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  Una semana después.

 Algo estaba mal conmigo, sabia que en ese momento era feliz, sin embargo no era la felicidad a la que yo estaba acostumbrada, era distinto y me daba miedo, por eso quise alejarme de Theo, pero no pude, lo olvidaba en cuanto hablaba con el, cuando reíamos de estupideces, cuando hablábamos de cosas serias o incluso cuando estábamos viendo un partido de fútbol, yo era feliz de una forma extraordinaria y olvidaba que en cuanto él se iba yo querría acabar con eso.

 No quería aceptarlo, sin embargo estaba consciente de ello, sabia que era algo bueno, pero yo siempre fui cobarde en ese aspecto, era fácil decir: si no lo intentas no sabrás la respuesta, pero era difícil hacerlo.

 Un día estábamos en el parque riendo y un lado de mi despertó y dijo: ¿qué estás haciendo? no te enamores, para aquí, dejé de sonreír puse una excusa y me fui a mi casa.

 Me entristecí en unos pocos segundos y me quede en mi casa mucho tiempo, el domingo, el lunes no fui al bar y estuve así casi una semana, no vi a Theo de nuevo, me enviaba mensajes y audios y solo decía que no me sentía muy bien.

En el otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora