Capítulo III Encuentro Inesperado.

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No hay día más perfecto que el sábado, hoy quiero tomar como si no hubiera mañana y acostarme con un par de chicas.
Estoy en el bar y de repente aparece una figura femenina en la puerta. Es despampanante.

Ella fija sus glaciales ojos en mí y me regala una sonrisa coqueta. Me acerco a ella con un trago extra.
-Vaya, nunca había visto un hombre tan... guapo.
Levanto una ceja y le guiño un ojo. Me siento a su lado, ella acerca la copa a sus labios y suavemente prueba el vino.

Le extiendo mí mano, y ella la toma. La llevo a la pista de baile y bailamos la primera pieza, sus manos comienzan a descender hasta llegar a mi trasero.
-Wow, tienes un trasero fantástico.
-Tú si sabes lo que quieres.
Me acerque a su cuello y comencé a besarla lentamente, su perfume es delicioso.

Ella susurra en mí oído un par de palabras y me saca de la pista de baile.
-Sube a mi auto.
-¿quieres ir en el mio?.
-Da igual, yo solo quiero sexo.
Saco mi lengua y saboreó mis labios, me encantan las mujeres así. Pervertidas que siempre dicen lo que quieren.
La tome fuerte de pelo y la acerque a mis labios fuertemente, mi mano libre comienza a recorrer su cuerpo. Su respiración se agitó.

Escucho su suave gemido y su cálido aliento en mi cuello al acariciar su clitoris. Estoy excitado y arrancó su vestido, ella no lleva nada de ropa interior.
-Calmate muchacho, hay que llegar a mi apartamento primero.
-Puedo darte un pequeño orgasmo antes de irnos.
Sus ojos brillan ante la idea de tener sexo en el auto y acaricia suavemente mi pene. Eso lo estimula más pero ella se detiene y comienza a manejar.

Es la primera vez que veo a una mujer desnuda conduciendo. Y solo me la imagino besando y succionando mi pene.
Llegamos más rápido de lo esperado y ella se baja así, desnuda.
-Eres la primer mujer que se atreve a caminar desnuda en su vecindario.
-No es nada que ellos no hayan visto.
Sonríe y me muestra su blanca y alineada dentadura.

Ella realmente no pierde el tiempo, inmediatamente al abrir la puerta me desabrocha el pantalón y arranca mi camisa. Con ambas manos acaricia todo mi torso, yo la agarro por la cintura y la elevó.
Ella rodea mi cintura con sus piernas y la llevo al sofá.

-Aquí no.
Dijo con una voz agitada. Me guió hasta la habitación principal y me derrumba sobre la cama, inmediatamente se sube a mí.
-Me encantan las mujeres que tienen el control.
Ella sonríe y lame sus dientes, en la oscuridad es muy difícil observar su rostro pero francamente eso no es lo que me interesa ver.

Ella besa mi torso y rápidamente baja hasta mi pene erecto. Muchas sensaciones me invaden, los que dicen que el sexo no es satisfactorio, se equivocan.

Es lo mejor que puedes hacer, y es más excitante cuándo te complacen.
Agarró su cabello y la quitó de mi pene, la tiré en la cama y comienzo a besarle el clitoris.
Bruscamente succiono su introito, y con la lengua analizo toda su vulva.
-Tú lengua es mágica.
Siento como ella se retuerce y su voz sus gemidos aumentan. Me levanto y colocó sus piernas sobre su pecho y la penetro.

Ell suelta un grito de placer pero no se queja. Me acerco a sus senos y vaya que son grandes y los succiono.
Eso la excita aún más y rápidamente le doy placer.

Después de una hora penetrandola ya llegó al climax, ella al parecer también.
Me acuesto a su lado, y me estiró como un gato que recién se levanta. Ella pasa su mano debajo de la manta y me masturba. Yo le devuelvo el favor besando sus enormes melones.

-Tienes los senos perfectos.
-Y tú el pene más grande, ni siquiera pude meterlo todo en mi boca.
Ella se detiene y me da un beso suave en la mejilla, eso me sorprende.
Le doy la espalda y me quedo dormido en mi lado de la cama.

Me quede dormido hasta tarde, ella no está pero dejo una nota:
"Muy buen sexo, si quieres repetir ya sabes dónde encontrarme".

Está chica si que me agrada, y dejó su número al final de la nota. Guardé su número, nunca se sabe.

Ya es mediodia y tengo que ir a entrenar, rayos Luke estará furioso conmigo por desaparecer pero valió la pena.

-Estaba preocupado.
-Disculpa, debí llamarte mamá.
-Ja ja muy gracioso, Anastasia quiere que vayas a comer con nosotros.
-Gracias y de verdad lo aprecio pero no puedo.
-¿Por que?.
-Estoy cansado.
-Bueno, pero ya sabes como se pone Anastasia cuándo la rechazan.
-Lidiare con eso.
-Suerte, nos vemos mañana.

Quiero reponer mis fuerzas y al llegar a mi apartamento vacío encuentro una carta.
Decido ignorarla y me recuesto sobre la cama.

Inevitable Seducción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora