Capítulo 9

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OMNISCIENTE

Las medidas de seguridad impuestas a los alumnos después de la segunda intrusión de Black impedían que Harry, Ron y Hermione visitaran a Hagrid por las tardes. La única posibilidad que tenían de hablar con él eran las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas.
Hagrid parecía conmocionado por el veredicto.

-Todo fue culpa mía. Me quedé petrificado. Estaban todos allí con sus togas negras, y a mí se me caían continuamente las notas y se me olvidaron todas las fechas que me habías buscado, Hermione. Y entonces se levantó Lucius Malfoy, soltó su discurso y la Comisión hizo exactamente lo que él dijo...

-¡Todavía podemos apelar! -dijo Ron con entusiasmo-. ¡No tires la
toalla! ¡Estamos trabajando en ello!

Volvían al castillo con el resto de la clase. Delante podían ver a Malfoy, que iba con Crabbe y Goyle, y miraba hacia atrás de vez en cuando, riéndose.

-No servirá de mucho, Ron -le dijo Hagrid con tristeza, al llegar a las
escaleras del castillo-. Lucius Malfoy tiene a la Comisión en el bolsillo. Sólo me aseguraré de que el tiempo que le queda a Buckbeak sea el más feliz de su vida. Se lo debo...

Hagrid dio media vuelta y volvió a la cabaña, cubriéndose el rostro con el pañuelo.
-¡Miradlo cómo llora!
Malfoy, Crabbe y Goyle habían estado escuchando en la puerta.
-¿Habíais visto alguna vez algo tan patético? -dijo Malfoy-. ¡Y pensar
que es profesor nuestro!

Harry y Ron fueron hacia ellos, pero Hermione llegó antes:
¡PLAF!

Dio a Malfoy una bofetada con todas sus fuerzas. Malfoy se tambaleó.
Harry; Ron, Crabbe y Goyle se quedaron atónitos en el momento en que Hermione volvió a levantar la mano.
-¡No te atrevas a llamar «patético» a Hagrid, so puerco... so malvado...!

-¡Hermione! -dijo Ron con voz débil, intentando sujetarle la mano.

-Suéltame, Ron.
Hermione sacó la varita. Malfoy se echó hacia atrás. Crabbe y Goyle lo
miraron atónitos, sin saber qué hacer.

-Vámonos -musitó Malfoy. Y en un instante, los tres desaparecieron por el pasadizo que conducía a las mazmorras.

-¡Hermione! -dijo Ron de nuevo, atónito por la sorpresa.

-¡Harry, espero que le ganes en la final de quidditch! -dijo Hermione
chillando-. ¡Espero que ganes, porque si gana Slytherin no podré soportarlo!

-Hay que ir a Encantamientos -dijo Ron, mirando todavía a Hermione con los ojos como platos.

Subieron aprisa hacia la clase del profesor Flitwick.
-¡Llegáis tarde, muchachos! -dijo en tono de censura el profesor Flitwick, cuando Harry abrió la puerta del aula-. ¡Vamos, rápido, sacad las varitas!
Vamos a trabajar con encantamientos estimulantes. Ya se han colocado todos por parejas.

Harry y Ron fueron aprisa hasta un pupitre que había al fondo y abrieron las mochilas. Ron miró a su alrededor.

-¿Dónde se ha puesto Hermione?

Harry también echó un vistazo. Hermione no había entrado en el aula, pero Harry sabia que estaba a su lado cuando había abierto la puerta.
-Es extraño -dijo Harry mirando a Ron-. Quizás... quizás haya ido a los lavabos...

Pero Hermione no apareció durante la clase.
-Pues tampoco le habría venido mal a ella un encantamiento estimulante -comentó Ron, cuando salían del aula para ir a comer; todos con una dilatada sonrisa. La clase de encantamientos estimulantes los había dejado muy contentos.
Hermione tampoco apareció por el Gran Comedor durante el almuerzo.

Melliza de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora