Se arrastró, lo más lejos que pudo lejos de mí. Se mantuvo apoyada en uno de aquellos muros derribados. Mientras la flecha seguía clavada dentro de sus sentimientos.
<< ¿Qué has hecho?>> me pregunté a mí mismo. Me había convertido en un animal salvaje, temeroso del amor y de las intenciones de las personas.
-Eres... un monstruo, me das miedo...- me dijo mientras sangraba a través de su herida.
-No.... no soy un monstruo- Comenté mientras miraba lo que había hecho sin querer.
Me acercaba lentamente, pero con cada uno de mis pasos ella retrocedía más hacia atrás.
- Aléjate de mí, te quiero lejos de mi- comentó ella nuevamente. Aquellas palabras habían causado efecto extraño en mí.
Comencé a despojarme de mi armadura con cada paso que daba. Hasta que ya no quedaba nada.
Me incline hacia ella, la mire sufrir. La vi sentir el mismo sentimiento que también había sentido en el pasado. – Mírame- Comente con las manos alzadas al aire, como quien se entrega rendido en la guerra. -Ya no existen muros, ya no existen armaduras. Soy simplemente yo. El chico el cual habías conquistado- comenté. -Perdóname- dije casi a punto de llorar y un poco asustado por lo que había hecho.
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Una carta abierta
RomanceY dime, ¿Le temes al amor o al dolor que causa cuando se termina?