Epílogo.

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27 de Septiembre de 2014.

 

Me encontraba sentada en la playa, mis padres accedieron a llevarme luego de haber salido del centro de rehabilitación unos 3 días atrás, en la cual pasé seis meses completos.

Unos seis meses duros, la verdad terribles en un principio, hasta darme cuenta de que estaba allí por mí, no estaba haciéndole un favor a nadie, solo estaba salvando mi  vida.

Subí bastantes kilos, llegue a los 52, y por primera vez desde que se desarrolló mi enfermedad, estaba feliz con ello, porque es un peso mucho más saludable comparado con lo que mi “meta” era, aunque jamás volví a pesar lo que pesé antes de conocer a Vania.

La anorexia no se cura, la enfermedad siempre estará ahí, por muchas clínicas o psicólogos que pases, la enfermedad no se curará, pero si se puede controlarla, que es distinto.

Me costó entender que estar tan delgada no me favorecía en nada, me tardó entender que yo no podía ser una princesa y que la perfección no existía.

Entonces, me di cuenta que no tenía que cambiar para ser aceptada, no tenía que dejar de ser yo misma para poder conseguir algo estúpido, porque nadie me amará si no empiezo por amarme a mí misma.

Almorzamos en un restaurant cercano a la playa aquel soleado día de otoño, el verano había terminado unos días atrás, pero al parecer el sol no quería despedirse aún. Mi familia se quedó haciendo eso que llaman sobremesa, yo no tenía ganas de quedarme allí encerrada, luego de haberlo estado por seis meses en aquel centro, así que decidí ir a sentarme en la arena, viendo como las olas se acercaban a mí, para luego arrepentirse y devolverse, y así volver a hacer el mismo movimiento una y otra vez.

Escuche una voz demasiado familiar a mis espaldas, me provocó un escalofrío en toda la espina dorsal, no quería que me viera, así que no voltee y esperé a que siguiera caminando. Ahora sí la observe, estaba radiante, recuperada, llena de vida, su cabello largo y brillante, su cuerpo recuperado, ya no habían huesos sobresalientes, sus mejillas incluso tenían un poco de color rosa natural en su piel bastante clara.

Vania.

Me alegre porque ella estaba bien, y al parecer con un novio, o un amigo, lo importante no era eso, sino que entendió que la vida si valía la pena, y que no necesitaba ser un esqueleto para ser feliz.

Me quede bastante rato  ahí sentada pensando, parecía que todo estaba en paz, por fin era libre.

Sentí que alguien se sentó junto a mí, y bastante cerca, gire mi cabeza para observar a aquella persona que me acompañaba, creyendo que era alguien de mi familia, pero no, era un chico que jamás en mi vida había visto.

–Hola. –Dijo el chico de preciosos y expresivos ojos verdes.

– ¿Hola? –Entre pregunté y saludé algo extrañada.

–Soy Cameron. –Me dedico una sonrisa.

–No te he preguntado. –Respondí irónicamente.

–Ahora es cuando dices tu nombre y no me humillas.

–Perdón pero no sigo tu filosofía, Ca-me-ron. –Lo molesté.

–Está bien entonces hagámoslo al revés, tengamos un hijo, casémonos, y luego nos conocemos ¿Te parece? –Arqueó una ceja mientras me observaba burlonamente.

–Tengo planes para mi vida y tú no estás en ellos, lo siento. –Alce los hombros.

–Me agradas... –Sonrió. –Callada.

–Tú decidiste hablarme. –Respondí seca.

–Touché. –Dijo para luego guardar unos cuantos minutos de silencio.

– ¿Entonces? ¿Por qué me hablaste? –Pregunte con ganas de romper el silencio.

–Te hablé porque creo que eres hermosa, fue inevitable.

Hermosa.

Hace unos cuantos meses atrás no lo hubiera creído, pero ahora sabía que no solo era hermosa por fuera, si no que era hermosa por dentro, lo cual era lo importante.

No nos dejemos engañar por quienes quieren manejar nuestros "ideales". Vivamos en paz y sin culpa, tú eres más que una imagen, valórate y ámate por lo que eres, no por cómo te ves, para ser feliz hace falta, sobre todo, estar conforme con uno mismo.

Y recuerda, no tienes que intentar ser algo que no eres, no tienes que intentar si no quieres hacerlo, pero siempre levántate y sigue adelante.

“La vida tiene diferentes capítulos, un mal capitulo no significa el final de la historia”

La vida es un largo viaje que nos tiene muchas cosas preparadas.

–Por cierto, me llamo April. 

F I N 

The Crown © (Anorexia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora