el tiempo juntos como cuando estábamos estudiando.
-prometanlo-afirme con la voz garrasposa a causa de mis sentimientos.
-lo prometemos-dijeron al unisono y nos dimos un abrazo los tres.
Ya nos encontrábamos en el aeropuerto, no les cayó nada bien la noticia de que nos iríamos tanto a mis padres como a los de Teddy. De nuevo las cuestionantes.
-¿Estas segura de que quieres esto?-pregunto mamá acomodando los bordes de mi camisa y mientras yo afirmaba con mi cabeza y la veía a los ojos una lágrima cayó sobre su mejilla y se me abalanzó dandome el mejor de los abrazos que había podido darme en lo que llevo de vida.
Después papá me abrazó diciendo.
-saben que siempre estaremos esperándote en casa ¿Verdad?-mientras lo abrazaba le susurré al oído.
-no me arrepiento de nada, pa-y lo apreté más fuerte a mi pecho. Sabía que lo que había dicho lo dijo en forma de que si yo llegase a arrepentirme de haber ido a Nueva York tenía a dónde regresar. Pero la verdad es que nunca había estado más decidida que ahora. Por último tome a Esteban y Axel por los hombros y abrazándolos les dije.
-¡Más les vale cuidar de mamá!-ellos rieron para después apretarme más a ellos.
Caminé con la valija más pequeña que llevaría conmigo en el avión y mientras subía las escaleras eléctricas ajustaba mi mano despidiéndome de mi familia.
Di un largo suspiro una vez que estaba ya dentro del avión en el asiento que me correspondía. Algo nuevo comenzaba, un nuevo proyecto, un nuevo trabajo, una nueva ciudad una nueva vida, mi nueva vida. Tendría la oportunidad de empezar desde cero en un lugar donde no conocía a nadie y nadie me conocía a mi.
El enfoque y visión que tenía para mi meta tendría que irlo construyendo poco a poco.
En un nuevo espacio ir creando esas relaciones de amistad, de trabajo, compañerismo y conocimientos para sacar adelante mi futuro era fascinante y nostálgico a la vez. Me sentía poderosa pero a la vez tan temerosa. Había conseguido un pequeño departamento al oeste de la ciudad de nueva York y tenía tres entrevistas una con la editorial del periódico más renombrado de la ciudad el New York Times, otra con una agencia de moda llamada Next Management y otra con una pequeña empresa periodística en la ciudad llamada Daily News. Estaba tan ansiosa y nerviosa por saber a cual de estos trabajos pertenecería, aunque me inclinaba más por el periódico de New York Times ya que es una empresa reconocida a nivel mundial.

Te Encontré©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora