En la vida existen
dos clases de chicos,
los normales y luego está Maven.—¡Mika, Ava!
Nos llama Tyler —rizos de oro— sentado junto al resto del grupo, en una de las tantas mesas de madera barnizada del extenso jardín universitario.
Ava y yo respondemos al llamado acercándonos a ellos, ya se nos está haciendo costumbre el sentarnos con los chicos, no solo a comer, en ocasiones gustamos de charlar de cosas al azar todos juntos, aunque yo no soy muy habladora aún. Todos hemos congeniado muy bien, por lo que no tardamos en introducirnos en su alegre grupo. Sentada a un lado de la mesa en frente de Ava, me decido a degustar mi comida sin saludar antes a cualquier persona en la mesa. No me malinterpreten, tengo hambre y esa hamburguesa me estaba guiñando el ojo, ¡no podía solo ignorar su sensual tentación!
—No sé cómo puedes comer eso —comenta Ava con desgrado.
A veces olvido lo intensa que se pone Ava cuando entra en modo vegetariana.
—Ay, solo es comida Ava, ya deja el drama —Desestimo su comentario con un manotón al aire.
—¡No es comida, es un cadáver!
Tengo hambre, estoy de mal humor, y sus comentarios no me ayudan. Eso es, sin duda, una mala combinación.
—¿Sí?, pues no has pensado lo mismo sobre el brócoli que comes, o tal vez las zanahorias, el pimentón y la cebolla. —contraataco con una ceja elevada— Porque, según estudios científicos, aseguran que las plantas están vivas, se reproducen y tienen hijos. ¿Qué tal sabe tu plato de huérfanos?
La tensión se palpa en la atmósfera en un repentino silencio, Ava me devuelve una mirada fiera que me indica que esto no quedará así, ella necesita probar su punto y borrar el efímero horror que sintió al saber que estaba comiendo "seres vivos". Yo tengo que destruir todas sus energías de debatir, para poder hincarle el diente a ese rica hamburguesa de doble carne.
Esa es la principal razón que desata la peor pelea de miradas entre nosotras, siento el sudor bajar por mi sien al hacer un esfuerzo de mantener la concentración, mientras trato de mantener la intensidad de mis ojos en un ataque fiero, empiezo a sentir un picor en la vista y me percato de que el nervio óptico de Ava está temblando.
¡Ja, la victoria es mía!
Pero sin aviso alguno la arpía rubia suelta un soplido a mi cara, me causa resequedad en los ojos logrando que aparte la vista para limpiarme y aliviar el dolor.
—¡Eres una vil tramposa! —La señalo en una evidente acusación.
¡Hizo trampa en la batalla de miradas, eso amerita una descalificación!
—En la guerra y el amor todo se vale, fue tú culpa por confiarte, así que yo gané. —Sonríe victoriosa, fanfarroneando de su sucio éxito— Tranquila, seré compasiva contigo y no me vanagloriaré demasiado. Después de todo, ya quedó claro quien es inferior.
—¡¿Qué?! Oh no estúpida, ¡estás muerta! —exclamo con toda la intención de rodear la mesa para llegar hasta ella.
—Ya, listo, fin de la ronda, es un empate —Apacigua Gabriela colocando sus manos en señal de paz, mientras Ava y yo nos volvemos a debatir en un duelo a muerte de miradas.
—Ya está por terminar el primer semestre —dice Josh tratando de iniciar una conversación.
—Yo estoy peligrando con Matemáticas —Se lamenta Ashley, quien es en demasía floja para estudiar, ella y Ava se dan la mano con facilidad.
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Cajitas de Cristal
Teen FictionHe pasado toda mi vida cuidando cada paso que debo dar, siempre pensando en qué será lo más aceptado por las personas a mi alrededor. Justo por esta razón me aventuré a mudarme a Coldprince, para iniciar la universidad y graduarme en arquitectura. ...