Inevitable Seducción

Capítulo I un día común.

La alarma se destroza por el impacto contra la pared, odio levantarme temprano los domingos pero hoy es día de entrenamiento.
Estoy atrapado en la cama con dos mujeres que no recuerdo sus nombres y tampoco me interesa saberlo. Tengo un dolor de cabeza terrible por la borrachera de ayer.

Busco en mi armario ropa limpia, observó a mí alrededor y definitivamente mi apartamento es un basurero. Entro a la ducha, me gusta tomarme mi tiempo para pensar sobre lo que hago todos los días.

Salgo completamente desnudo y las chicas aún no se levantan, me visto rápidamente y escribo una nota para ellas: "Fue un gusto coger, hasta nunca".

Tengo ganas de algo que me levante el animo y que mejor opción que un café y hay una en especial que me gusta visitar.
-Hey hola Alex como estás el día de hoy.
-Bien Mike, solo vengo por lo siempre.
-Claro, claro aquí tengo listo tu café.
Mike me conoce desde que era un niño y es de los pocos demonios a los que realmente respeto.
-Alex quiero hablar contigo sobre la vida que llevas.
Oh no, el sermón matutino de Mike nunca puede faltar un domingo.
Mi disgusto es notorio y el decide no hablar, yo se lo agradezco en silencio porque no estoy de humor para escuchar los consejos que me se de memoria.

-Creí que no vendrías.
-Ahhh casi pero es peor quedarme en casa.
-Tú no cambias Alex y suelta una carcajada que resuena en cada rincón del lugar.
-créeme ya se lo que estás pensando así que por favor, no me digas nada.
-está bien y... ¿Con cuántas mujeres tuviste sexo ayer?.
-No lo recuerdo Luke, hoy estaban dos chicas en mi cama y no tengo ni la mínima idea de como llegaron ahí.

-Ay Alex, tienes que dejar ese estilo de vida.
-Buuu, ya me aburriste y le lanzó el recipiente vacío.
-Ya no diré nada pero estoy seguro que tu vida va cambiar.
-Soy un demonio, ¿Qué se supone que tengo que hacer? ¿Ir a un convento? Me rio pero inmediatamente me detengo por la tremenda cruda que tengo encima.
-Lo eres pero quizás deberías ser un demonio decente, sabes, tienes suerte de serlo apostaría lo que sea que como humano ya tendrías sífilis o chancro.

Arrugue mi rostro ante el comentario y trato de sacarme esa imagen perturbadora de mi cabeza.

Luke siempre tiene la esperanza de que cambie y deje de ser un mujeriego, es algo que hago muy bien, no hay mujer que ha estado conmigo y este insatisfecha.

Estoy entrenando con Luke en silencio. Estamos practicando con la espada y realmente estoy oxidado.

-Vaya vaya mira quién decidió venir hoy.
-Hola Óscar te alegras de verme.
-Siempre es un gusto verte, Alex.

Puedo sentir el sarcasmo de sus palabras, él siempre quiere competir conmigo pero... no puede superarme, yo simplemente soy perfecto.
Hay una mujer al lado de Óscar... es hermosa.
-¿Quién es ella?.
-Te presentó a Mabel, Mi hermana.

Estoy totalmente sorprendido, no sabía que Óscar tuviera una hermana tan... sexy. Es posible que ahora este en mi lista de conquista.
Le dedicó una mirada y una sonrisa coqueta, ella tímidamente me devuelve la sonrisa. Vaya al parecer será una presa fácil.

Una voz imponente nos indica que terminó el entrenamiento y que nos quiere ver a todos.
Esa voz pertenece a David, un hombre sumamente alto y robusto con cara seria y tez blanca. Sus ojos son negros como la noche y es el jefe.

-Alexander Ross.
-Aquí estoy. Estoy de pie frente a él, me analiza con su mirada fría y yo le devuelvo el gesto.
-Hoy te toca ir a ti.

No digo nada, y el se marcha. Mabel me sonríe de lejos y se despide con un gesto.

-Espero que no estés pensando en tener sexo con ella.
-Suena horrible cuándo sale de tu boca Luke.
Él me sonríe y apoya su mano sobre mi hombro. Eso sólo lo hace cuándo está preocupado.
-¿Pasa algo?.
Él me ve a los ojos y no dice nada, me da la espalda y se va pero antes de perderse se voltea.
-Ten cuidado cuándo vayas arriba. No te excedas.

Yo solo me río ante su comentario, él siempre pensando en mi bienestar pero bueno, no es primera vez que voy a la tierra. Ahí es dónde siempre busco diversión.