Carta 3

54 6 4
                                    

                                                                                                                                         Sábado, 19 de abril de 1997

Querido Sanders:

 ¿Cómo estás? Hace tiempo que no te envío una carta, pero es que no quería que me odiases por insistirse tanto.

Me hubiese encantado escribirte todos los días de mi vida para que sepas de mí o que yo sienta que aún puedo hablar contigo.

 Terminé la escuela con uno de los promedios más altos porque sé que eso te pondría orgulloso. Tú siempre aspiraste a que yo fuera mejor y eso era una de las cosas que más me hacían quererte, saber que te preocupabas por mí.

Pregunté por ti y me dijeron que no querías que yo supiera y eso me dio un bajón inexplicable que hizo que hasta podría cruzar todo el Pacífico para preguntártelo en persona, pero respeto tu odio hacia mí y por eso te dejé en paz por mucho tiempo, pero luego me volvió la triste soledad y decidí que no importaba tu respuesta, solo importaba que yo sintiera que tú estabas ahí, leyendo cada párrafo de todas mis letras.

Mañana saldrá Carlos de rehabilitación y iré con papá a buscarlo luego de un año ahí dentro.

Siento que yo soy igual que él, pero la diferencia es que yo me drogaba contigo. Y siento que no resisto más sin ti.

Te extraño y no te olvido nunca, cariño.

Looking for youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora