Fingir

Uno

Miré a todas partes intentando buscar la respuesta a todas mis preguntas, pero no logré encontrarlas. Las respuestas que buscaba no las encontraría jamás en el suelo o en el techo. Las respuestas que buscaba, estaban literalmente en la mente de mi compañero del lado, al que yo solo miraba, esperando a que mi presión visual hiciera efecto y él me pudiera dar las primeras ocho respuestas del examen. Pero como siempre, él estaba centrado en terminar el suyo para largarse y, en un par de días, recibir su nota perfecta.

—Señor Wallace —giré mi cabeza hacia la profesora—, ¿algún problema?

—La verdad es que sí.

—¿Y cuál es?

—Pues que no tengo idea de qué hacer —la mujer frunció el ceño. Pero no estaba seguro de la razón, probablemente había sido mi respuesta o las risas de mis compañeros provocadas por mi respuesta. Ambas eran opciones válidas.

—Esfuércese —dijo antes de dedicarme una mirada de odio. Típica de ella.

  
Minutos después, la profesora decidió recoger los exámenes y yo aún tenía algunas respuestas en blanco.

—¿Qué tal te fue? —preguntó Zack, abrazándome el cuello con su brazo cuando salimos del aula.

—Como siempre —alcé los hombros.

—Deberías ponerle más empeño, reprobarás y no quiero tener que venir a recogerte con Marie a la escuela de verano —rio.

  
Para los que no lo sabían, Marie era su novia desde cinco meses atrás. Su relación más larga y cargada de amor y cosas rosadas y con forma de corazón. Zack estaba perdidamente enamorado de Marie.

—¡Hey! —oí a un lado nuestro. Giré y encontré a Greg, alzando una mano hacia nosotros— ¿Qué tal todo?

—Normal.

—¿Y tú?

—Pues todo marcha estupendo —nos sonrió mientras seguíamos nuestro recorrido hacia la cafetería—, esta noche saldré con Hannah.

Hannah, para los que no sabían, era la novia prohibida de Greg. Es algo así como que los padres de ella lo odiaban, pero ellos se amaban y se echaban unos polvos cada vez que podían, lo que, según Greg, hacía la relación más interesante. Greg estaba perdida y locamente enamorado de Hannah.

   
Entramos a la cafetería mientras Greg nos relataba —o más bien a Zack, ya que yo rara vez prestaba atención— sus extraordinarios planes para la noche. Todos nos sonreían y saludaban, y yo, como de costumbre, les devolvía el saludo con mi mejor sonrisa.

—Hola Ben —dijo una chica, guiñándome un ojo.

—Hey.

—Benjamin —me saludó otra, mientras pasaba a nuestro lado moviendo sus caderas. Y, como no era de esperarse desde varios meses atrás, sólo yo volteé a ver cómo se alejaba su perfecto trasero.

Llegamos a nuestra mesa y ahí estaban Travis y Brooke, sonriéndose el uno al otro, conformando así, la tercera pareja.

Para los que no sabían, esta era considerada por muchos la mejor pareja de toda la secundaria. Se habían enamorado el uno del otro en segundo año, habían empezado a salir y eran una "ternura" el uno con el otro. Así que esa era la relación que toda chica en esta secundaria deseaba y, debido a eso, no era extraño escuchar a alguien decir: "Quiero una relación como la de Travis y Brooke". Y sí, Travis estaba loca y estúpidamente enamorado de Brooke.

—Disculpa linda —dije, ganándome la mirada de ambos—, pero llegó la hora de comer y tu chico es nuestro.

Ella rio sonoramente, pero yo lo dije en serio.