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—¿Cuál es tu prototipo de chica perfecta? — le preguntó Paige a Zack en el primer recreo, al día siguiente en la escuela mientras este observaba de lejos a la rubia quien estaba con Flynn hablando sobre algo que Zack desconocía. Evan había faltado y tal vez esa era la razón por la cual Paige estaba con su mejor amigo, aunque realmente ella quería saber eso desde que sabe de su existencia, y ahora que tiene la oportunidad...

—Esa pregunta deberías hacérsela a Evan, no a mí, él conoce sus gustos, y aunque yo sea su mejor amigo no puedo responder a eso — respondió el muchacho sin dejar de ver desde la rama de uno de los árboles. Paige estaba de píe apoyada en el mismo árbol.

—Pero te estoy preguntando a ti, Zack — rió la chica.

—Wow — por primera vez en ese momento desvió la mirada de la rubia para dedicársela a Paige por unos segundos —, pues... ¿Físico o mental?

—Mental, por lo que veo te gustan mucho las rubias — la chica rodó los ojos.

—Bueno, me gusta que las chicas tengan iniciativa, sean de buen humor, me hagan pasar un buen rato y no me refiero a eso de... Tú sabes — la chica asintió y Zack se encogió de hombros, estaba hablando libremente sin pensarlo mucho, decía la verdad —; me refiero a que me hagan reír y no me hagan sentir mal en ningún momento, mucho menos incómodo. Una chica con la que pueda hablar libremente sin preocuparme de que me vaya a juzgar o ignorar por aquello, que haya confianza. Que me entienda y esté para mí siempre. Que me ayude a resolver mis conflictos personales y, bueno, que me ame tanto como yo la ame a ella — se quedó mirando fijamente el tronco del árbol hasta que reaccionó y volvió la vista a Stacy.

—Eso es tierno — dijo Paige quien sonrió tontamente —. ¿Has conocido a alguien así?

Zack se distrajo de nuevo y miró a la próxima novia de su mejor amigo, ¿había conocido a alguien así? No estaba seguro, tal vez lo hacía, pero moría por que Stacy fuera así, sería perfecto, aunque ya lo ha hecho sentir mal e incómodo. Pero, ¿qué es de la vida sin oportunidades?

—No lo sé... ¿Tal vez? No estoy seguro — dijo finalmente encogiéndose de hombros y volvió la vista en dirección a la rubia pero esta ya no se encontraba ahí, entonces buscó desesperadamente con la mirada hasta detenerse en las escaleras que te hacían llegar a los adentros de la escuela, ahí estaba Maya, leyendo un libro, con sus típicos audífonos blancos, vestía con unos pantalones holgados y una camisa corta de color negro, unos tenis rojos que hacían juego con el gorro que tenía puesto. A Zack le gustaba mucho su estilo —. ¡Eh, Maya! — le llamó pero por un momento olvidó que la chica traía puesto sus auriculares y se dio un golpe en la cabeza con la mano.

De pronto Maya cierra su libro, lo había acabado y miró decepcionada el suelo, se levantó y buscó con la mirada algo, hasta que Zack volvió a llamarla y ella fue hacia los dos chicos.

—Hola, Zack, Paige — dijo al llegar y Zack sonrió.

—Me gusta que ahora tengamos nuestro "siempre" — dijo y Paige miró al chico con duda, mientras que Maya, por su lado, se sonrojó de la vergüenza. Aunque le parecía un acto relativamente lindo, seguía pensando que era algo tonto y no tenía sentido, pero ¿es que no se da cuenta que nada tiene sentido en la vida?

—No tienes que decirlo en público, Zack — escondió su cara con la mano y el chico rió en el acto.

—No estoy entendiendo nada — dijo Paige sonriendo sarcástica.

—Es que anoche Maya y yo personalizamos nuestra escena de Bajo la misma estrella. — explicó Zack haciendo que Paige se reía.

Solo Bésala ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora