Infancia y suspenso

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infancia en mi casa

Cuando era niña, me encantaba la idea de tener una hermanita menor, para peinarla, vestirla y hacerla sentirse como toda una princesa, por lo tanto, mis padres, decidieron darme ese preciado regalo.

Como yo sabía que mi mami estaba embarazada, dicidi ahorrar, para cuando naciera, darle un regalito.

Ponerle el nombre fue muy complicado, intentaron ponerle Salomé, pero, me sonaba a consomé, y por tal motivo, fue tachado en la lista de nombre.

Nombres por aquí, y nombres por allá, hasta que hubo un ganador: Jessy.

Faltaban tan solo 2 semanas para que Jessy saliera de la pancita de mi madre, y por eso, fuimos al supermercado más cercano a comprarle ropita para bebés.

Yo quería darle un regalo propio, por lo que lleve mi bolsa llena de monedas, que para muchos, lo que único que se puede hacer con ellas es comprar media menta, pero, yo estaba emocionada, y pensaba que sería suficiente, le compré un mameluco muy lindo.

Llegó la hora de pagar, y yo quería hacerlo primero para asegurarme de que no ayudaran a pagar.

La cajera mi miró con mucha ternura, y como no hacerlo,porque, si yo fuera cajera y viera a una niña de 4 años pagando el regalo para su hermanita con una bolsa con monedas, haría lo mismo.

Entonces, cuando "pagué el regalo" ( entre comillas, porque sé que en realidad mis padres pagaron un poco menos de la mitad), ya me sentía lista para Jessy.

Nació, pasó de todo, era como un sueño, jugábamos, reíamos, comíamos juntas, pero, como en todo sueño, hay una hora en la que debes despertar y enfrentar la realidad, me refiero, cuando comenzó a crecer, todos los valores se fueron disolviendo, al igual que mi paciencia. Porque cada vez que le decía que hiciera algo, era como si yo estuviera insultándola, siempre a la defensiva.

Además, mis padres siempre estaban de su lado, cuando yo le gritaba por algún motivo, le decía a mis padres, y ellos me regañaban, pero, cuando era mi turno de poner la queja, es como si les dijera: tengo novio, me escaparé con él y arruinaré mi vida llenándome de hijos y sin con qué mantenerlos, y no me importa lo que me digan, estoy decidida, digo eso, porque, me miraban con el odio más grande del mundo.

Desde que me di cuenta de esa falta de atención , me comencé a volver más cerrada, aunque aveces violenta y a la defensiva, lo cual no era bueno para mí.

fin de recuerdos

Pensando en eso, me dí cuenta, que no era mi culpa ser así, era de ellos, de la actitud con la que me trataban, por ejemplo, no me dejaban hablar, y siempre me interrumpían, y eso me daba rabia, pues, eso da a entender que no importa lo que se está diciendo, y lo que yo les decía no eran cosas superficiales, era mi día resumido. Por eso, desde ahora me lo reservo todo a mí misma y a mi cuaderno-diario.

Sin darme cuenta, me quedé dormida, tuve el mejor sueño de todos, porque soy directioner: Llegaba de mi casa, y veía a Niall esperándome en mi casa, al parecer era nuestra casa, entonces el estaba muy serio, y no era agradable, pues ocultaba esa hermosa sonrisa que me llegaba al alma, entonces, discutimos, y de un momento a otro, nos besamos, y me llevó al cuarto.

Me levanté con una sonrisa en mi rostro, soñar no cuesta nada, pero, lamentablemente, la realidad destroza todos mis sueños, pues, sabía que Niall, o Harry, o Louis, o Zayn o Liam jamás iban a ser mis novios, además, en este mundo, soy muy criticada, por mi forma de ser y mis gustos musicales, yo no soy fea, tengo ojos cafés, cabello castaño claro y un poco dorado, y tengo una boca muy linda (o eso considero yo), lo cual me dan¡ba un punto para conseguir charla, la cual nunca duraba, en cunato comenzabamos el tema de música.

No me levanté al otro día, por lo cual me sentía desubicada, pues, cuanod me metí a bañar, vi que el reloj indicaba que apenas iban a ser las 8.

Hora de la cena, todos hablan menos, yo, por lo dicho anteriormente, y creo qeu eso se ha notado, pues me miran con un poco de curiosidad y desprecio, la curiosidad que debieron tener antes de que me hicieran la pesona que soy hoy en día. La cena fue lenta, hubo charla del trabajo, chismes y noticias, aunque pareciera que no me interesara, si lo hacía, yo no era como ellos, me gustaba escuchar y hablar.

Al terminar subí a mi habitación y me fui a dormir para al otro día levantarme y convivir con Vicky, bueno, creo que con sólo recordar eso, mis ganas de dormir se esfumaron, pues, si no dormía, la noche pasaba lento y tendría tiempo para pensar, pero, para mí eso era imposible, pues, me gustaba la hora de dormir, pues, era el único momento en donde podría crear el mundo en el que me gustaría vivir.

Cuando me dejé llevar por ese cálido manto en el que te das cuenta que ya te estás transportando, siento que algo se quiebra en la cocina, tuve miedo, pues, mis padres y mi hermana ya dormía, y yo no tenía mascotas, pudo ser un ladrón, o, mucho peor, un fantasma, no creo mucho en ellos, creo que ya estoy muy grande para eso, pero, siempre cabe una posibilidad para todo e mi habitación.

Otro sonido, mi sentido auditivo ya se encontraba alerta, tenía que mirar que era, pero el sólo y simple hecho de pensarlo, me infundía un cobardía, un presentimiento de incomodidad, pero, al momento eran derrotados por la posibilidad de que mis padres salieran heridos, y eso no me lo perdonaría, así que tomé mis pantuflas, me las coloqué, tomé aire y fui en marcha para bajar las escaleras que conducían al pasillo y del pasillo a mi destino.

Peldaño por peldaño, todo se hacía cada vez más tensionante.

Llegue al corredor, el espejo de cuerpo entero, se encontraba igual que como la última vez que lo ví, era buena señal, pues, significaba, que de la cocina no había pasado y mis padres y mi hermana se encontraban a salvo.

Legué a la cocina, y me paralicé con lo que ví...

el colegio no es tan aburrido, creoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora