Estaba sentada en el parque buscando la exposición de los años 40's en el periódico cuando alguien se me acerco cautelosa mente, note su presencia un poco tarde y me dio un buen susto.
- Hola! ¿Puedo? -Me indico la banca y me sonrió-
-Hola Sam ¿como estas?
- Bastante bien, tenia dias que no te veia
- Si, estuve en casa varios dias
- Enferma?
- No, solo no quería salir -sonreí-
-¿Que haces?
-Busco una exposición que se inauguro ayer pero no encuentro el lugar -serio y saco su celular-
- Mira si entras a google puedes encontrar el lugar fácilmente, ¿de que se trata la exposición?
- Mmm es de los años 40's y si se que puedo buscarlo en google pero prefiero no usar el internet
- Pero es muy fácil o ¿no tienes la aplicación en tu celular?
-No tengo celular -subí los hombros despreocupada-
-¿Que? ¿No es cierto, quien no tiene celular? como te comunicas con su familia y amigos?
- Asi como estoy hablando ahora con tigo Sam
-Te pareces a un amigo -comenzó a reír- se caerían bien, también es un poco anticuado -señalo el periódico y volvió a reír- mira aquí esta la dirección del lugar.
-Perfecto dejame lo apunto.
- Linda libreta, se ve bastante antigua.
-Mmm si -no dije nada, cualquier dato extra podría delatarme-
-¿Puedo? -Tomo mi libreta y mi lapicero y apunto algo abajo de la dirección del museo- tal vez no tengas celular pero te daré mi numero por si necesitas algo ¿ok?
-Gracias Sam -me pare para marcharme- por cierto me llamo Alice, me tengo que ir fue un placer verte.
-Lo mismo digo Alice.
Ya en el desayuno estaba muy animada, me senté en la misma mesa dándole la espalda a todos, tome mi desayuno y platique un poco con Jenny, enserio me agradaba esta chica. Steve no llego, algo me llamaba la atención de ese chico y aun no sabia porque se me hacia tan conocido
El museo era en una casa antigua con varias salas, había de todo, ropa, utensilios, fotografías, todo muy interesante, la ultima sala era dedicada a la guerra, me quede unos minutos en la puerta, ya no faltaba mucho para que cerraran pero mis pies dudaban en entrar a esa sala hasta que me decidí.
Habia trajes desgastados, armas dañadas, cascos, insignias, y al final al doblar una esquina una pared estaba repleta de fotografías de esa época, comencé a recorrer con mi vista foto por foto memorizando cada detalle, viendo las sonrisas de los soldados o sus serios semblantes.
Al llegar a la ultima foto me quede helada, mi corazón se acelero y no soporte, las lagrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, una tras otra sin parar, ahí estaba esa chica rubia casi de cabello blanco de ojos muy claros con un peinado muy a la época, con una gran y sincera sonrisa, estaba junto a dos hombres un poco mas altos que ella muy bien parecidos uno mal encarado y el otro solo un poco serio y junto a otra chica de cabello castaño con una ligera sonrisa.
Suspire entrecortada mente recordando todo, viendo a esa chica sonriente que quería ayudar a su país y que detendría las balas por cualquiera de sus compañeros, esa chica lista que no le tenia miedo a nada ni a nadie veía a esa chica a Alexandra, me veía a mi hace casi 70 años.
- Vamos amigo, tienes que conocer a esta chica te va encantar -escuche unas voces pero no quería moverme de ahí-
-Dejame en paz aprecia el museo aprende un poco del pasado
- Bueno, bueno a ver platícame de todas estas fotos ¿reconoces a alguien?
Los dos chicos se acercaron a ese pasillo y quedaron en mi rango de vista, suspire sabiendo que no podría estar mucho tiempo ahí, seque mis lagrimas discretamente, baje la mirada y suspire, estaba por darme la vuelta cuando escuche mi nombre.
-Alice? -gire a ver a la persona que me hablaba-
-Hola Sam ¿que haces aquí? -dije con la voz un poco débil el camino hacia mi tapando a su acompañante-
- ¿Estas bien? -Sonreí y asentí con la cabeza- ¿segura?
-Si Sam, estoy segura
-Bueno, mmm el amigo que te mencione, el que te dije que seguro se caerían bien me hizo venir, creí que vendrías en la mañana
-Si, yo mm -hice un gesto con la cara-
- ¿Llevas aquí todo el día? -dijo preocupado-
-Culpable.
-¿Que foto veías? -Me dijo intentando distraerme un poco, dándome mi espacio- ¿Era esta? Wow que lindas chicas.
Su amigo se iba acercando, Sam se movió y vi que era el chico de la cafetería.
-Hey amigo ven ¿reconoces a estas personas?
-Déjame ver -antes de agacharse un poco me vio y me sonrió-
-Hola -dije muy por lo bajo-
-Y? Vamos mi amiga esta muy interesada en esa foto hay algo que contar?
- Si, el es el Coronel Phillips muy gruñón pero excelente en su trabajo, el general apersonan, era un buen chico, -suspiro un segundo- ella es Pegy Carter y esta chica rubia -se quedo pensando unos segundos y abrió mucho los ojos- wow la había olvidado por completo.
-¿Sabes quien es? -Dije un poco confundida, ¿como es que sabia de ellos? y en realidad no había registros míos en ninguna parte como para que el me reconociera, ya lo había verificado, todo se había perdido después o durante la guerra, ¿como podría conocer de ella de mi?-
- Si, la conocí al entrar a la milicia, se porto muy bien con migo a pesar de que no era nadie en esos días, era una chica encantadora, unos días después de mi llegada se fue y no supe nada de ella.
-¿Como? No estoy entendiendo nada ¿como pudiste conocerla? Perdón estoy muy confundida tendrías que tener mas de 90 años para haberla conocido.
-Tú ¿la conoces Ali? -Dijo Steve-
- Yo -empece a titubear- no, lo siento me tengo que ir.
Sali corriendo de ese lugar, escuchaba la voz de Sam gritar mi nombre pero no gire a ver, corrí, corrí y seguí corriendo hasta llegar a casa, tenia mucho tiempo que no iba tan rápido. Entre y me deje caer sobre la cama y llore hasta quedarme dormida.
A veces en mis sueños recordaba mi primera misión, recordaba como había dejado el campamento en medio de la noche y me introducir en el bosque decidida a cumplir mi cometido.
Recordaba a todas esas personas a las que solo quería matar pero en cambio ayudaba a destruir algunas vidas solo para salvar cientos mas.
Desperté un poco agitada, ya era tarde pero no me levante solo seguí acostada hasta volver a quedarme dormida.
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Fugitiva
FanficA veces en mis sueños, recordaba mi primera misión, recordaba como había dejado el campamento en medio de la noche y me introducía en el bosque decidida a cumplir mi cometido y siempre despertaba igual, agitada, llena de rabia, llena de dolor y des...