Lidia
—Paquete para Lidia Briggs.
—¡Soy yo! —grité, corriendo hacia la puerta para atender al repartidor. El sujeto no perdió tiempo en mirarme, pero mi emoción fue tan grande que ni siquiera le presté atención. Sólo firme el papel y prácticamente cerré la puerta en su cara.
—Lidia, por favor, modales. —dijo mamá, poniendo los ojos en blanco y yo solté una risita mientras corría de regreso al sillón.
—Sí, debes decir: Maldición, llegas tarde, idiota y luego azotar la puerta, cariño. —Se burló papá, y mamá le frunció el ceño mientras ambos nos reíamos—. De todas formas, ¿qué es lo que llegó?
—Bueno, con esto del gran evento que dará Aspen, le pedí a Chad que me enviara algunas telas, ya que, ya saben, están allá en Francia. ¡Y estoy planeando hacer un hermoso vestido para mí y Aspen que va a lanzarme a las estrellas! Te lo juro mamá, voy a lograr llamar la atención de muchos con esta maravillosa tela —dije, abriendo la caja y sacando delicadamente el tesoro que Chad me había enviado—. Dios, esta vez voy a hacer algo realmente bonito.
—Bah, tú siempre puedes hacer cosas bonitas, con o sin telas costosas. —Dijo papá, poniéndose de pie y besando mi frente—. Y estoy muy orgulloso de ti también. Te amo, adiós.
—Adiós papá —dije, viéndolo despedirse de mamá antes de ir hacia la puerta. Mamá se sentó junto a mí y echó un vistazo al cuaderno de diseños sobre la mesa de café—. ¿Tú que piensas, ma? ¿Te gusta ese diseño?
—Bueno, es elegante y majestuoso. ¡Claro que me gusta! Pero tu papá lo dijo, cariño, tú siempre haces cosas maravillosas. Y no necesitas volverte loca con ello, ni siquiera necesitas esforzaste. Es algo que te sale natural... —Mamá desvió la mirada, como si pensara en las palabras correctas—. A lo que voy es que necesitas un descanso. Ve por tu hermana, salgan de fiesta, busca a tus amigas, diviértansen. Necesitas dejar los diseños, al menos por un día, Lidia. Tanto trabajo va a hacerte mal.
—Pero, mamá... —Comencé pero su mirada me hizo detenerme de responderle.
—Sin peros, ¿Por qué no me ayudas en la cocina? Quiero llevarles algunas galletas a Aspen para el almuerzo de más tarde. Quizás puedan salir luego, todos ustedes, los jóvenes. —dijo mamá, tomándome de las manos para levantarme del sillón.
Mis ojos continuaron pegados a la caja, pero me moví con ella a la cocina y me dediqué a ayudarla. Después de todo, quizás tenía razón. Estaba pensando en tantos diseños, todo el tiempo, que me quedé atascada en algunos diseños, sin saber cómo terminarlo, cómo hacerlo sobresalir.
Trabajar con Chad me había acercado a muchas personas y diseñadores famosos, pero aún no conseguía el impulso que necesitaba para salir del ala de Chad y poder moverme entre las personas por mi cuenta. Aspen me había nombrado su diseñadora especial, así que yo siempre me encargaba de sus vestidos para las fiestas, reuniones o beneficencias, al igual que entregas de premio de Eric. Entregas a las que mi propia hermana iba, acompañando al "gran" Elias Waters.
Ja. Si hace cinco años me hubiesen preguntado si mi hermano hubiera permitido que su hermana saliera con su compañero de banda, conociendo sus propias andadas, posiblemente habría dicho que era imposible que fuera mi hermano. Ahora... Bueno... desde que el bichito del amor le había picado a mi hermana, Eric no dijo ni una oposición, con excepción a las del comienzo. Creo que el estar tan enfrascado en su propia relación le había impedido oponerse a los deseos de Leti.
Entonces, mi hermana se fue de la casa para vivir con Elias, Aspen y Eric tenían su apretada agenda aún más apretada con las llegadas de sus hijos y de Travis prácticamente no se sabía nada. Tratábamos de reunirnos todos pero a veces no se podía por todas las tareas y metas que teníamos. Yo era la única viviendo en casa de mis padres y eso como que apestaba. Me sentía una fracasada. Por eso seguía esforzándome incansablemente, quería poder tener mi propio dinero e irme de allí, para darles privacidad a mis padres y para poder ser independiente.
Durante toda mi juventud, había sido muy apegada a mi gemela y ahora era tiempo de ser sólo yo. Cuando iba creciendo, estaba tras la sombra de Eric, y la de Trav, ya que él había sido un gran jugador de futbol en la universidad, hasta el día en que se accidentó jugando y ya no pudo jugar más. Por fortuna, y para distraerlo, la noticia de que iba a ser padre le llegó rápido y no se lamentó por su pasado, si no que se esforzó para salir adelante, sin la ayuda de nadie, para casarse con su novia embarazada y criar a sus hijos y esposa como era debido.
Nunca nos gustó aceptar dinero de Eric. Quiero decir, no somos ricos, pero nos mantenemos. A veces nos damos el gusto de gastar algo de más. Sé que mis padres aceptaron dinero de Eric para que pudiéramos ir a la universidad, y los entiendo, porque un hijo en la universidad ya es mucho, ¡imagínate dos! Pero también sé que ellos siguen insistiendo en pagar, de a poco incluso, porque segun ellos, era su responsabilidad pagar algo como eso. Los respeto mucho a ellos, por eso, por demostrarme lo fuerte que son y cuanto amor tienen para nosotros. Amo a mis padres más que nada, porque no hay personas mejores en este mundo que ellos dos.
—Y dime... ¿Cómo van las cosas con esa chica? ¿Era Cathy? —preguntó mamá, preparando la mezcla para sus galletas. Puse los ojos en blanco, con mis mejillas ardiendo.
—Kit, mamá, y sólo somos amigas. —dije, sentándome en la isla porque su "ayuda" que siempre pedía al cocinar era sólo sentarse allí y conversar con ella. Mis mejillas ardieron aún más cuando mamá me echó una mirada que me decía que no me creía—. Bueno, las cosas no eran serias, así que ahora sólo somos amigas.
—Bueno, esa respuesta es mejor pero no lo entiendo. Ella era tan amable y linda. —dijo mamá, con una mueca. La imité, mi mueca era una mezcla entre incertidumbre y un mal recuerdo.
—Sólo no es mi tipo, ma. No para algo... permanente. —Traté de explicar sin muchos detalles pero mi mamá elevó una ceja hacia mí—. Por favor, no me hagas explicartelo.
—Bah, está bien, si no quieres hablar... Pero hay una gran chica trabajando en el...
—No empieces mamá, no porque todos tus hijos estén en pareja significa que debes andar de casamentera para mí. —dije, enviándole una mirada que sólo la hizo reirse a carcajadas.
—Aah, bueno, sólo quería intentar. De todas formas te daré su teléfono... Realmente se ve muy buena.
Dios, ¿por qué querría irme yo de casa?
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Abrázame y sosténme fuerte (Sonríe y dí que me amas #3)
Romance+TERCERA PARTE DE SONRÍE Y DÍ QUE ME AMAS+ Dos hermanas. Un terrible accidente. Y un lazo inquebrantable. Leticia Briggs finalmente está lista para abrir su propio negocio. Han sido años de esfuerzo, pero gracias a una pequeña ayudita de su familia...