IV

20 6 3
                                    

 Me sonreíste y me quedé helada. Amo tu sonrisa, es una lástima que tenga que compartirla con cualquiera que  te mire.

 Cuando te vi sentí correr una energía muy rara dentro de mi cuerpo. Fue como si me hubiesen aplicado electro-shock luego de un largo tiempo de relajación. No sé cómo hiciste, pero te juro que a partir de ese momento sentí que ya nada iba a ser lo mismo, tenía un presentimiento que me atormentaba y no podía dejar de darle vueltas. Por más que haya sido una simple mirada acompañada con una sonrisa, no sabía cómo interpretarla y necesitaba obtener una respuesta pronto o no podría decir si mi cerebro explotaría antes que mi corazón o viceversa. 


 Así como obra de magia, mi suerte comenzó a cambiar. Ese mismo día ocurrió algo que no me esperaba para nada. No estaba preparada mentalmente y no sabía cómo reaccionar.

 ¿Cómo fue que pasó lo que pasó?

 No lo sabría ni en mil años.

 ¿Qué fue lo que pasó?

 Me escribiste y no lo pude creer.

 Era cuestión de tranquilizarme, calmar las aguas y reaccionar como una persona normal. Pero, a decir verdad, ¡¿CÓMO IBA A TRANQUILIZARME SI MI CRUSH ME HABLÓ SIN ESPERARLO?!.

  Cuando esto pasó casi me muero de un infarto pero quizá nunca sabrás la felicidad sentí. Ese sentimiento fue similar a lo que me pasa cuando te escucho hacer lo que te gusta.

 Fue tan lindo comenzar a hablarte... conversamos por horas y horas, me contabas anécdotas, yo te contaba las mías. Me hablabas de tus miedos, de tu amor por la música, contábamos chistes, nos reíamos de cualquier cosa que se nos cruzara por la cabeza.

 Pero aún así no puedo bajar la guardia, quizá es todo producto de mi cerebro para engañarme. Apenas te conozco y no confío lo suficiente. Por más que me hayas hablado de cosas muy importantes para ti intentaré no caer porque si doy un paso en falso seré la única que caiga y no habrá nadie para ayudarme.

 ¿A quién engaño diciendo que no caeré?

 Me tropecé apenas vi tu sonrisa, cada palabra que me escribes tiene un lugar en mi corazón. Cada vez que sonríes, cada vez que te miro caigo más profundo en este pozo disfrazado de paraíso llamado amor.

 Las preguntas en mi mente siguen molestándome y quitando del camino cualquier otro pensamiento que se me cruce. Sé que son complicadas de responder y que probablemente nunca te las preguntaría. No es solo por ser tímida, sino porque estoy asustada. Hace mucho tiempo que no siento algo así y realmente no quería volver a sentirlo. Siempre termina mal, eres imposible de alcanzar por más que los demás digan que no es así.

 Lo único que puedo hacer ahora es seguirte la corriente y ver hasta dónde quieres llegar, armar una estrategia para no salir lastimada pase lo que pase, digas lo que digas. Calcular todo fríamente sin darte lugar a que te apoderes de mí. Actuar con la cabeza y callar a mi frágil corazón que hace tiempo está arreglado de manera improvisada con unas  cintas de papel que en cualquier momento pueden llegar a romperse otra vez.

Musical ChemistryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora