Prólogo

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-No quiero morir...no aún... Quiero vivir y ser feliz a tu lado- me rompía el corazón escucharla, pero no había opción, teníamos que saltar, saltar de un puente. Pero ¿por qué? O si, habíamos sido testigos de un asalto y asesinato y ahora los delincuentes nos habían acorralado, era saltar al vacío o ser atrapados y dejar que hagan con nosotros lo que quieran. Nos encontrábamos en un puente entre las montañas, era una noche fría, faltaba una semana para navidad.

-Lo sé, yo tampoco quiero morir aún, pero es eso o dejar que nos atrapen- sus ojos cristalizados eran una tortura, Dios ¿por qué  nos pasa esto? Hace un par de horas estábamos tan felices, soñando con un futuro que ya no existirá. Las lágrimas caían por mis mejillas, estaba desesperado, quería encontrar la forma de salvarla, pero era imposible.

Sentí sus suaves manos sobre las mias, estaba temblando-A la de 3 saltamos- su voz quebradiza me saco de mis pensamientos.

Yo solo asentí, la abrace por última vez, me aferre a ella, quería sentir su calor, sentirla a ella -Te Amo, te amo demasiado- Tome sus manos entre las mías y la mire directamente a los ojos -Te volveré a encontrar...te lo prometo, en nuestra próxima vida haremos todo lo que no pudimos hacer en esta- y así, con un beso selle la promesa.

-1, 2, 3- ambos saltamos al vacío tomados de las manos. Ambos nos perdimos en la profunda oscuridad de la noche.

Después de eso no recuerdo nada más, ni el dolor que sentí al momento de morir, solo eso recuerdo, solo el sentimiento de amor, la fuerte desesperación, como mis piernas me temblaban.

       *BEEP BEEP BEEP BEEP*

Desperte de golpe al escuchar el despertador, estaba agitado, sudando, había vuelto a soñar con eso.

Apague el despertador y solté un fuerte suspiro, en aquella ocaciones ella tenia 22 años y yo 23, eran meses los que nos separaban, en esta nueva vida tengo 15 años. Me levanto de la cama y me dirijo a la ventana para abrir la cortina, los tenues rayos del amaneces entran iluminando la habitación, tenues y cálidos, aunque letales para mis ojos, es una mañana fresca, la acera tiene pequeños montones de nieve.

Me dirijo al baño que esta en mi habitación para ducharme, me quito la pijama quedando en bóxer, miro mi cabello castaño alborotado en el espejo que esta sobre el lavabo, me quedo observando mi reflejo, mi nueva apariencia, me sigue pareciendo raro verme así a pesar de llevar 15 años con esta cara. Puede que todo haya cambiando, pero mis sentimientos no, la sigo amando como el primer día en que la vi en la universidad, tan hermosa... -prometo encontrarte de nuevo, definitivamente te volveré a encontrar Ángela.

Te volveré a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora