Capítulo 31 | Fotografía

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Cuando despierto, me doy cuenta que estoy acurrucada contra el cuerpo de mi novio. Estoy usando uno de sus brazos como almohada, mientras que con el otro sostiene su teléfono sobre su rostro y desliza la pantalla lentamente.

Estamos tan cerca que puedo sentir cada uno de sus movimientos y escuchar su corazón que late con calma. El leve movimiento de mi cabeza lo hace mirar en mi dirección. Le dedico una sonrisa adormilada y levanto mi cabeza para que retire su brazo. Me volteo para darle la espalda y seguir durmiendo.

Él era el responsable de que durmiéramos tan tarde.

Realmente no podía quejarme. Pensar en lo que habíamos hecho anoche hacía que mi piel sintiera chispas, como si me hubieran encerrado en un frasco con polvo de hadas o algo parecido.

Siento su cuerpo rígido contra mi espalda y me da un suave beso en mi hombro mientras una de sus manos acaricia mi costado de lado a lado con un leve roce de sus dedos.

—¿Quieres seguir durmiendo, preciosa? —pregunta suavemente. Yo sólo puedo contestarle moviendo mi cabeza de arriba a abajo—. Tengo que ir al estudio un rato. Hay comida en el refrigerador, por si quieres desayunar algo...

Ya no escucho nada después de eso. Sólo siento que deposita un beso en mi nunca antes de levantarse de la cama. De verdad quiero pedirle que no se vaya, pero la oscuridad me invade y me abandono al sueño.

Cuando despierto, ya falta poco para el medio día. Tomo mi teléfono del buró a mi izquierda y lo primero que veo en pantalla, además de muchos recordatorios sobre mis clientes con los que me reuniré más tarde, es un mensaje de Jiyong. 

"Te extraño. ¿Podemos hacer un maratón de películas cuando regrese?"

Su mensaje venía acompañado con el emoji del gatito enamorado. Yo sonreí, aún sintiéndome algo perezosa. Aquél chico tenía la culpa de mi cansancio extremo.

Si tan sólo se hubiera conformado con hacerlo dos veces...

"Claro que sí. ¿Regresarás muy tarde?"

La respuesta no tardó en llegar... ¿Y cómo iba a hacerlo si se la vivía pegado al teléfono?

"No lo creo, los chicos y yo estamos arreglando todo para la gira de domos en Japón"

Cierto. En sólo unos meses tendría que irse de nuevo. Siento la ya familiar presión en el pecho cada vez que me menciona que se irá por mucho tiempo.

"Entonces sigue trabajando, cariño. Nos vemos en un rato"

Agrego un emoji de un beso y presiono enviar. Dejo el teléfono a un lado para dirigirme al baño y darme una muy merecida ducha. La sensación del agua caliente contra mi cuerpo relaja mis músculos y me hace cerrar los ojos para disfrutar de la sensación.

Cuando paso el jabón por mi cuerpo, siento las cicatrices. Son el recuerdo constante de que aquél día no fue producto de mi imaginación.

Fue completamente real.

Debo admitir que aún tengo miedo. Han pasado meses, casi un año, y aún así no puedo evitar mirar hacia atrás constantemente cuando camino por la calle sola. Cualquier ruido en el apartamento me hace brincar del susto.

Excepto cuando estoy con Jiyong.

Esas cicatrices también me recuerdan a todas las veces que sus labios las cubrieron de besos, me llevan de nuevo a esas noches en las que me sostenía contra su cuerpo mientras las lágrimas no paraban de salir, a todas las veces que cocinaba para mí y me ayudaba con la terapia física...

Me recuerdan que sobreviví.

Cierro la llave del agua y me pongo algo de ropa cómoda para prepararme el desayuno. Me fascinaba ver cosas mías en el mismo lugar que las de Jiyong, me encantaba besarlo cada vez que llegaba a casa, sin embargo, mudarme con él era una historia completamente diferente.

Viajaba constantemente fuera de Corea por mucho tiempo y yo tendría que estar sola, rodeada de sus pertenencias y de su aroma todo el maldito tiempo.

¿Se imaginan esa tortura?

Mientras tomo café, enciendo el televisor para que la habitación se sienta más bulliciosa, y justo cuando estoy a punto de voltearme por completo para buscar algo en el refrigerador, logro captar por el rabillo del ojo una foto mía y de Jiyong en la alfombra de la noche anterior.

Casi me atraganto con el café.

Voy hasta la sala y tomo el control entre mis manos, sin dejar de ver la fotografía.

Me encanta.

Reconozco que esperaba un peor resultado, pero al parecer los paparazzis habían resultado útiles para algo por primera vez en la vida. En la fotografía, G-Dragon me tiene bien sujeta por la cintura. Yo estoy sonriendo hacia las cámaras y él me mira con los ojos llenos de amor sin que yo lo note.

—Si de algo estamos seguros, telespectadores, es que el hombre más famoso de Corea está más enamorado que nunca —dice una señora que aparece después de que aquella fotografía.

—La fotografía se hizo viral apenas se hizo pública y no tardó en aparecer en las tendencias de Naver. ¿Tu qué opinas, Yoo Hye-ssi, del vestido de Megan? ¿Es bellísimo, cierto? —pregunta otra presentadora del programa a la que había hablado anteriormente.

—¡Me encanta! El dorado le queda perfectamente bien. Seguramente G-Dragon ayudó a la elección, todos sabemos que es considerado el fashion icon de Asia y no se podía esperar menos de su pareja.

Aish... Seguramente él se encarga de llenar su guardarropa cada temporada...

—¿Estás celosa, So Hyun-ssi?

—¡Toda mujer lo está, unnie!

Si tan sólo supieran...

—Además, debemos recordar que Megan-ssi sufrió un evento traumático hace relativamente poco tiempo y nos hace muy felices saber que está como nueva.

Las apariencias engañan.

Aigoo... No lo recordaba. Es difícil creerlo de tan bien que se ve.

Ambas siguieron hablando, pero yo ya no les presté atención. Regresé por mi celular a la habitación y busqué todas las fotos del evento de anoche.

Él se veía guapísimo en todas ellas, mientras que en algunas mi cara de incomodidad era muy notoria.

¿O sólo soy yo tratando de buscarles algún defecto?

Guardo la foto que tanto me había gustado y le dibujo un corazón antes de enviársela a Jiyong.

"¿Por qué miraste así? Aish... Me robaste el reflector"

No pude reprimir una pequeña risita.

"Es lo que hace G-Dragon, nena. No te lo tomes personal"

¡Presumido! ¡Arrogante! ¡Encantador!

Tenía la sonrisa tatuada en el rostro. Justo cuando estaba a punto de contestar algo más, el celular volvió a vibrar en señal de que había recibido otro mensaje.

"¿Por qué me culpas a mí? Tú eras la que te veías preciosa"

Siento como mi rostro comienza a calentarse en señal de que me estoy sonrojando.

¡Diablos! ¿Por qué tenía el poder de desarmarme con sus palabras?

Me olvido por completo del desayuno y después de una estupenda mañana, me pongo a trabajar, esperando con ansias aquél maratón de películas.

No me olvides | G-DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora