Capítulo VIII Perdón.

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El agua de la ducha está más fría que de costumbre y no me siento bien conmigo mismo.
Busqué refugiarme en el sexo y sin embargo empeoró mis sentimientos por ella. Hoy al fin he decidido dejar de ser un cobarde y asumir mi responsabilidad.

-Necesito tú ayuda.
-¿Qué hiciste ahora?.
Me siento un poco avergonzado porque Luke siempre me saca de apuros y yo soy jodidamente bueno en buscarlos.
-Pues... quiero pedirle perdón a alguien.
-Interesante.
Estoy sorprendido por su respuesta ¿Interesante? Acaso es algo inapropiado pedir perdón por un error.
-Tú nunca pides perdón.

Esas palabras me atravesaron ya que él tiene razón, por una vez en mi corta vida reconozco que me he equivocado.
Agacho la cabeza por instinto y dispongo a marcharme.
-Lamento decirte esas palabras duras pero a veces es necesario ser directo y duro con las personas que amas.
Me quedé en completo silencio.

-¿por qué quieres pedir perdón y a quién?.
-Es Amalia, fui un bruto con ella y pues quiero disculparme.
-¿Intentaste hablar con ella?.
-No, busque otra salida.
-Se a que te refieres pero está mal lo que haces. Mi consejo es que hables con ella con tú corazón abierto.
-Eso es demasiado cursi, incluso para ti y yo no quiero algo con ella; simplemente me equivoqué y quiero repararlo.
-Pon el nombre que quieras a tus mentiras porque muy en el fondo tú no eres capaz de creerte a ti mismo.

Sentí una ligera punzada, él volvió a sacar ese lado que odio y es admitir que tiene razón. Soy un egoísta y por eso huyó de mis emociones y las encierro en un lugar inaccesible.
Pero Luke como mi mejor amigo y hermano, sabe como llegar hasta ahí.

Estoy absorto en mis pensamientos que ni me doy cuenta que choque contra mi jefe.
-¿Pasa algo Alex?.
-Ehh no, nada.
-¿Terminaste tú trabajo?.
-Por supuesto que sí, ya entregué mi reporte a su secretaria.

Él es sumamente alto y atlético; Es un adicto al gimnasio y quizás a los esteroides también.

Su apariencia suele ser intimidante pero no me dejo influenciar mucho por eso. Volviendo al asunto de Amalia ¿Qué chicharos se supone que le diga?.
Me estuve revolcando con varias mujeres tratando de olvidar ese mal momento pero en lugar de eso me sentí como... cretino.
Y si que lo soy.

Busqué un lugar en el parque y compré algo de comida francesa. Le pagué a alguien para que cuide el lugar y si es posible mejore la idea.
Si esto no funciona, tendré que pensar en otro plan y eso no es algo que me gusta hacer con frecuencia.
Estoy frente a la puerta indeciso ¡Hazlo! ¿Qué esperas?. Ojalá mi cerebro tubiera un botón de silencio que durara al menos una hora. No es necesario que me recuerde lo obvio.

Ella abre la puerta y se queda inmóvil al verme plantado frente a su puerta sin decir nada.

Lleva puesto un hermoso abrigo rojo y unos Jean negros que le quedan muy bien y un gorro de lana; ella iba a algún lugar obviamente.
-¿Tienes un minuto?.
-Esta bien, ¿Paso algo?.
Sin dudarlo la tome de su mano y la lleve corriendo al parque, de verdad nos veíamos ridículos corriendo por la calle llena de nieve pero al parecer a ella la hacía reír. Eso movió algo en mi corazón.
En ese instante me dí cuenta que su sonrisa puede derretir lo que sea, incluso a mí.

-Llegamos ¿Qué te parece?.
Era un kiosko iluminado con algunas luces tenues y la comida extendida, teníamos una vista perfecta del parque.
-Me gusta mucho, gracias.
Se sonroja y no pude evitar rozar su mejilla con el dorso de mi mano.

Me alivia saber que le gustó la sorpresa pero aún falta una cosa por hacer.

-Quiero que sepas... que fui un cretino contigo y no te lo mereces y bueno soy alguien que está acostumbrado a que las mujeres le digan si a la primera y que se lancen como locas sobre mi, estoy acostumbrado hacer lo que quiero sin dar explicaciones del porque o con quién.
Soy un egoísta por hacer algo que a mi me haría sentir bien pero no pensé en ti antes, se que esto suena como una declaración de amor pero no lo es, solo quería quitarme esto del pecho y ya no soportaba la culpa de haberte lastimado.

Suspiro brevemente y me dio un beso inesperado. Estaba tan sorprendido que no pude moverme por algunos segundos y la acerque a mi pecho de una manera delicada, como la dulce criatura que es.

Separó sus labios de los míos y en ese momento volví en si. No fue la sensación que tube cuándo la bese por primera vez en el carro, era una sensación diferente.
Realmente se siente bien ser besado por voluntad de la otra persona. Ser correspondido y que todas esas dudas se esfuman en un instante y darte la esperanza que puede haber más besos y hasta más.

-La cena estuvo deliciosa.
-La llevaré a su casa.
Verla cuándo se sonroja se ha convertido en un pequeño placer que no pensé llegar a disfrutar.

Se despidió de mí con un abrazo y la vi perderse dentro de la casa toque mi pecho y mi corazón no dejaba de saltar.

Solté todo el aire que tenía y ya estaba en camino a casa pero llego un mensaje de ella.

Feliz cumpleaños mi BBFF @AlejandraReader96  que Dios te llene de bendiciones y más, mi humilde regalo es esta simple dedicatoria de dos capítulos especialmente hechos para ti mi bebé. Gracias por ser la mejor amiga del mundo mi hermana mayor hahahaha y la mejor consejera de todas. Algún día celebraremos tú cumpleaños a lo grande y juntas. 😍😙😘
Atte Lisa Leodres.

Inevitable Seducción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora