La huida

75 7 5
                                    

Entré a su habitación, necesitábamos solucionar todo, no quería perder, por decirlo así, a mi mamá, así que me senté, y le di señal para que lo hiciera también.

Debía hablar rápido, el ambiente era muy tenso, así que respiré hondo y rompí el hielo:

Harriet: mamá, lo siento, de verdad, solo que estaba ofuscada, ofendida y hasta dolida, pensé que si te decía lo que te dije, entrarías en razón- ella solo tenía la mirada clavada en mí ¿qué estaría pensando?- lo sé mamá, mal plan, ahora que lo pienso, es muy ilógico, pero, solo quería que volviéramos a tener la relación de antes- sabía que la relación de antes no era la mejor, pero la prefería- ¿qué dices? ¿me perdonas?

Pasó un largo rato, mi mamá aún no decía nada, sabía que no me perdonaría de la noche a la mañana, así que agaché la cabeza, me paré y comencé a caminar hasta la puerta, pero  justo allí mi madre me llamó:

Mamá: Está bien, te perdono-corrí a abrazarla, tal vez no sean las palabras más emotivas e inspiradas, pero, dijo lo que necesitaba saber, que me perdonaba, y estaba feliz por eso

Harriet: Gracias mamá- le sonreí y me fui a mi habitación ,necesitaba guardar este recuerdo en mi cuaderno-diario.

Cuando llegué, mi habitación estaba hecha un desastre, mis cobijas y hasta mi colchón estaban en el suelo, mis preciados libros estaban por todos lados y mis peluches se encontraban despedazados, esto debía ser obra de mi odiosa hermanita, sabía que le gustaba la comida, pero no tanto como para hacerme un atentado terrorista! esto era el colmo, muchas rabietas a hecho, pero, con esta se pasó.

Salí casi explotando,gritando su nombre con tanta rabia que hasta a mi me dio miedo, al fin la encontré, estaba en el balcón. Cuando me vió yendo hacia ella salió corriendo, hizo mal, mi furia se había acrecentado y salí corriendo tal como lo hace un puma, okey, no tan rápido, pero así me sentía, y cuando la iba a atrapar, se escondió detrás de mi madre, quien al verme en este estado me detuvo rápidamente:

Mamá: !¿qué pasó Harriet?! ¡cálmate!

Harriet: ¡¿Cómo me voy a calmar si destruyó mi cuarto?!- me miró incrédula y prosiguió a mirar a Jessy, quien colocó su cara de inocencia (la cual no tenía) y comezó a hacer pucheros

Harriet: ¡ ay no te hagas la inocente! madu...- mi madre me interrumpió con un golpe, yo solo la miré y esperé que le dijera algo a Jessy

Mamá: ¿es cierto eso?- como si le fuera a decir la verdad, pensé- 

Jessy: es mentira, yo no fui, fueron unas amigas tuyas, me pidieron que si las dejaba pasar y las dejé

Harriet: si como no, primero que todo, yo no tengo amigas, segundo que todo, ¿ para qué van a querer desordenar todo? ¡mentirosa!- a lo último le agregué un sutil golpe, está bien, no tan sutil, creo que me pasé un poco,porque Jessy comenzó a llorar

Mi mamá me echó y me mandó a organizar todo ¿ por qué siempre termino organizando algo que yo no hice?

Comencé a recoger las cosas, me tomaría mucho tiempo dejar la habitación como estaba.

Me encontraba concentrada, en silencio hasta que recordé lo que dijo Jessy, ¿qué amigas? ¿qué buscaban? al momento recordé al sospechoso de la otra noche, o debería decir ¿sospechosa?, nah! ni esa me la creo yo, solo Lillian sabe la dirección de mi casa y desde que yo sé, ella y yo dejamos de ser amigas hace tiempo,en este momento Vicky y Hazel están estudiando, además, nada de lo que tengo les puede interesar, ¿ dinero? ni un billete, ¿ oro? mucho menos, entonces ¿qué estarían buscando?

Así me pasé todo el tiempo pensando posibilidades, hasta que al fin termine.

Llegó mi papá, así que era la hora de la cena, esperaba que no fuera como siempre, todos hablando y yo callada, y acerté, no fue como siempre, fue peor, todos solo me miraban con odio,yo trataba de comer, pero no podía, odio que me miren tanto, al parecer, arruiné todo, y por lo visto,  mi mamá se lo había contado a mi papá

No soporté más la tensión y subí a mi cuarto, tenía hambre, pero ya no aguantaba allí abajo, cerré con llave para no ser interrumpida, o regañada y comencé a leer todo lo que tenía hasta el momento en mi cuaderno-diario.

Me dí cuenta de que toda mi vida siempre ha sido así, y por lo visto nunca cambiaría, pocas cosas buenas eran las que yo tenía escritas ahí, al parecer todo era un constante sufrimiento, entre las cosas buenas se encontraba ¡Zahid! me acordé de él, quería hablar con él, pero pocas eran las probabilidades de que me dejaran ir, más si son las 9 de la noche, tendría que escaparme...

Comencé a idear la huida, debía ser precisa y discreta, cosa que no soy, o escasamente he sido, pero, tenía que intentarlo, era necesario.

Esperé a que todos se fueran a sus cuartos, aún no habían apagado la luz, pero no me podía demorar, si me iba más tarde, probablemente Zahid se hubiera ido a acostar, así que emprendí marcha y comencé a efectuar mi plan "maestro"

Bajé las escalas de mi cuarto, fui por el corredor  y me aseguré de que ninguno tuviera la puerta abierta, pasé agachada, ya que las ventanas de sus cuartos no tenían cortinas, después, fui hasta la cocina, pasé la sala y llegué hasta la puerta, la abrí lentamente, hizo un chillido mínimo que me asustó, pero, todos eran muy flojos como para mirar, salí y cerré la puerta, ahora solo quedaba la parte en la que iba a su casa sin que los vecinos se dieran cuenta.

Pasé la primera casa, la segunda, todos dormidos, pero, al llegar a la tercera, mi vecina Gertrudis estaba asomada en su puerta y me llamó: 

Gertrudis: Harriet, ¿qué haces a estas horas por ahí sola?- yo solo la miraba buscando una excusa, hasta que la medio encontré:

Harriet: iba a la tienda, a comprar...¿leche?, si, leche, perdón, soy olvidadiza, así que, no me demoro, adiós vecinita- dije y salí corriendo

Al fin llegué a la casa de mi amigo, los focos frontales se encontraban apagados, así que sus padres dormían, di la vuelta hasta la ventana perteneciente a su cuarto, y por suerte se encontraba la luz encendida, comencé a hacer un ruidito para llamar su atención era como un tipo de zancudo salvaje: pssss pssss pssss y se asomó, me miró sorprendido y me hizo señas de que me fuera hasta la puerta, allí me abrió puerta y subimos cautelosamente hasta su cuarto, me senté y le dije:

Harriet: Hola, y perdón las molestias, pero, necesito pedirte un favor, ¿puedo?- me miraba un poco sospechoso, hasta que accedió:

Zahid: está bien, dímelo- dijo un poco dudoso

Harriet: ¿puedo quedarme a dormir aquí? es que no soportaba estar en mi casa, así que me escapé y ahora que caigo en cuenta, boté las llaves por ahí, ¿ me dejas?- abrió los ojos con sorpresa

Zahid: ¿te escapaste?- dijo al parecer feliz, emocionado hasta que se comenzó a reir- pensé que eras un angelito, ¡quédate! pero, tendrás que ir a tu casa antes de que se den cuenta

Harriet: Está bien, y Zahid, no soy un angelito- dije dándole un carñoso golpe en el brazo-soy toda una fiera, ok no-dije riéndome.Y así lo pasamos largo rato, riéndonos, hasta que la mamá de Zahid gritó:

Mamá de Zahid: Zahid ¿otra vez estás hablando solo?- ¿ hablando solo? tuve que contener la risa

Zahid: no mamá, eso fue hace mucho, ya ve a dormir

Harriet: asi que... ¿hablabas solo?- dijo en tono de burla

Zahid: ya cállate- dijo riendo- pero, bueno, ahora sí, a dormir- me lanzó una camisa gigante de él, ya que aun  traía puesta la ropa- ten- me quedó mirando- ¿ qué esperas? póntela

Harriet: voltéate, no me voy a cambiar contigo ahí

Zahid: Ay no pues perdón princesa- dijo en charla y se volteó

Cuando me cambié, Zahid fue hasta su cama y se acostó, yo solo seguía mirando, ¿ dónde dormiría yo?

Zahid: ven, vas a dormir conmigo- dijo con una sonrisita- tranquila, no muerdo-dijo al no ver respuesta.

Pues bueno, no podía exigirle, aunque esa idea me ponia incómoda, fui lentamente y me acosté dándole la espalda

Zahid: hasta mañana Harriet

Harriet: hasta mañana-le dije- ¡auch! me pateaste

Zahid: lo siento-dijo riéndose

Harriet: caballo- dije riéndome igual

Me estaba quedando dormida hasta que la puerta del cuarto se abre..

el colegio no es tan aburrido, creoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora