Parte 2

281 14 2
                                    

Cabeza inclinada sobre los folios con la luz cálida del flexo alumbrando a duras penas lo que tiene delante, es todo lo que se ve a través de la rendija de la puerta.

Hay algo familiar en esa imagen, recuerda a la infancia cuando has tenido una madre maestra. Sin pensarlo mucho y en absoluto silencio, me cuelo. El efecto tranquilizador es inmediato, su camerino está al final del pasillo, lo cual atenúa el murmullo que acompaña siempre al set, en las paredes hay dibujos mal hechos: un sol arañado con ceras amarillas, una casa con el tejado naranja y un prado a medio colorear con subrayador fluorescente de los que suele usar Jhonny para sus líneas del guión junto al espejo, un muñeco vizco al lado y una bola negra con capa a juego que debe ser un murciélago, justo por debajo.

Huele madera vieja y a lavanda. Hay bolsas de patatas vacías en la mesa y una botella de agua vacía en el suelo. Una chaqueta vaquera sobre una silla junto a un bolso y una manta mal doblada.

Aún no se ha dado cuenta de que hay alguien más en la habitación y empieza a tararear bajito una canción:

"Cause since I've come on home,

Well my body's been a mess

And I've missed your ginger hair

And the way you like to dress"

Entonces es cuando veo un cable enredado en su pelo que desciende hasta un bolsillo del vestido.

Me planteo si será mejor salir y tocar a la puerta, si se sentirá incómoda sabiendo que la he oído cantar o le pareceré un entrometido, si será una excéntrica... Me giro un poco, miro alternativamente a la puerta y a ella. "Vamos, decídete" me autorecrimino en silencio. Ella sube el tono cuando llega al estribillo:

"Valerie, Valerie, Valerieee"

A la vez sube el brazo con un dedo apuntando al techo, se contonea ligeramente, baja la cabeza con los ojos cerrados y aprieta los labios. Es demasiado para mí, se me escapa una risita y ella se gira sobresaltada:

-¡Oh! ...- Su cara refleja sorpresa. Arruga un poco la nariz, enrojece y se quita uno de los auriculares.

-Perdón, perdón... debería haber llamado.- Empiezo atropelladamente.- ¿Interrumpo?-

-No, está bien...- Se ríe, se atusa la falda esparciendo migas de patata por el suelo - Siento el espectáculo ¿En qué puedo ayudarte?.- Se pasa una mano por el pelo rizado.

-Sólo quería hablar, ya sabes, presentarme, dar la bienvenida...etc.- Acabo mirando al suelo- Pero si estás muy ocupada o no te apetece...- Resulta difícil encontrar las palabras ahora que estoy aquí.

Me pregunto cómo puede costarme tanto empezar una conversación siendo actor desde crío. A lo mejor no ha sido buena idea plantarse aquí sin haber pensado una escusa, busco con la mano el pomo de la puerta.

-No... pasa, puedes quitar las cosas de esa silla. Estaba deseando conocerte y me viene bien hacer un descanso.- Agita la mano para indicarme que entre.

Mientras me siento a su lado aprovecha para tirar las bolsas a una papelera escondida bajo la mesa, apaga el reproductor de música e intenta poner la botella de plástico sobre la mesa con poco éxito.

Esta vez la recojo yo y aunque la pongo de pie sobre la mesa no la suelto. Miro a la mujer que tengo enfrente con más detenimiento. No puedo distinguir de qué color son sus ojos, supongo que rondará los 37 y tiene una nariz bastante peculiar, no sé si es lo que llaman una nariz aguileña o si se la han roto. Realmente complejo de decir, a lo mejor es el efecto de las sombras que proyecta la escasa luz del flexo.

De repente se rebulle en su sitio, parece ofendida y me doy cuenta de que me ha pillado mirándole la nariz. Llevamos unos segundos en silencio y me enfado conmigo mismo por haber sido tan poco disimulado ahora que estoy convencido de que me podemos llegar a llevarnos bien.

-Bueno...- Desvía la mirada hacia la puerta y gira un poco la cara hacia la oscuridad.

-Jim Parsons, Sheldon Cooper en la ficción, encantado.- Me apresuro a cortar lo que seguro que habría sido una despedida. Le ofrezco la mano y saco mi mejor sonrisa.

-Mayim Bialik, la Sheldon femenina.- Concede ella a regañadientes.

-Uh, cierto, ¿Amy, no? Lo leí ayer cuando me llegó el guión, es muy interesante.- Por supuesto que sé quién es su personaje, de ahí la curiosidad.

¿Tú no sentirías curiosidad si te dijeran que han contratado a tu versión femenina? Incluso si no es realmente tuya, sino de un personaje al que interpretas. Me había pasado el desayuno entero pensando cómo sería su forma de hablar, de actuar, de moverse.

-Si estabas ensayando podríamos probar juntos, a ver qué tal suena.- Señalo los papeles con ilusión.- ¿Por dónde estabas?-

Pero al empezar a ojear los papeles me encuentro algo como jeroglíficos. ¿Qué narices es esto? Paso una página y hay más símbolos.

-No, yo... estaba preparando unas clases de química que tengo que impartir porque la profesora se ha puesto enferma y he tenido que traerme el trabajo aquí.- Se apresura a explicar.

Pero yo a penas puedo oírla. Es como mi pesadilla del instituto. Ahora mirándolo más despacio reconozco algunos signos de los que ponen en las pizarras de Sheldon. Me giro hacia Mayim.

-Oh...- Se lleva una mano a la frente y se ríe.- Ahora piensas que soy un bicho raro.- Parece un poco decepcionada.

Imito su postura y me río yo también:

-¿Qué eres? ¿Qué clase de magia es esta?.- Levanto un folio con dos dedos y pongo cara de miedo antes de seguir riendo.

-Antes de llegar aquí he sido profesora de química y biología en la universidad.- Busca en mi cara algo que la incite a seguir hablando.

-Cuéntamelo todo.- Susurro exagerando la mueca.

-Y antes fui Blossom.- Se ríe mucho más confiada que momentos antes, siguiéndome el juego.

-¡Ah! Es verdad, ¡Sabía que me sonaba tu cara!.- Grito y la señalo ilusionado.- Eres la pequeña Blossom. Quiero saberlo todo, todo, todo. ¿Cómo se pasa de actuar a ser profesora? ¿Por qué? ¿Por qué has vuelto a este negocio? Cancela tus planes para esta tarde.- Sigo susurrando. He acercado un poco más mi silla a la suya y nuestras caras están a poca distancia.

-Tienes suerte, no tenía nada pensado.- Acepta haciéndose la interesante antes de volver a reír.- Además, supongo que es lo justo porque para conseguir mi papel tuve que verme unas pocas de actuaciones tuyas.- Deja caer esperando el golpe de efecto.

Abro la boca y exagero la sorpresa:

-Una cerveza, necesito una cerveza para seguir con esta conversación. ¿Me dejas que te lleve a un pub discreto? .- Me levanto y espero a que haga lo propio.

Se levanta y recoge el bolso.

Conforme vamos por el pasillo bromeando tengo una sensación de bienestar infinita. Sé que me voy a llevar bien con esta mujer, lo sé, pocas veces me equivoco con las primeras impresiones.

Like the ceiling can't hold usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora