Carta 5

34 3 0
                                    

                                                                                                                                    Martes, 2 de septiembre de 1997

Hoy fue mi primer día de clase y jamás estuve más nerviosa que hoy, bueno está bien, no desde aquella noche de tu cumpleaños.

Hice cinco amigos nuevos que me hicieron sentir como en casa, me ayudaron con mi residencia y me enseñaron toda la universidad, que cabe destacar que es gigante.

Mañana mismo tendré matemáticas y me volveré a sentir nerviosa como cuando te asignaron mi profesor tutor.

Aún recuerdo tus gafas oscuras que estaban sobre tus ojos verdes, haciendo que te vieras más nerd de lo que eras. Me sonreíste y comenzaste a explicarme como experto en la materia. Escuché atentamente y me preguntaste si había entendido y yo te respondí que no, a lo que comenzaste a reírte de manera muy graciosa, contagiándome.

La bibliotecaria nos retó, echándonos de la escuela al ver que no parábamos de reírnos. Nos sentamos en el césped que cubría la entrada principal y tú me ofreciste agua una vez que terminaste.

Pasaron meses y me ofreciste tu alma. Y yo la acepté, dándote la mía.

Nunca te olvido, Amor.

Looking for youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora