6. Tell me a lie

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Por fin era su concierto en Seattle, cosa que les emocionaba bastante.
El clima era muy parecido al de reino unido, por lo que ellos se sentían como en casa, con la suave lluvia en el paisaje diario y aquel ligero frío que acompañaba a las nubes grises donde quiera que estuviesen.

Aquello no fue un impedimento para llevar a los niños al parque a que jugaran un rato y se sintieran dejaran atrás todo aquel estrés por ir tan rápido de ciudad en ciudad durante aquellos últimos días.

Leah y Dylan se apoderaron rápidamente de uno de los sube y bajas del parque, Lux y Will se decidieron por unos columpios; mientras tanto los más grandes decidieron ponerse a jugar futbol gracias a que Lou y Tom vigilaban a los más pequeños.

Casi de un instante a otro, los lloriqueos por parte de Dylan y Leah se hicieron presentes los cuales alarmaron al matrimonio y corrieron a ver que era lo que había sucedido con los niños. Leah se encontraba con evidente golpe en la frente, en donde un chichón* se le estaba formando junto con un rápido moretón alrededor de un pequeño raspón. Dylan también tenía un gran raspón en su barbilla, así como también un pequeño moretón en su mandíbula.

Rápidamente Lou se encargó de consolar a Dylan y Leah en una de las bancas del parque, mientras que Tom intentaba entretener a sus hijos en lo que los niños se calmaban y decidían si volver a seguir jugando o volver al hotel, el cual quedaba a tan solo un par de calles de parque.

—¿Qué pasó?— preguntó la mujer al ver que los niños ya se estaban calmando un poco.

—Estábamos intentando ver que tan rápido podíamos subir y bajar, y me caí.— murmuró Leah recargada en uno de los lados de Lou, aun entre lágrimas.

—Y porque ella se cayó me caí también y esa cosa me pegó.— murmuró Dylan para concluir la historia.

—¿Quieren que nos vayamos al hotel?— preguntó la mujer a lo que los niños asistieron de inmediato.

Lou le avisó a su marido que llevaría a los niños se regreso al hotel a curarlos, esperando que tal vez en un rato volverían a jugar un rato más y que no habría nada de que preocuparse.

El camino al hotel fue tranquilo y en menos de un respiro ya estaban allí. La mujer los llevó a la habitación del médico del tour, en donde este les desinfectó las heridas y les colocó unas banditas con dinosaurios a petición de ambos niños.

Al ver que los niños ya no quisieron regresar al parque, les dio unos puños de gold fish y se puso a ver con ellos películas de Disney para que tomaran una siesta y con suerte se estuvieran tranquilos el resto del día.

Un par de horas después, todos regresaron del parque, tan solo para encontrarse con Leah y Dylan recostados con varios de sus peluches en la habitación que Dylan compartía con Luke y Michael.

Estos de inmediato notaron las banditas y como era común que en todo el tour uno de los dos o ambos terminaran lastimados por estar jugando tan bruscamente entre ellos rápidamente dedujeron que de eso se trataba el asunto.

—Niños, ya hemos hablado miles de veces de porque no debemos jugar tan bruscamente entre nosotros.— Liam como buen padre postizo comenzó con su discurso al respecto, todos en el tour ya les habían dado al menos una charla al respecto, pero parecía que el de Liam era el más efectivo hasta el momento, porque aquellos juegos habían cedido hasta ese momento.

—No estábamos jugando brusco.— se quejó Leah rápidamente.

A pesar que ninguno de los dos niños les había mentido en la cara, les fue difícil de creer que les estuvieran diciendo la verdad dado a su extenso historial de golpes y caídas debido a estar brincando en la cama jugando a algún tipo de luchas, espadazos con fuerza excesiva y persecuciones superhéroe-villano que salieron mal.

Big brother & little sister 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora