El suave perfume a menta y chocolate le llegaba apenas perceptible desde arriba.Reconocía ese perfume tan bien como si nunca lo hubiese dejado de sentir.
Pero lo que mas le sorprendía no era el hecho de no había olvidado el exquisito aliento que siempre tenía Yesung, sino su capacidad de poder volver a percibirlo de manera física y no de una ilusión en su cabeza.
Pero aún tenía los ojos cerrados. Hizo el experimento de mover un dedo.
Sintió como la pequeña extremidad iba hacia arriba y hacia abajo muy lentamente.
Algo parecido a la emoción lo embargó en ese momento, al darse cuenta de que aquel peso del que era cautivo su cuerpo ya no existía.
Intentó mover la cabeza hacia un lado. Apenas podía hacerlo. Pero lo hizo.
Alborozado, su cerebro envió la señal para abrir los ojos.
La luz comenzó a llegarle de a poco, mientras pestañeaba repetidas veces intentando acostumbrarse a la vislumbre.
-Kyu...
No era una alucinación.
La voz cadenciosa y grave que tanto había ansiado escuchar, ahora le llamaba, desde algun lugar por encima de su cabeza.
Intentó desviar la vista hacia donde provenía el suave murmullo de Yesung, pero apenas podía moverse. Sentía el cuerpo completamente agarrotado.
-No te muevas demasiado...
La cama se movió un poco y el hermoso rostro de Yesung apareció delante de sus ojos, que aún no lograban enfocar bien, pero si podían distinguir aquellas facciones que tanto amaba.
-Y..ye..
-Shh...
Yesung puso un dedo sobre sus labios, silenciandolo momentáneamente. Tanto había esperado para poder hablar, pero ahora se sentía tan reconfortado que no le importó en absoluto. Ya tendría tiempo para sus preguntas.
Se aclaró la garganta, esperando el momento oportuno para hablar. Yesung se acercó más, hasta quedar a pocos centímetros de su rostro.
Su estómago dió un vuelco y su pulso se desbocó acalorado. ¿Hacía cuanto tiempo que no sentía aquellas sensaciones?
Lo miró a los ojos, mientras notaba cómo sus mejillas iban subiendo de temperatura, hasta sentir toda su cara ardiendo bajo la piel cetrina que imaginaba que tenía en ese momento.
Y pasó.
La suave, húmeda y cálida boca de Yesung se posó en sus labios de manera tranquila, sin apuros. Kyuhyun cerró los ojos en acto reflejo, dejándose envolver por la dulzura que emanaba de aquel beso.
Un beso que había esperado, a pesar de las idas y vueltas que había tenido en su mente, antes y despues de aquel incidente que lo dejara en estado de coma por tres meses. Un beso que lo retornaba hacia la superficie, aquella que creía perdida hacía unos días. Un beso que le devolvía de a poco la esperanza de saber la verdad.
Alzó una mano y la llevó hasta la mejilla de Yesung, que no se había movido ni un ápice y que seguía besándolo de esa manera que tan solo él sabía hacerlo.
La cálida y húmeda lengua de Yesung le acarició con suavidad el labio inferior, haciendo que él emitiera un suspiro y que su corazón de un pequeño salto al sentir aquello.
Entonces Yesung se separó de él, pero quedando a pocos centímetros de su rostro, sintiendo cómo el aliento suyo le llegaba en pequeñas oleadas sabor a menta y chocolate. Amaba ese aroma más de lo que él suponía.
-No debes cansarte. Recién despiertas y debes descansar...
Era apenas un susurro, pero Kyu le llegó como si fuese algo dicho a viva voz.
-¿T..te irás?
La voz le salió ronca y difónica. Tragó varias veces, tratando de suavizarla.
-Si. Pero te aseguro que regresaré.
El corazón volvió a acelerarse ante esa sencilla promesa que le había hecho.
No podía dejar de mirarlo.
En ese momento cayó en la cuenta de varias cosas a la vez.
El tiempo que había pasado juntos desde que él había despertado, que nadie había ingresado hasta el momento, el lugar en el que se encontraba.
-Debes descansar, Kyu...
Él volvió los ojos hacia Yesung. ¿Cómo podía ser él un demonio?
En el momento que él abrió la boca para hacer una pregunta, Yesung lo silenció con un beso, profundo y corto, diciéndole que tenía que irse, dejándolo con la pregunta en la garganta, el corazón desbocado y la confusión en la cabeza.
Y cuando abrió los ojos, la puerta terminaba de cerrarse, ocultándolo de la su vista.
Se llevó dos dedos a sus labios, rememorando aquellos besos, sintiendo una vez mas su calidez. ¿Cómo podía ser Yesung un demonio? Un demonio seguro que no besaba de esa manera. Ni miraba como Yesung lo miraba a él. Ni hacía el amor de aquella forma. Ni se preocuparía por su bienestar.
Cerró los ojos, intentando no pensar en nada.
Volvió a abrirlos, curioso por lo que no había visto.
La habitación era baja y las paredes eran de un color blanco con líneas azules. La luz difusa venía desde un extremo suyo y era de color amarillento. No veía ventanas desde su lugar, por lo que no podía saber si era de día o de noche.
Algo le tiró de su mano cuando quiso acomodarse.
Tenía varios cables insertados en ambas manos, que conectaban a goteros y lo que parecía la comida. Otros cables lo conectaban a aparatos que emitian pequeños sonidos repetitivos, ubicados en la cabecera de su cama. De su nariz salía una sonda que le ayudaba a respirar, mientras que otra desde sus genitales hacía de evacuación.
Un cuadro con un paisaje y una mesa con un florero en la pared de enfrente daban un toque un poco mas ameno a aquella habitacion de hospital.
¿Tan mal había estado?
Entonces se dió cuenta de que no podía moverse, por mas que quisiera, ya que la cantidas de cables y las sondas lo herían internamente ante cual movimiento brusco que pudiera hacer.
Miró hacia todas las direcciones que podía, tratando de encontrar un reloj que le indicase la hora. Pero desde su perspectiva solo conseguía observar las peredes vacias del cuarto, salvo por aquel cuadro enfrente a su cama.
El ruido de la puerta abriéndose le propinó una oleada de tranquilidad, ya que al fin podría preguntarle a quien quiera que fuese sobre su situación en general. Es más, ansiaba ver a su madre. Ella sería la única, aparte de Yesung, que podría entenderlo.
Pero el rostro que apareció delante de sí lo dejó con las palabras pegadas en la garganta, el corazón detenido por un leve lapso de tiempo y la mente en blanco.
-¿Donghae? - dijo con voz que parecía venir desde otro lugar, menos de sí mismo.
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Deseo Estocolmo [2da Temporada] [YeKyu] [+18] [Terminada]
Fanfiction¿Y ha de morir contigo el mundo tuyo, la vieja vida en orden tuyo y nuevo? ¿Los yunques y crisoles de tu alma trabajan para el polvo y para el viento? (Antonio Machado) ↘Prohibida la copia total o parcial de esta historia...