Capítulo 6

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Yo, me solía pasar las tardes en él aula de Historia de la magia, para estar tranquila. Pero en este caso me toco esconderme y no hacer ruido.

OMNISCIENTE

A las ocho de la tarde del jueves, Harry salió de la torre de Gryffindor para acudir al aula de Historia de la Magia. Cuando llegó estaba a oscuras y vacía, pero encendió las luces con la varita mágica y al cabo de cinco minutos apareció el profesor Lupin, llevando una gran caja de embalar que puso encima de la mesa del profesor Binn.

-¿Qué es? -preguntó Harry.

-Otro boggart -dijo Lupin, quitándose la capa-. He estado buscando por el castillo desde el martes y he tenido la suerte de encontrar éste escondido dentro del archivador del señor Filch. Es lo más parecido que podemos encontrar a un auténtico dementor. El boggart se convertirá en dementor cuando te vea, de forma que podrás practicar con él. Puedo guardarlo en mi despacho cuando no lo utilicemos, bajo mi mesa hay un armario que le gustará.

-De acuerdo -dijo Harry, haciendo como que no era aprensivo y
satisfecho de que Lupin hubiera encontrado un sustituto de un dementor de verdad.

-Así pues... -el profesor Lupin sacó su varita mágica e indicó a Harry que hiciera lo mismo-. El hechizo que trataré de enseñarte es magia muy avanzada... Bueno, muy por encima del Nivel Corriente de Embrujo. Se llama «encantamiento patronus».

-¿Cómo es? -preguntó Harry, nervioso.

-Bueno, cuando sale bien invoca a un patronus para que se aparezca - explicó Lupin- y que es una especie de antidementor; un guardián que hace de escudo entre el dementor y tú.

Harry se imaginó de pronto agachado tras alguien del tamaño de Hagrid que empuñaba una porra gigantesca.

El profesor Lupin continuó:
-El patronus es una especie de fuerza positiva, una proyección de las mismas cosas de las que el dementor se alimenta: esperanza, alegría, deseo de vivir... y no puede sentir desesperación como los seres humanos, de forma que los dementores no lo pueden herir. Pero tengo que advertirte, Harry, de que el hechizo podría resultarte excesivamente avanzado. Muchos magos cualificados tienen dificultades con él.

-¿Qué aspecto tiene un patronus? -dijo Harry con curiosidad.

-Es según el mago que lo invoca.

-¿Y cómo se invoca?

-Con un encantamiento que sólo funcionará si te concentras con todas tus fuerzas en un solo recuerdo de mucha alegría.
Harry intentó recordar algo alegre. Desde luego, nada de lo que le había ocurrido en casa de los Dursley le serviría. Al final recordó el instante en que por primera vez montó en una escoba.

-Ya -dijo, intentando recordar lo más exactamente posible la maravillosa sensación de vértigo que había notado en el estómago.

-El encantamiento es así -Lupin se aclaró la garganta-: ¡Expecto
patronum!

-¡Expecto patronum! -repitió Harry entre dientes-. ¡Expecto patronum!

-¿Te estás concentrando con fuerza en el recuerdo feliz?

-Sí... -contestó Harry, obligando a su mente a que retrocediese hasta
aquel primer viaje en escoba-. Expecto patrono, no, patronum... perdón... ¡Expecto patronum! ¡Expecto patronum!

De repente, como un chorro, surgió algo del extremo de su varita. Era
como un gas plateado.
-¿Lo ha visto? -preguntó Harry entusiasmado-. ¡Algo ha ocurrido!

-Muy bien -dijo Lupin sonriendo-. Bien, entonces... ¿estás preparado
para probarlo en un dementor?

-Sí -dijo Harry, empuñando la varita con fuerza y yendo hasta el centro del aula vacía. Intentó mantener su pensamiento en el vuelo con la escoba, pero en su mente había otra cosa que trataba de introducirse... Tal vez en cualquier instante volviera a oír a su madre... Pero no debía pensar en ello o volvería a oírla realmente, y no quería... ¿o sí quería?

Melliza de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora