Capítulo 26

77 5 0
                                    


Todo iba demasiado bien, después de que regresamos de aquel bello lugar donde la habíamos pasado increíble llegue a mi oficina, archive algunas cuantas entrevistas que tenía para la semana y una vez que termine sonó mi teléfono y conteste en alta voz.

–¿si?

–Marlon pide que te presentes en su oficina...¡ahora!

Al tono que había utilizado Meredith para solicitar que fuera a la oficina de Marlon, pensé lo peor, así que respire profundo tome una libreta y una pluma y fui hasta donde se encontraba la oficina de mi jefe, antes de entrar Meredith me detuvo e hizo unos comentarios que aunque me relajaron y aclararon mi mente un poco me intrigaron.

–Que suertudota, ¡eh!

–¿De que hablas Mered?

–Pues de que siempre te vez rodeada de puro galán...

–Deja de bromear ¿quieres?

–No, no quiero, allá adentro esta un bombón que...¡OH MY GOD!

–¡Ya basta Mered!

–Bueno, bueno, no digas que no te lo advertí, deja le anuncio a Marlon que estas aquí.

–Claro...

Me quede a un lado del escritorio de Meredith en lo que ella le decía al jefe que yo estaba ahí. Lo que dijo Meredith me intrigo ¿Que estaba haciendo Marlon con un chico nuevo? Actualmente la plantilla del trabajo estaba cubierta, a excepción de Marlen que estaba en incapacidades por lo de la maternidad, pero no creo que la fuese a remplazar era su mejor empleada como para hacer eso, así que, ¿Que era lo que hacía Marlon con ese chico nuevo? ya que según Mered nunca lo había visto por aquí, y a parte llego con Marlon así que ni siquiera supo su nombre puesto que entro junto con el jefe a la oficina, pues bien, podría ser algún cliente o conocido de Marlon. Por fin Mered me dijo que entrara y cuando estuve frente a Marlon y el otro chico tuve un pequeño escalofrío que se magnifico una vez que aquel chico de cabellos castaños se puso en pie y dirigió su mirada hacia mi. Sentí como mis piernas no se mantenían firmes, como comenzó todo mi cuerpo a temblar y mi cabeza se perdió en él.

Ya decía yo por que el apellido de mi jefe se me hacía tan familiar, aquel chico de cabellos castaños y ojos azul claro, su nombre era Roland Dobbs, un estúpido niñato al que le había entregado lo mejor de mi y solo se largo, sin decir nada. Había quedad tan mal después de lo de Roland que cuando llegue a la universidad fueron Teddy y Maylen quienes se encargaron de hacer que Roland fuera un capitulo eliminado de mi vida, aunque en verdad lo habían logrado jamás me pregunte como sería si lo volviese a encontrar y he aquí la situación.

Solo escuche decir a Roland

–Mucho tiempo...

Y vaya que tenía razón habían pasado casi cinco años y lo que había sentido por el estaba siendo restregado en mi rostro, el había sido el amor de mi vida, lo sigue siendo, que digo, realmente nunca pude sacar a Roland de mi cabeza y ahora estaba ahí frente a mi, con ese porte que lo distinguía con esa mirada que atravesaba mi corazón y hacía revolotear la boca de mi estomago, lo admito seguía viéndose excepcionalmente atractivo, o más de lo que recordaba.

Te Encontré©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora