Capítulo 4: ... prostituta en un preescolar...

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Llegamos y la tía Hillary me mira con desprecio y felicidad fingida.

-¡Grace, querida! -dijo -No sabia que mi sobrino venía contigo... -eso es sinónimo de "¿Qué haces aquí? No sabía que Connor seguía siendo amigo de una chica pobre"

-Hola, tía -no la abracé ni nada, sólo pasé a la casa.

-Tía Hill... -dijo Connor dándole un beso en la mejilla y un abrazo a dicha señora que me hacía botar la paciencia.

La madre de Connor, estaba en la cocina.

La señora Jane y el señor George eran tan buenos de corazón como su hijo. En cambio Ireland, quien era su hermana, heredó la personalidad demoníaca y egoísta de su tía Hillary y el resto de la familia MacKenzie.

-Hola Grace -dijo la señora MacKenzie con un aire de felicidad.

-¡Hola! -dije - Huele muy bien lo que está cocinando...

-Gracias, es el plato favorito de ustedes dos... -dijo - lo hice especialmente para ti.

-Al fin alguien que no quiere matarme -susurré para mi y sonreí.

-Bueno, Jane -interrumpió la tía Hillary -mi estómago no soportará otras 3 horas. Es hora de cenar.

Fui al baño a lavarme las manos y preparé la mesa. La señora Jane había hecho un bistec con crema de champiñones y puré... y olía por todas partes... la casa estaba impregnada de aquel olor a champiñones frescos y carne que tanto nos gustaba a Connor y a mi.

Nos sentamos en la mesa y noté que sólo faltaba el señor MacKenzie, seguro estaba trabajando o había una tormenta de nieve. No lo sé.

Estábamos ya comiendo cuando de repente la tía Hillary abre su boca.

-Bueno... Grace -dijo la tía -¿Cuánto ganas? ¿Cuánto te pagan?

-¿Disculpe? -pregunto tomando un poco de agua.

-¿De qué vives?

-Bueno, -dije contando hasta diez mentalmente para no salir de control -acabamos de graduarnos del bachillerato y estoy como loca metiendo solicitudes en las universidades. Esto implica que no puedo trabajar 24/7...

-Ella trabajó como substituta en un preescolar -agrego Connor - y le pagaron muy bien.

La tía Hillary tosió "ahogándose"...

-¡Niña! -dijo ella horrorizada -¿Cómo puedes hacer eso...? ¡Es pecado!

-Tía Hillary, -dije yo -los niños lo necesitaban. Ayudarlos no es pecado.

-¡¿Cómo puedes ser prostituta en un preescolar!? -preguntó aún más horrorizada.

Me ahogué. Tragué la carne y al la tía decir eso no quiso seguir bajando, lo que me hizo comenzar a toser. Connor, muy preocupado, me alcanzó su vaso con agua y me hizo pasar la carne.

Ireland, ella estaba muerta de risa.

-¡Hillary! -dijo la señora Jane -¡Eso no estuvo bien!

-Cuando salías con George te hice lo mismo... -dijo Hillary.

-¡Tía, no es lo apropiado! -dijo Connor.

Cuando la carne por fin se movió, sólo tenía ganas de matar a esa señora. Es demasiado chocante.

-¡Miren! ¡Ya está bien...! -dijo abriendo la boca una vez más -¡Ya pueden dejar de preocuparse por gusto!

-Tía, por favor... -dijo Connor controlándose.

Luego de 5 minutos de silencio incómodo, la señora volvió a hablar.

«Al demonio los niños y al demonio las prostitutas... Una de nosotras no saldrá viva hoy» pensé.

-Grace, pero, en serio -dijo -¿Cuántos meses tienes?

-¡¿Disculpe!?

-Digo... Si Connor y tu siguen juntos después de lo de su otra amiguita esa, es por algo... Y no creo que sea matrimonio por la edad que tienen. -dijo -Además, ganaste unos kilitos -dijo susurrando.

-Tía Hillary... -dijo Connor.

-¿Es Connor bueno en la cama?

-¡¡¡Hillary!!! -dijo la madre de Connor.

-¡Está bien! -dijo Hillary.

Conté de nuevo hasta diez para calmarme.

-Bueno, señora MacKenzie... - dije aguantando las ganas de matar a Hillary -gracias por la cena... Ahora debo irme.

Se suponía que pasaría la noche, pero no me importó.

Salí de la casa y apenas pasaba el jardín, Connor me siguió.

-¡Grace! -gritó él desde la puerta de la casa de la indeseable señora - ¿A dónde vas?

-Mi casa en Shimerly Hills. -dije viendo como se acercaba a mi - No estaré donde no me quieren.

-No le hagas caso a mi tía -dice Connor -... Yo te quiero aquí.

-Preferiría mil veces una mordida de serpiente que quedarme aquí, Connor... En serio aprecio tu intento de ayudarme.

-¿Entonces que quieres hacer? -preguntó.

-Ir al pueblo.

-Es tarde, -dijo Connor decepcionándome -pero conozco un sitio.

Decidí dejar que me llevara, aunque no debería confiar en el después de lo que paso con su queridísima tía.

Llegamos a este hotel muy raro y costoso.

-Connor, -dije -no tienes que hacer esto.

-Está bien... Estaré contigo.

Fingí una sonrisa. Connor estaba haciendo demasiado por mi, y todo en sólo un día.

Subimos a la habitación y había sólo una cama, matrimonial...

-Toma la cama, -dijo Connor -yo dormiré donde sea.

-Dijiste que te quedarías -dije.

-Lo sé, -respondió -me refiero a que no dormiré en la cama... contigo.

Sonreí.

-¿Por qué no duermes en la cama? -pregunté -Te sentirás más cómodo.

Me observó de pies a cabeza sólo con los ojos...

-No... -dijo.

-Bien, puedes cambiar de opinión cuando quieras.

Me recosté en la cama y dormí profundamente, la última imagen que tuve de Connor fue cuando agarró una almohada y se durmió en una silla.

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Despierto, pero me niego a abrir los ojos... siento una mano que aleja mi cabello de mi cara.

-Buenos días, preciosa -susurra una voz gruesa y penetrante.

Abrí mis ojos y me sorprendo al ver a un tierno y recién despierto Connor. Sus ojos verdes estaban abiertos de tal manera que sintieras como si te están sonriendo.

Yo simplemente amo a Connor.

El siempre está allí para mi, y yo siempre estaré para él.

InfiltradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora