Cap 2 "No podía creerlo"

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Cap. 2 "No podía creerlo"

Las siguientes semanas pasaron muy normalmente, nada fuera de lo ordinario, menos mis sueños, soñé con el muchacho dos o tres veces más: amor, regalos, atardeceres y una que otra vez él manejando. Era raro pero de alguna manera me acostumbré a eso.

Lo que siempre era distinto es que en todos los sueños lo conocía. En cada uno de los sueños aparecía, con sus amigos, con su familia o con quien fuera, pero siempre se presentaba con miradas profundas, sus ojos verde esmeralda. Muchas veces me atascaba en el afán de conquistarlo, de ese jueguito coquetón de hacer que se interesara en mí, pero no era necesario, era como perfecta a su mirada, y solo quería luchar por mí.

Estuve muy estable en cuanto a mi salud, soy diabética, inyecto insulina en mi pansita y en mis piernas, cuatro veces al día. Hace un año lo soy, y este tiempo ha sido muy dificil para mí, pero mi familia ha sido un apoyo genial, y no me he sentido sola en lo absoluto. Soy feliz, no estoy feliz, soy feliz, no se si entiendas la diferencia, cristiana, 16 años, latina, bailarina y diabética.

Dios para mí lo es todo, mis principios, mis creencías, mis sueños y la realización de ellos, es el amor de mi vida, el dueño de mi corazón y mi profundo deseo para ser mejor, la motivación para levantarme cada mañana y hacer las cosas bien.

Bailo desde los tres años en una academia de mi ciudad, desde hip-hop hasta tango, desde tap hasta irlandes. Lo que ha hecho de mi academia, una familia para mí, el tiempo, un gran tesoro, mis profesores, casi padres para mí.

Ejemplos de vida Salomón, Dr. House y mi profesor de hip hop, los momentos díficiles me han hecho más fuerte, y he aprendido a vivir feliz en las adversidades, de eso se trata la vida, de bailar, sonreir y de ser feliz en la sequía y en la tormenta.

Los días se acercaban para la gran fecha y a travez del tiempo la emoción aumentaba. Todos hablaban de la fiesta de Juli, todos practicaban los pasos del vals, y planeaban que vestido iban a usar, mi elección era un vestido con la espalda descubierta en forma circular, baletas para poder bailar libremente y una trenza elegante en mis crespos finos.

Del europeo no supe mucho, Juli recibió varias fotos de él y no quizo mostrármelas, yo no creía que fuera tan importante saber de él y aunque los últimos días me llené de ansiedad por eso, no pregunté, no hay nada mejor que el tiempo, esa era uno de los momentos para confirmarlo.

Por el contrario, encontré en el celular de Juli varias veces fotos mías, de solo mi figura en el horizonte vacio, a menudo me hacía preguntas personales, extrañada pedía explicaciones y decía que no haría nada con las fotos y los datos, no sospeché nada, confié ciegamente, si señor.

-Mathew llega una semana antes a la fiesta. -me dijo Juli una tarde en el colegio, faltando poco para eso.

-Tú sabes que no hay problema.- le dije tranquilamente, suspiré y luego agregué -solo... Me asusta un poquito que no pueda aprenderse los pasos facilmente.-

-¡Ay! Eres la que más se sabe la coreografía, todo va a salir bien, ademas el va a practicar con todo el ánimo.- me dijo mientras yo dudaba.

-llega el lunes que viene. Hable con él hace poco y me dijo que llegaba en la tarde, que pasaba por ti y ensayarían.-

-el lunes?- dije. Me seguía asustando aún la idea, padres protectores, pareja desconocida, baile rapido y poco tiempo. -Listo. Solo, dame su telefono para darle mi dirección y todo. ¿Habla español? ¿Ya tiene el vestido y todo?-

Juli rió sutilmente por las preguntas.

-si, habla español muy bien, y me dijo que iría a conseguir pronto el vestido. No te preocupes más. Todo va a salir bien.- Dijo mientras me abrazaba tan tierna como inocentemente.

-confiaré- susurré sintiendome más segura, mientras me interrumpía hablando del vestido, del lugar y de la torta ¡Sus padres estaban invirtiendo tanto en ella! faltaba poco y la fiesta se sentía muy cerca.

Los días pasaban rápidamente, el tiempo parecía volar. Deje de soñar con aquel misterioso y hermoso caballero, dueño de mis sueños y el trato de Dios y mi pasión por él eran cada día más grandes. En cuanto a la diabetes y los cuidados me volví muy disciplinada y no sé si sea madurez pero extrañamente, la despelucada y despreocupada persona que acostumbraba ser, se habia marchado, y la que esperaba a Mathew ese lunes en la tarde para conocerlo era una muy bien arreglada y peinada, estaba bonita y no habian razones.

La primera vez que supe de él fue en una llamada. Esa tarde me llamó para decir que iría por mí. Tenía una grave voz encantadora y me sentí muy nerviosa tán solo escuchandolo. Mas tarde llegó, puntualmente estuvo en mi casa.

Creí que sería un completo desconocido, no conocía a ningún europeo, más que un lejano pariente familiar, no imaginé jamás encontrarme con alguien tan conocido, con un rostro tán peculiar.

Me había arreglado muy sencillamente, una media cola, un jean oscuro y apretado y una camisa rosa pastel que hacían juego con mis baleticas. Una loción tropical de mis favoritas me acompañaba, la fragancia y un pequeño bolso marrón para la insulina. Todo junto a una sonrisa, me sentía en una cita ciegas, nunca nadie había ido a recojerme. Y sí, estaba soltera.

Me llamaron de la portería para poder dejarlo seguir, yo salí de la casa ansiosa, y un carro hermoso giró por la calle principal de mi manzana. ¿Será él? ¡Que ansiedad! Un afán grande por conocerlo me inundó mientras veía como paraba. Apagó el carro y me miro fijamente, se bajó de su carro para saludarme y quede muy sorprendida, alto, no demasiado, solo lo suficiente, ojos claros, hermosisimos. No mucho músculo, lo suficiente para verse bien en una cámiseta sin mangas, crespos castaños y sonrisa perfecta. No entendía su sonrisa, pero me perdía en ella mientras se acercaba a mí, se estaba acercando a mí y tuve que ser fuerte para intentar ocultar mi cara de sorpresa al verlo. El color de su piel, su forma de vestir, sus mágicos labios y su hermosa sonrisa.

Tenía al frente al hombre de mis sueños ¡Era él! Y era indiscutiblemente increible.

Intenté actuar normal mientras caminaba hacia a mí para darme un abrazo y me mataba lentamente con su perfume, con su aroma y su increíble estilo. Traía una pequeña cajita, dijo que era un regalo, que lo abriera despues, que le encantaba haberme podido conocer y ambos sonreíamos de oreja a oreja mientras me daba cuenta que tenía en frente al hombre de mis sueños.

Cuanto más se acercaba a mi, más lo confirmaba, ojos verde esmeralda, cabello marrón angel, y labios hermosamente mordibles. Era un poco más alto que yo, lo reconocí de inmediato. Traía una camisa blanca, unas gafas oscuras, y unos zapatos grandes. Su pelo largo y ondulado muy diferente a todo el mundo, se veía sexy en cantidades alarmantes y yo no podía creerlo.

SUS OJOS VERDE ESMERALDA (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora