Capítulo Diez: Final.

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11 de Marzo de 2014.

Estaba despertando, sentía un horrible dolor de cabeza, pero no quería abrir los ojos, no recordaba nada.

Luego de varios minutos, lo hice, abrí los ojos. No cabía duda, estaba en una habitación de hospital.

En la puerta estaba mi madre, y una doctora, estaban hablando y no se dieron cuenta de que había despertado, lo cual fue bueno para mí, porque yo realmente quería escuchar lo que hablaban, así que fingí estar dormida otra vez.

–No...no entiendo. –Mi madre decía con la voz entrecortada.

–Esta delgada y mucho, en el punto en que sus órganos fallan. –La doctora respondió fríamente, de seguro estaba acostumbrada a recibir chicas en ese estado. –Por eso se desmayó, y es muy...muy probable que muera si ella al despertar sigue sin querer comer.

– ¿Qué podemos hacer?

–Apoyarla, es lo único que pueden hacer, creo que ella necesitara terapia, pero hay casas de rehabilitación que sirven de mucho.  –La doctora le comenzó a decir a mi madre.

– ¡No! ¡No iré a ninguna casa de rehabilitación! –Grite de repente.

–April, despertaste... –Mi madre me observo.

La doctora rápidamente camino hacia mí. –Supongo que tienes bastante claro tu problema, es un caso grave de anorexia.

–No puede ser tan grave. –Respondí seca, pero lo único que yo quería en ese momento era abrazar a mi mamá y llorar.

–Pesas 39,5 kilos, tu índice de masa corporal es de 14,5 y eso es tan peligroso que puedes llegar a morir en unas cuantas semanas. Tienes anemia y desnutrición, entre otras cosas. ¿Sabías que tu ritmo cardíaco esta muy bajo?

– ¿Puedo estar a solas con mi mamá? –Pregunte tímidamente.

–Sí puedes, pero tú desayuno vendrá en unos 20 minutos, y espero que lo comas todo. –La doctora me dijo antes de salir de la habitación.

–Mamá...lo siento. –Mi voz se quebraba.

– ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Sabías que podías contarme todo? –Sus ojos se llenaban de lágrimas. – ¿Cuándo dejaste de confiar en mí? Pudimos haber evitado todo esto hija.

–No es que haya perdido la confianza, es solo que no podía contarte. –Admití.

– ¿Por qué?

–No quiero hablar de eso mamá, pero por favor, no llames a mi papá, no le digas. –Rogué y ahora mis ojos se llenaron de lágrimas.

–Hija, algo tan grave como esto, tengo que decírselo. –Acomodó un mechón de mi cabello y lo puso detrás de mi oreja.

–No mamá por favor. –Le suplique.

–Cuando llegue preguntara por ti, y con solo verte notara que estas enferma.

Entonces una enfermera nos interrumpió, entraba con una mesa azul con ruedas, en ella traía un gran vaso de leche, dos tostadas con mermelada y un pequeño plato lleno  de diversas frutas.

Trague saliva al ver toda esa comida.

-El vaso de leche seguramente semidescremada, 96 calorías.

-La ensalada de frutas, unas 150 calorías.

-Las dos tostadas unas 140 calorías, ya que al parecer eran de pan integral.

-Por último la mermelada, unas 36 calorías por cucharada, ósea unas 72 calorías aproximadamente.

The Crown © (Anorexia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora