Cap.9 "Ademas no estás sola hermosa."

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Cap. 9 "Ademas, no estás sola, hermosa."

-Él es Mat- le dije a mi profesora aclarando mi garganta- Mathew. -

Sandra, quien nos estaba esperando y nos saluda con una sonrisa debajo del marco de la puerta, estrecha la mano de Mathew y me mira con ojos de aprobación.

-Mucho gusto, Mathew. Yo soy Sandra, la encargada de los bailes para los quince años de Juliana.-

Nos invitó a seguir adelante comentandonos que la practica sería dividida en dos partes. Bailaríamos el vals unas tres veces, ya que estaba muy bien -según le habían comentado los instructores con quienes habíamos ensayado esa semana- para ocuparnos despues de el baile de las mujeres.

En esas recibí una llamada de mi mamá, quería decirme que no tenía ganas de cocinar y bromeando dijo que habian tomado la decisión de que fueramos a un restaurante para cenar esa noche con Mat y que era formal para que no fuera tan.... Despues de entrenar.

Hablé con Mat y me dijo que mientras yo ensayaba el iría a comprar algo para mí. No acepté, pero tampoco tenía otra alternativa, así que despues de unos segundos insistió en que quería darme un regalo y ya no hubo forma alguna de decir que no. Y que mientras ensayabamos el baile de las mujeres, el iría a arreglarse al hotel y vendría por mí para que yo hiciera lo mismo. Pensar en estar en la misma habitación de hotel que Mat ya me estremecía, pero entre el ensayo y la cena no había mucho tiempo.

Le dije que me parecía bien y se fue despues de ensayar el vals.

Pero cuando regresó por mí, con su camisa elegante y sus util olor a colonia irresistible, apenas pude saludarlo antes de entrar en llanto. Había estado intentando ser lo suficientemente fuerte para no llorar en la academia, pero ya no podía. Iba tranquila, lo salude tranquila, y cuando me preguntó por como me habia ido, las lagrimas empezaron a caer por mis mejillas.

-mal- le dije, tapando mi cara con mis manos, como si escondiendome en mi misma pudiera ocultar mi tristeza.

Escuché su suspiro y luego como ponía el carro en marcha dandome un poco de tiempo para calmarme.

Funcionó, me di cuenta que eso era lo unico que necesitaba, saber que contaba con alguien, que estaba con Mat en la comodidad de su carro y no llorando por la calle esperando tomar un bus. Mi respiración fue recordando su normalidad.

Sentía como me miraba de reojo, era una mirada dificil de describir, no era pesar, ni lastima, era cariño y ternura, era ansias de verme mejor.

Paramos en un semáforo y aparté mis manos de la cara, sintiendome mucho más tranquila.

-¿Qué pasó, princesa?- mencionó entonces con su atractiva voz grave.

Suspiré, lo miré a los ojos quierendo solo perderme en ellos y el hilo de voz que me quedaba intentó explicarle:

- No pude hacer la clase, se bajó tanto mi azucar que no pude continuar- el semaforo nos ordenaba avanzar asi que Mat arrancó de nuevo mientras me escuchaba. -Comí pero tenía que esperar a que mi glucosa estuviera estable antes de seguir bailando.-

Dicíendoselo sonaba tan ilógico, mis lágrimas tomaban tan poca importancia, que intenté explicarme mejor: -Mat, no te imaginas la sensación, de querer hacer algo con el corazón, de bailar porque es mi pasión y terminar solo viendo. De anhelar estar ahí, pero con sudor en la frente y sangre en los dedos, solo terminar viendo.-

Me sentía realmente triste y no tenía palabras para hacerme entender, es una sensación inexplicable, es como un ¿por qué no puedo hacer lo que de verdad quiero hacer? ¿Por qué tengo que quedarme aquí sentada?

Mat solo escuchaba, manejó así hasta un lugar cercano donde pudiera estacionar, apagó el carro, se quitó el cinturon y se movió hasta quedar mirandome. Sus calidas manos secaron mis lágrimas, me sentí tranquila solo viendo sus ojos, intenté dejar de llorar, de verdad.

-hermosa.- dijo Mat, y suspiró. - ¿Recuerdas eso de que no hay princesa si no se sube la torre primero?-

Asentí suavemente.

-Me refería a que no es posible que obtengas grandes recompenzas si no pasas por dificultades, porque simplemente no estarías lista para cuando lo bueno viniere. No es impedirte bailar, es valorar mucho más cuando puedas hacerlo y seguramente no sé como se siente, solo tú realmente lo sabes, pero te puedo decir que no es buscar el porqué? Es buscar el ¿para qué? ¿Qué propósito hay con todo esto?-

Me besó en la frente, y me acercó fuerte a su pecho.

-Ademas no estás sola, hermosa.- me dijo mientras sentía sus brazos alrededor de mí.

Realmente no hay nada que deseara más en ese instante que sus brazos alrededor de mí.

No pude amar más ese momento, Mat estaba ahí apoyandome, siendo mi alegría e impulsandome a seguir.

Supongo que mi vida es el resultado de momentos que me han marcado, ese momento, por ejemplo, en el que me sentí tan fuerte siendo tan debil. Momentos y personas que te marcan, momentos como ese, personas como Mat.

SUS OJOS VERDE ESMERALDA (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora