Empezar otra vez

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Estaba en el club de boxeo, ya era tarde, me encantaba golpear los sacos un par de horas hasta agotar mis fuerzas o hasta que me diera hambre que era lo que normalmente pasaba.

- Carajo otro saco roto -a veces no media mi fuerza descolgué el saco y puse uno nuevo, de la mochila saque cinta adhesiva y 60 dolares así lo vería Mike al llegar y sabría que hay que comprar uno nuevo, normal mente compraba dos, se enojaba por que dejaba mas dinero que el del costo real pero detestaba tener que hacerlo dar vueltas por mi culpa y mi descuido.

Tenia 5 años viniendo a este gimnasio y casi desde el principio Mike noto que no era una chica normal y decidió acogerme casi como un padre, me dejaba una copia de la llave para que fuera cuando quisiera y a pesar de que al principio se enojaba por los sacos rotos se fue acostumbrando a que los repusiera ya era casi un ritual semanal.

- Hola Mike buenas tardes

-Hola Ani tenia mucho que no venias a estas horas

- Si, tenia mucho que no te veía, como has estado?

- Bien - Lo note un poco extraño, distraído.

-Que pasa Mike? Todo esta bien? No tendrás problemas con el gimnasio? Sabes que puedo ayudarte en lo que necesites verdad?

- No es eso, vamos a la oficina tengo que hablar contigo.

Estaba muy preocupada, solo había hablado con migo una vez, y fue por un incidente con un chico que se quiso propasar, eso antes de empezar a ir por las noches.

- Ani estoy preocupado por ti

- De que hablas Mike? Todo esta bien con migo de que estas preocupado sabes que puedo cuidarme sola llevo haciéndolo muchos años - le di una sonrisa tranquila-

-Iré al grano, ayer vino un sujeto un poco extraño, pregunto sobre el gimnasio y todo normal hasta que pregunto si había alguna chica eso se me hizo raro pero pensé que era reclutado hasta que comento que buscaba a una amiga suya que practicaba boxeo, sus características no coincidían contigo al menos no físicamente pero algo en el me dio mucha desconfianza.

-Oh! Mmm como era él? -Me empece a sentir nerviosa-

- Parecía Alemán, alto, atlético un poco mal encarado.

- Ok, gracias por decírmelo, la verdad que nunca he salido de estados unidos y no recuerdo conocer a ningún Alemán pero no te preocupes seguro buscaban a alguien mas, al fin que como dices no coincido con la descripción cierto? -Le volví a sonreír, se notaba muy preocupado- Vamos quita esa cara amigo no pasa nada, sabes creo hoy no me quedare solo quería pasar a saludar, te veré mañana esta bien?

-Cuídate Ani eres como una hija para mi y no me gustaría que nada te pasara

-Gracias.

Estaba a punto de salir y me regrese a darle un abrazo, el también me abrazo estaba segura que entendía el porque lo hacia, esta era la ultima vez que lo vería. Me fui a mi departamento y saque mi baúl de recuerdos, revise todo y guarde lo esencial, los cuadernos de dibujo las pocas fotos que tenia de estos años, saque la ropa de mi armario y escogí un par de prendas, fui al super mercado que quedaba cerca y compre cajas y bolsas y unos cuantos víveres. Guarde la ropa en las bolsas, en las cajas puse los traste y accesorios que se podían re utilizar, estaba deshaciendo me de todo, todos los recuerdos de los últimos 5 años, lo subí a mi camioneta junto con lo que me llevaría, en la habitación solo deje los muebles y un sobre con el alquiler de ese mes y una nota para que vendieran los muebles o les hicieran lo que quisieran, cada despedida era difícil, cada lugar en el que vivía se convertía en mi pequeño hogar.

Debajo de una tabla tenia guardado dinero, también fui al banco y arregle todo para poder disponer de mi cuenta con otra identidad, siempre tenia un plan de reserva por si acaso.

Lleve las cosas a donar, solo me quede con el baúl, una maleta pequeña con ropa y mi mochila, siempre viajaba muy ligera. Cambie la camioneta por un coche y me dirigí nuevamente al gimnasio.

Me estacione varias cuadras alejada del lugar, cuando llegue había mucha gente y estaba una ambulancia y los bomberos, eso me asusto mucho, pregunte que había pasado.

- Al parecer intentaron robar el gimnasio y el dueño estaba ahí

- Que horrible -dije tranquila aunque por dentro moría de miedo, eso había sido culpa mía-

Subí al coche y seguí a la ambulancia muy discretamente, aparque fuera del hospital y espere a que diera media noche tal vez un poco mas.

Llegue a la sala de espera y vi a la esposa de Mike llorando junto a una mujer que la consolaba. No podía estar cerca, esto ya era arriesgado para mi y peligroso para ellos. Unos minutos después apareció el doctor y cuando termino de decirles algo vi que sonrieron, Mike estaba a salvo, solo había sido un pre-infarto por el susto que le ocasionaron y tenia unos cuantos golpes aunque me dolía podía marcharme tranquila.

En recepción deje un sobre para la familia, tenia dinero y una pequeña nota, enserio sentía mucho que esto pasara. Si tan solo dejara de perseguirme el pasado, si tan solo ellos dejaran de acecharme.

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