Capitulo 3: Conexión

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Ese chico me llamaba mucho la atención, el mayor problema es que no sabía porque, se veía tan frágil.

-ven y presentate al grupo- dijo la maestra haciéndose a un lado para darle espacio.
-Mi nombre es Danniel, tengo 15 años, en dos meses cumpliré 16, espero llevarme bien con todos- llevaba un suéter azul con mangas que le cubrían las manos, algo holgado, jeans de mezclilla, converse igual, una vieja mochila color negra con un par de pins y llaveros.

-Bien, integren a su nuevo compañero en la organización y sean buenos con el- se giro para hablarle solo a él -estarás bien, son buenos chicos, seguro harás amigos muy rápido- le sonrió y después se retiró del salón.

-¿Es atractivo no crees?-
-si, no esta nada mal-

Eran comentarios que iniciaban entre las chicas, un grupo de ellas se acerco a el, todas lo rodeaban, se presentaban con él una por una, las expresiones que hacía eran fascinantes, se veía que era tímido, su sonrisa era hermosa.

No podía dejar de mirarlo, era como un imán para mis ojos

-viejo dicen que vendrán chicas de otras escuelas, podremos buscar entre ellas-
-¿Enserio? Esa es una buena noticia.- dije entusiasmado.-bueno,  Iniciemos la búsqueda- dije para después salir del salón llevando a rastras a Esteban quien quería seguir enemorando a la chica que le gusta, Lucas lo llevaba de un brazo y yo del otro.

En el patio habían muchas carpas con diferentes cosas. Todo se veía muy animado, música en vivo, juegos, comida, todo era genial.

Habían muchas chicas de distintas escuelas, unas muy bonitas, nos deteníamos a verlas por unos minutos, y nada, ningún indicio, ninguna tenia sus características manías, como morderse el labio, ser inquieta, sonreír como desquisiada.

Comimos varias cosas mientras buscábamos, también jugamos un poco hasta que llego la hora de cuidar el puesto de comida de nuestro grupo.

Llegamos al lugar intercambiando lugares con nuestros compañeros, me colocaba un mandil azul oscuro, y una gorra de igual color yo atendía a la clientela mientras que Lucas preparaba la comida junto a Esteban, a mi me apoyaba una chica.

Aunque no lo pareciera este trabajo es realmente agotador, el sol se estaba ocultando dándole al paisaje tonalidades naranjas, miraba a las personas que iban de un lado a otro, riendo, jugando, disfrutando el momento, hasta que me a cierta persona que con su sola presencia había capturado mi atención.

Él iba caminando rodeado de chicas, llevaban manzanas acarameladas en las manos, el llevaba agarrada el extremo de la manga con la mano a la vez que iba mordiéndose el labio, eso era algo que ella hacia, que gran coincidencia, solo me hace sentir inútil, sigo sin poder encontrarla.

Termino el día con el anochecer, las estrellas brillaban, pero el resplandor de la luna era aun mayor, esta noche la luna me hizo compañía de camino a casa, la tranquilidad de las calles era especial, por un momento sentía paz.

Llegue a casa siendo recibido por mi pequeña hermana y con beso por parte de mi ahora madre, la persona que ahora era mi padre yacía en el comedor cenando.

Yo solo subí a mi habitación, estaba cansado, solo quería dormir. cerré la puerta y me tire a la cama, a los segundos caí dormido.

A la mañana siguiente me despertó el aire frío, habia dormido con la ventana abierta y a causa de ello ahora estaba resfriado, me sentía fatal, pero eran exámenes, tenia que ir a la escuela, tenia un poco de fiebre, pero no le tome importancia.

Baje y solo tome un vaso de jugó de naranja, salí de casa a toda prisa, la mañana era fría, llevaba puesto una chamarra azul marino con una bufanda azul celeste, jeans y unos tenis.

Llegue a la escuela mas temprano de lo normal, enfrente de mi asiento se encontraba ese chico...¿cuál era su nombre?... No lo recuerdo.

Paso por un lado suyo y saludo para después sentarme en mi lugar, siento mucho calor, demasiado, empiezo a marearme.

No pasa mucho tiempo cuando llegan Lucas y Esteban.

-¿Qué tal?- dice Esteban quien se pasa de largo a su asiento
-¿te sientes bien? te vez mal amigo- dice Lucas posando una mano en mi frente- tienes fiebre, debiste quedarte en casa-
-no podía darme ese lujo, hoy es el examen de matemáticas y lengua extrangera-

Pasaron unos minutos mas y el salón se lleno, al sonar el timbre el maestro llego para aplicar el primer examen, fue una hora horrible, no lograba pensar con claridad, de alguna forma logre responder la mayoría, el otro fue más fácil. Al salir del salón me sentía peor que en la mañana, todo me daba vueltas.

-oye, deberías de ir a la enfermería, tienes mala cara- decía Esteban
-Estoy bien, solo es un resfriado-

En dirección contraria venia aquel chico de ojos azules, eran increíbles, poco a poco mi visión se nublo hasta que perdí el conocimiento.

Te volveré a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora