Martes por la mañana, primer dia de clase.
No me apetece nada levantarme de la cama, se que tengo que ir. Me pondré mi falda larga como siempre y mi camisa nueva del buho.
- Marinaaaaaa! - (se escucha por la ventana)
- Ya bajo - Le grité.
Era Lucía, mi mejor amiga, que aunque fuesemos a institutos diferentes, pasaba a buscarme para que no me sintiese sola.
Una vez allí, me despedí de Lucía con un poco de verguenza. Todo el mundo tenía su grupo de amigos y ahí estaba yo, tan sola y sin amigos. Empezar de nuevo me va a resultar bastante mas complicado que en primaria. Todos los chicos de aquí son grandes y fuertes y en comparación conmigo parecían castillos. Yo soy bajita, algo rubia pero solo las raices porque tengo el pelo teñido a marrón, mis ojos son verde azulados y un poquito timida pero soy amigable.
Nos fuimos a reunir al gran pabellón deportivo para que nos asignaran una clase. Había mucha gente, de diferentes cursos y edades, pero todos con sus respectivos grupos de amigos, riendo, derrochando felicidad.
Me sentía un poco sola, pero tenía que mantener la compostura, el instituto es duro y si te rebajas te verán como el rival devil. Ya las clases estaban asignadas, 1ºB, una buena clase. Nada más entrar me senté en la mitad de la clase, no quería parecer ni empollona ni macarra, todo dependía del sitio.
- Hola a todos, bienvenidos al San Patrick's. Veo muchas caras nuevas, umm... tú, ¿como te llamas?- Me apuntó a mi, tenía miedo, no sabía como reaccionar.
- Me llamo Marina señor. - Logré decir con la cabeza gacha
- ¿Eres nueva?
No respondí. El profesor me mandó sentar, por suerte se dió cuenta de que estaba nerviosa y decidió acabar con mi sufrimiento.
