Sospechas

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Llegué a la cocina y me paralicé con lo que ví...

Todo estaba regado en el suelo, frascos rotos, una silla se encontraba destrozada y la mesa estaba sucia, tenía algo espeso disperso en su superficie, ¿ mantequilla?¿jalea? no sé, y prefiero no averiguar, mi vista, se dirigía por lugares varios dentro de la cocina, en el lavaplatos, se encontraba la loza, o al menos la mitad de ella rota, mi concentración se acabo por un pequeño escalofrío,pues, cuando miré de reojo, logré ver una figura en el suelo, tirada, no pude saber si era mujer o si era hombre, pues la ropa que traía puesta, lo disimulaba muy bien.

¿Qué quería la persona tirada en el piso? ¿la conocía?¿buscaba algo específico o algo en general? ahí, fue en donde recordé mi cuaderno-diario, pero, descarté la idea al rato, no creo que alguien se tomara tantos riesgos por saber de mi vida, y no le había hablado a casi nadie sobre él.Pero, recordé de nuevo a la persona que se encontraba en el suelo, creo que inconciente, y lo único que pude pensar era en buscar ayuda.

Fui corriendo a la habitación de mis padres.

Cuando llegué, abrí la puerta con poca delicadeza, como el caso ameritaba, y los comencé a sacudir para despertarlos.

Al principio, fue difícil, pero lo conseguí.

Mi madre levantó de mal humor, claro, a nadie le gusta que lo despierten, y menos como lo hice anteriormente, y creo, que al ver mi cara de susto, reaccionó, porque al instante me pregunto:

Mamá:¿pasa algo? ¿ es tu hermana?

Harriet:¡ no mamá! no todo el tiempo es con Jessy, lo que pasa, es que hay alguien tirado en el suelo de la cocina, ¡necesitamos ayudarlo!

Mi madre me miraba atónita, pero por el tono de seriedad con el cual le conté eso, me creyó.

Salí corriendo para llegar a la cocina primero, pero cuando llegué, ya no había nadie, busqué debajo de la mesa, miré para todos lados y ni rastro del sospechoso o sospechosa.

Llegó mi mamá, y lo único que hizo fue mirar el desastre que se hallaba en nuestra, anteriormente, impecable cocina, lo único que hice fue mirarla, lucía furiosa, y lo estaba, me gritó diciendo:

Mamá: ¡Harriet T. James!, ¡¿qué es este desorden?! ¿¡ acaso te inventaste lo del hombre muerto en el suelo para evadir el castigo?! pues, mira que te descubrí, vas a limpiar todo esto inmediatamente, no me importa que tan tarde sea ni que mañanas tengas clase, a tu cuarto no subes sin que esta cocina esté limpia.

No tuve ni un minuto para debatir lo dicho, pues, se fue a su habitación tirando chispas por los ojos, ni siquiera se de donde sacó lo de que estaba muerto...¡espera! ¿ y dónde está?, me asomé por la ventana para ver si depronto se encontraba tirado en el jardín, pero nada, bueno, lo único que me quedaba era limpiar todo, si no quería quedar castigada hasta los 30.

Comencé botando los platos rotos, después, proseguí a limpiar la mesa, y tenía razón, era jalea, después, comencé a barrer y trapeé luego.

Me tomó, supongo yo, como 2 horas, pero, valió la pena, me había quedado  limpio.

Subí a mi cuarto, aún me quedaban 5 horas de sueño, las cuales debía aprovechar si no quería quedar dormida en plena clase, aunque la idea no sonaba tan mal después de todo.

Me retiré las pantuflas de los pies, me acosté y coloqué léntamente el acolchado sobre mi cuerpo.

Cada vez que hacía el intento de juntar los ojos y comenzar a soñar, las imágenes volvían a mi mente: el hombre tirado, la cocina sucia, la jalea en la mesa...

En conclusión, no pude volver a dormir, y vaya que lo necesitaba, la única solución que me quedaba era rendirme y quedarme en vela.

AL OTRO DÍA

el colegio no es tan aburrido, creoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora