Estaba recostada en la cama mirando televisión cuando Niall colapsó a mi lado. Él acaba de salir de una ducha y su cabello estaba mojado, se recostó en la cama y recargó su cabeza sobre mi vientre.
-Niall, estás demasiado mojado, estás mojando mi blusa.- Mencioné.
-Lo siento, nena.- Contestó estirándose un poco y tomando una almohada, lo puso sobre mi estómago y volvió a acostarse para después enfocarse en su celular.
Me entretuve pasando mis manos por su cabello.
-Hueles demasiado bien.- Dije alcanzando a percibir el olor de su cabello.
-Síp, eso es lo que usualmente pasa cuando la gente se baña, ________.- Contestó con una sonrisa burlona.
-Es solo que tú hueles a coco.
-Hmm, eso es raro.
-¿Utilizaste mi champú?- Pregunté mirándolo.
Niall volvió su mirada a su teléfono.
-Nah.
-Creo que lo hiciste, hueles un montón como mi champú.
Él levantó la mirada hacia mi y sonrió.
-Está bien, lo hice. Es solo que no encontré nada de mis cosas de baño en la ducha y todo está lleno con las tuyas, así que sí, huelo como chica ahora.
-Está bien, Niall.- Solté una risa.
-También utilicé tu acondicionador, necesito comprar uno igual para mí, dejó mi cabello realmente suave.- Niall mencionó pasando una mano sobre su cabello, haciéndonos reír a ambos.
De repente Niall se sentó sobre el colchón y me miró.
-Amor, escucha. He estado pensando-
-Wow.- Lo interrumpí, bromeando un poco.
-No, en serio. He estado pensando sobre nosotros y... creo que deberíamos dar el siguiente paso y ya sabes, vivir juntos.- Mencionó rascando su nuca con nerviosismo y mirándose completamente adorable.
-¿Hablas en serio?
-Sí, quiero decir, si tú también quieres. Además la mayoría de tus cosas ya están aquí; tu ropa está por todo mi closet y el baño está lleno de tus cosas también. Realmente me encantaría que quisieras vivir conmigo.- Terminó haciéndome sonreír de inmediato.
-Aw, Niall. Eso es muy dulce, amor. Por supuesto que me encantaría vivir contigo.- Me acerqué a él y dejé un beso en sus labios.
Nos separamos después de unos segundos y Niall continuó hablando.
-Oh, y también utilice tu rastrillo.- Soltó una risa.
-Bien, aquí es donde tengo que poner una línea.- Bromeé haciéndolo reír de nuevo.
Volvió a recostarse sobre la almohada que yacía sobre mi y un par de días después pasamos mis cosas de mi departamento al suyo para vivir oficialmente juntos.