Capítulo 7: Primavera

10 1 0
                                    

El tiempo se ha ido volando, de alguna forma ya estamos en primavera, falta un menos de un mes para que llegue abril.

Las cosas con "caperucita" siguen igual o peor, siento como mi corazón se parte en dos, como una parte de mi se niega a dejarla y como la otra desea continuar con una nueva oportunidad, el decir adiós es algo realmente difícil.

Seguí buscando sin resultados positivos, cada vez era mas notoria mi tristeza y ansiedad, las dudas en mi cabeza crecían ¿De verdad esto es lo que deseo? ¿Esta bien dejarlo todo? ¿Cómo podría dejar de amar a la chica de mis sueños, al amor de mi vida así sin más?

A este paso terminaría explotando.
Las pocas esperanzas que habían en mi corazón acabaron por morir, llego abril sin avisar, tan repentinamente. Estaba frente al calendario que tenia colgado a la pared, era 1 de abril.

Hoy iniciaría un nuevo yo, sin ataduras al pasado, era libre de las cadenas que me tenían prisionero, hoy daba libertad a los sentimientos que guardaba para dejar florecer los nuevos... Todo esto ¿es bueno no?...pero si es bueno...

¿Por qué me siento tan mal?

Me sentía débil, desdichado, sentía un gran dolor que venia acompañado de amargas lágrimas. La amo, la amo de verdad, pero es momento de dejarla ir. Lo siento tanto mi amor, no fui capás de cumplir mi promesa...

-Vamos animate! Hoy inicia una nueva vida! El amor florece y ahí viene caperucita- decía Esteban Canturreando y en efecto ahí venia.

Se dirijia a la cafetería, era realmente lindo. Me levante de la mesa en que estábamos para dirijirme a él. Estaba de espaldas viendo el menú del día.

-Hola- noté como se tensó al escucharme, se giro lentamente con la cabeza agachada.
-Hola...-
-podemos hablar?- mordía su labio inferior pensando en si aceptaba o no mi petición.
-esta...esta bien- me sentí feliz, caminamos a uno de los arboles de la escuela, era grande y daba una gran sombra. El clima era agradable, los cálidos rayos de sol se colaban entre las hojas. Estaba notablemente nervioso, mordía su labio, evitaba todo contacto visual, jugaba con las mangas de su suéter ¿Qué se supone que diga? sé que fui yo quien le pidió que habláramos pero...no se que decirle.
-Lo siento-
-eh?-
-Lo que paso aquella vez en mi casa- al recordarlo un rubor se adueño se sus mejillas - no estuvo bien que lo hiciera sin pedir permiso, tan solo lo pensé y mi cuerpo se movió solo- El silencio que había entre los dos se hacia mas largo y empezaba a desesperarme al no obtener ninguna clase de respuesta por su parte
-No importa...- otro silencio interminable iba a decirle algo mas pero sonó la campana de la escuela, era hora de reanudar las clases.

Ambos nos dirigiamos al salón, sintia como mis piernas temblaban, iba detrás de el a paso lento, la distancia que quedaba entre nosotros y el horrible salón de clases era cada vez menor.

Vamos habla, detenlo, habla...es ahora o nunca mas lo podrás hacer.

-Danniel- al mismo tiempo que pronuncie su nombre tomé su mano obligándolo a girarse hacia a mi, haciendo que me viera.

-Me gustas-

Es lo que salio de mis labios, solo dos palabras, tan difíciles de pronunciar.

-Me gustas Danniel, eres un chico realmente lindo, me hiciste cambiar por completo, hasta hace poco amaba a una chica con Tofo mi ser, pero tu llegada me saco de órbita, moviste mi mundo convirtiéndote en mi centro...tú me robaste el corazón pequeño bandido- estaba totalmente sonrojado, sus ojos brillaban por las lágrimas que inevitablemente caían.

-yo...-

Te volveré a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora