Zack y Maya se vieron en la heladería de Vanessa. Zack, antes de ir, se puso unos jeans y una sudadera para encontrarse con la chica, pero esta no se había molestado siquiera en peinarse. Estaba aún en pijama pero se había puesto una chaqueta porque hacía algo de frío.
—¿Por qué estás vestida así? — preguntó Zack mirando de arriba a abajo a Maya. Esta lo miró sin expresión.
—Porque se supone que estaba durmiendo. ¿Tú por qué estás vestido así?
Zack se encogió de hombros y se sentó en las escaleras que hay en la entrada de la heladería. Y con la mano indicó a Maya que se sentara. Ella vaciló un momento, pero luego se sentó. Ambos se quedaron un momento observando el cielo, que estaba lleno de estrellas. Esa parte de la ciudad estaba muy poco iluminada y se podían ver más estrellas que de costumbre.
—¿Es bonita, no? — preguntó Zack.
—¿Stacy? — preguntó Maya un tanto decepcionada.
—La luna — corrigió el otro.
Maya lo miró por unos segundos y Zack se percató de eso. Ambos recordaron por qué estaban allí y Zack comenzó a explicar.
—Mis padres pelean mucho desde que tengo 11 años, y yo lo sé, solo que ellos fingen que no pasa nada cuando estoy presente. Quiero hacer que se enamoren de nuevo o por lo menos poner fin a esto.
—Bueno, lo mejor que puedes hacer es decirles cómo te sientes respecto a eso, decirle que sabes que fingen y sabes lo que sucede. Ellos tomarán conciencia y harán algo para acabar con esa discusión constante.
Maya tenía razón, Zack debía contarles, pero eso no era lo que él quería, quería que sus padres volvieran a estar juntos como antes, y tenía fe en que Maya pudiera arreglar, o al menos intentar arreglar, ese matrimonio.
—No quiero hacer eso aún, lo que quiero es que vuelvan a estar juntos.
—No puedes forzar al amor, Zack. Si ellos ya no se quieren no podemos obligarlos a que lo hagan, si no son felices juntos, deben encontrar la felicidad de otra manera.
—¡Vamos, Maya! En la escuela te dedicas a unir personas, y lo haces bien. ¿No puedes intentarlo con mis padres?
—No lo sé, nunca he trabajado con adultos...
—Inténtalo, sé que puedes lograr algo.
Maya dudó. Ella era buena con los sentimientos de los adolescentes, pero ¿adultos? Eso sería algo difícil, pero no podía dejar de intentarlo. A fin de cuentas, si algo sale mal, Zack tendría que hacer lo que debía realmente.
—Voy a intentarlo, pero no prometo nada.
Zack se alegró y sin pensarlo abrazó a la muchacha, la cual se extrañó pero de todos modos le correspondió.
Cuando se separaron Zack la miró. Ella contemplaba el cielo de nuevo y pudo notar que sus ojos brillaban, él empezó a tener dudas sobre ella. ¿Cómo es que ella sabe todo de todos pero nadie sabe nada de ella? Él quería ser el primero en saberlo, le tenía confianza, y quería que ella también le tuviera confianza. Ser algo así como mejores amigos, junto con Evan.
Quería preguntarle algo pero de sus labios no salió más nada que un:
—Creo que deberíamos volver.
A lo cual Maya asintió y se fue de nuevo a su casa, y Zack a la suya. Se arrepintió de no haberle preguntado nada, pero ya había un mañana y podría preguntarle lo que el quisiese.
A la mañana siguiente, Zack desayunó lo más rápido posible, ya que llegaba tarde otra vez a la escuela. Cuando llegó en su bici, había quedado en encontrarse con Evan en el jardín, aunque realmente ellos hacían eso todos los días. Cuando lo vio estaba sentado con Paige debajo de un árbol, ambos chicos lo vieron y se limitaron a saludarse.
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Solo Bésala ©
Teen FictionZack solo quería consejos para acercarse a la chica que le gusta. Hermosa portada hecha por @angelicagrullon39