Wattpad Original
Te quedan 3 partes más de forma gratuita

Cuatro

71.3K 4.2K 3.4K
                                    

Cuando terminé de abrazarla, sentía miradas sobre nosotros.

—Esto es horrible —comentó ella y yo le di una de las bandejas plásticas, mientras las cocineras nos servían el almuerzo conforme avanzábamos.

—¿El qué? —reí—. ¿Hablas de que todos nos estén mirando?

—No —se tapó la nariz con la mano—, tu perfume es demasiado fuerte para mí —reí sonoramente—. No te burles.

—Lo siento —seguí riendo cuando nos dirigíamos de vuelta a la mesa.

   
Dejamos nuestras bandejas y nos sentamos el uno junto al otro, para unirnos a la conversación de nuestros amigos.

—¡Me encantaría ir! —exclamó Brooke—. Pero mi madre cumple años hoy y Travis y yo estaremos ahí.

—¿De qué hablan? —preguntó Eleanor, mientras empezaba a comer su almuerzo.

—Bueno —inició Greg—, pues que Hannah y yo pensamos que sería divertido invitar a los demás a nuestra "cita", pero tienen cosas que hacer, así que los planes se mantienen. Solo seremos nosotros cuatro —sonrió.

Yo empecé a comer, sintiéndome completamente incómodo por la presencia de las chicas. Teníamos poco más de un año de comer siempre nosotros cuatro y ahora, teníamos chicas al lado de cada uno.

Seguía sin parecerme la idea, pero lo había dicho antes: tendría que sacrificar cosas. Y esas "cosas" también implicaban mis almuerzos.

  
Mis amigos, sus novias y Eleanor mantenían una animada conversación, mientras que yo seguía comiendo en silencio.

Miré de nuevo a las parejas ante nosotros, quienes tenían unidas sus manos sobre la mesa o rodeaba su cuerpo por detrás con el brazo o simplemente estaban sentados cerca. Eleanor y yo manteníamos distancia.

Jamás creerían que nos gustábamos si nos sentábamos a diez metros el uno del otro —exagerando, obviamente.

Me moví levemente más hacia su lado y coloqué una mano en su espalda, ganándome una mirada suya. Estaba incómoda, sí, pero no podía quejarse, no era a ella a la que se le estaba yendo la sangre de la mano por la posición.

Minutos después, sonó la campana, indicando que debíamos volver a clase. Todos nos dividimos en parejas y volvimos caminando con tranquilidad a la clase. Llegamos a la puerta de la clase de biología, donde Eleanor y yo nos detuvimos frente a frente.

—Ese almuerzo hoy fue... raro —ella rio—. Pero tus amigos me agradan mucho, esto será más sencillo de lo que creímos.

—Supongo que sí —asentí, dándole la razón. En ese momento, un grupo de chicas del EFC se detuvo a nuestro lado y nos dieron un boletín a cada uno.

—Hay audiciones para las porristas mañana —dijo la chica chillona.

—¿Puedo ser porrista, Wen? —sonreí con picardía.

—Estamos aceptando chicos este año, tal vez estés interesado.

—Claro que me interesa —la miré de pies a cabeza.

—Nos vemos al rato, Ben —me lanzó un beso y siguió su camino con sus compañeras del Escuadrón de Faldas Cortas, moviendo sus caderas de una manera muy...

—Eres un cerdo —dijo Eleanor, llamando mi atención.

—¿Qué?

FingirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora