Infiltrado

Capítulo 1: Fuentes y Jamie

Todo estaba blanco. La nieve cubría mis huellas y el frío estremecía mis huesos.

Mi mandíbula iba de arriba hacia abajo con gran velocidad sin importar cuánto quisiera controlarla... el invierno en Shimerly Hills era simplemente hermoso y abrumador.

Jugaba con mis botas al mismo tiempo que me abría paso entre el concreto ahora lleno de nieve. Salí del pueblo un rato, y ahora estaba entrando de nuevo en el, mi perdición... Jamás me sentí tan mal de regresar a casa.

Sólo se escuchaban mis gritos hace unas 2 horas antes de desaparecer.

Me puse de cuclillas para agarrar un poco de nieve con mis guantes y la apoyé contra mi muy hinchada mejilla derecha. Me acerqué más al puente que separa Shimerly Hills de la nada. Mi pueblo no es tan pequeño como parece, y está situado en un pequeño lugar del estado de Colorado... cerca de Denver en un mapa y a varias horas en la realidad.

Paré en el puente. Observé el riachuelo bajo él; vi como el agua iba y venía, me preguntaba cosas sin sentido como "¿Cómo harás para quedarte?" o "¿Porqué no estás con tu madre?".

Simple.

Primero, es imposible quedarme sin ser asesinada por los tipos con los que mi padre se mete y segundo, es mi culpa que mi madre esté en el Instituto Mental de Denver.

Las respuestas de mis preguntas se hacían cada vez más obvias al igual que mi tiempo aquí más corto.

Decidí regresar a casa, por papá. Porque aunque me pegue sé que sólo intenta protegerme cuando no intenta matarme.

Caminé por el puente, atravesandolo. Me encontré a mi amiga Noël en el camino.

Nöel me miró con lástima y siguió caminando.

Todos los que iban pasando me miraban de igual manera: los vendedores, mis profesores, vecinos e incluso animales callejeros que, aunque sé que no hablan, me miraban.

Shimerly Hills era un pueblo pequeño; con tan solo decir que todos conocemos a todos y nadie conoce a nadie, si me explico.

Escuché sirenas y vi autos policíacos pasar a mi lado, luego vi que cruzaron hacia la derecha en la esquina.

"Mi casa" dije luego de 5 segundos de ver todo en cámara lenta y sin pensarlo dos veces corrí siguiendo a los autos.

Corrí como pude, con mi alma y mi corazón.

La nieve me hacía resbalar y llegué a la plaza en donde "solían" quemar a las brujas en los tiempos de antaño. Muy hermosa era aquella plaza.

Corrí hasta la fuente pero me resbale con un bloque de hielo.

Lo siguiente que sentí fue un fuerte pinchazo en la cabeza y escuché un leve pitido, el cual no me dejaba escuchar más nada.

Me pegué fuertemente en la cabeza con una fuente cuya fachada era 100% concreto.

Caí en la nieve, atontada por el golpe, y luego quise ver cuan fuerte estaba entonces. No pude levantarme completamente así que anduve a gatas por un rato pero luego, retorciéndome del dolor, caí desmayada.

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-Grace- escuché decir a alguien -Hey Grace. Levántate hermosa-

Abrí mis ojos con dificultad.

-¿Qué?- Dije gimiendo al mismo tiempo.

Vi a éste chico rubio, ojos oscuros y de dientes perfectos sonriendome. No lo conocía y tampoco sabía quien era... Siquiera sabía dónde estaba.

-¿Qué...?- Dije sin querer romper a llorar por el dolor de cabeza -¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?-

-Vas a estar bien, te traje a salvo.- dijo él.

-¿y tu eres...?- dije intentando sentarme.

-James... Crawford- sonrió de nuevo, ofreciéndome su mano -me dicen Jamie-