Prólogo.

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25 de septiembre de 2013.

– ¿Estás bien? –Alguien había entrado a los cambiadores de la escuela, la clase de educación física ya había terminado, y teníamos un receso para almorzar, pero estaba demasiado deprimida para eso, más que deprimida, estaba frustrada y enojada al mismo tiempo, me habían humillado, engañado, y llenado de falsas promesas.

–Sí…sí. –Me limpie las lágrimas rápidamente.

– ¿April? ¿No? –Era una chica, a la cual pude reconocer, la había visto unas cuantas veces caminar por la escuela, pero jamás habíamos hablado, era muy linda y se notaba que muchos chicos babeaban por ella. Era de estatura media, tenía el pelo castaño oscuro, casi negro, ojos color miel, y lo que más se le destacaba, era muy delgada y tenía una figura espectacular.

–Sí. –Asentí sin muchas ganas. Vaya una chica popular sabía mi nombre. No me malinterpreten, por popular no me refiero a esas plásticas de las películas que se acuestan con medio mundo.

–Soy Vania. –Me dio una cálida sonrisa, parecía amigable. – ¿Te puedo ayudar en algo?

–No...No lo creo. –Suspire.

–Anda, cuéntame que te pasa, nadie se resiste a la hora del almuerzo, menos si es día de patatas fritas. –Abrió bien los ojos, no sabía que significaba.

–Es mi novio…bueno ex supongo. –Respire hondo. –Le gusta otra chica, estaban besándose. –Mi voz se quebraba.

–Oh, pobrecita. –Se sentó junto a mí. –Apuesto a que no lo mereces.

–Dime como lo haces. –Cambie de tema, e intente tragarme la angustia junto con las lágrimas.

– ¿Hacer qué? –Me miro extrañamente.

–Llamar la atención de tantos chicos, debes tener algún truco ¿no? ¿Es por tu perfecta figura? –Arquee una ceja.

–No lo sé, no sé qué ven la verdad. –Se encogió de hombros.

–Oh vamos, eres muy linda, ya admítelo. –Le dije, estaba tomando más confianza.

– ¿Quieres saber cómo tener este cuerpo? –Cambio de tema. –Puedo decírtelo, pero es un completo secreto.

Asentí rápidamente. Quizá si tenía un cuerpo como el de Vania, mi ex-novio Daniel volvería corriendo a mis brazos, y además estaría en los sueños de todo el equipo de futbol americano.

–Debes prometer no decirle a nadie, solo puedo decirte si prometes unirte. –Dijo seria.

– ¿Unirme? ¿Unirme a qué? –Fruncí el ceño.

–Solo promételo. –Puso su dedo meñique casi enfrente de mi rostro, para que yo pudiera encajar el mío.

–Lo prometo. –Dije entrelazando ambos dedos. No podía ser algo tan malo…Eso pensé.

–Soy una princesa…una princesa Ana. –Sonrió ¿maliciosamente? ¿Con quién mierda estaba hablando?

–Una…princesa….Ana. –Repetí lentamente, intentando comprender las cosas, pero no sirvió de nada.

–Mira April, es algo así como un mundo, en el que chicas como yo, te ayudan a transformarte en toda una princesa, delgada, perfecta, es todo lo que importa. –Me explico.

– ¿Anoréxicas? –La cuestione.

–Esa palabra es algo fuerte, no podemos decirla. –Me tomo una mano, esto se estaba volviendo muy extraño. Se formó un silencio incomodo, quería escapar de esta chica, pero algo me hacía permanecer con ella.

Como toda chica adolecente normal, tenía mis inseguridades, jamás fui gorda, tampoco la más delgada, era simplemente normal, y me agradaba. Mis ojos color pardo, combinaban perfectamente con mi cabello color castaño. Tenía una estatura de 1,65. Como ven, no era una diosa, pero tampoco era una chica horrible.

– ¿Estás conmigo en esto? Digo, para que seas perfecta. –Insistió. En ese entonces, yo creía que lo perfecto era imposible. Lástima que no sabía que ese pensamiento se iría rápidamente de mi mente.

Dude varios segundos, no estaba pensando, solo estaba discutiendo con mi conciencia. Temía decirle que sí, pero no quería negarme.

–Lo hare. –Dije segura.

Ella me dio una gran sonrisa, parecía feliz de tener una nueva “princesa” en su extraño y distorsionado mundo.

–Bienvenida April, te transformare en toda una princesa Ana.

Ahora yo estaba camino a ser una princesa Ana, ni siquiera sabía bien el concepto. Ni siquiera sabía que podría llegar a ser peor que la misma Vania.

¿Quién diría que desde ese segundo mi vida cambiaría por completo?

The Crown © (Anorexia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora