Era de noche. Los seis cenamos juntos, y después de ver una película con algunas golosinas, los niños se habían quedado dormidos por toda la sala.
Con una cobija, tapé a cada uno, besé sus cabezas y finalmente cargué y llevé a su cuna a Luke. Fue un día igual de cansado que los demás.
Una vez en mi cuarto, me dirigí a mi baño y comencé a llenar la bañera. Tomé mi ropa y toalla, para así encerrarme en mi cuarto de relajación.
Al encontrarme sin ropa, me adentré lentamente en el agua caliente de mi tina. Era tan relajante.
Tomé mi teléfono celular y marqué el número destacado de mi agenda.
"Carlos".
Esperé mientras escuchaba algunos pitidos. No tardó mucho, cuando al fin respondió.
-Hola amor- Sonó al otro lado de la línea.
Al escuchar su dulce voz sonreí -Hola amor, ¿Qué tal todo?-
-Todo bien, al fin Aldo consiguió chica- Rió al hablar de su hermano menor.
-Ya veo- Reí de la misma manera.
-Mamá estaba perdiendo las esperanzas- Se burló.
Solté una pequeña risilla y me mantuve en silencio -Y...¿Qué pasará con éste sábado?- Pregunté curiosa.
Escuché un alargado silencio en la línea. Hasta que volvió a hablar -¿Qué con el sábado?-
Al escuchar sus palabras no pude evitar sorprenderme, ¿En serio olvidó nuestro cumple mes?. Digo, ya llevamos dos años y pronto seis meses de pareja.
-Eh... nada, nada- Reí nerviosa.
-Vale. Oye bebé, tengo que colgar, mañana tengo una prueba y no quiero desvelarme-
-Oh, claro... Hablamos mañana- Sonreí torcidamente.
-Adiós, un beso-
-Adiós, te am...- No me dejó terminar, ya había colgado.
Miré extrañada mi teléfono y opté por arrojarlo a la alfombra.
Al terminar mi baño, me sequé y arropé. Lavé mis dientes, sequé mi cabello y apliqué una rápida mascarilla.
Una vez en mi cama, miré una última vez mi bandeja de mensajes. Uh, ninguno de aquél chico... En fin.
Opté por dejar mi aparato, y descansar...
A la mañana siguiente, el molesto ruido de mi alarma interrumpió mis sueños.
-Maldición...-
Una vez más, como siempre, me levanté sin ganas. Me preparé y alisté para la escuela; en la sala se escuchaban gritillos y risas, por lo que supuse que mis hermanos estaban despiertos.
En efecto, al bajar las escaleras estaban mis hermanos jugando con la nintendo.
-¡Es mi turno!- El pequeño Derek saltaba con euforia, en busca de atención por parte de los mellizos.
Luke desde su sillita gritaba y reía con alegría mirando a sus hermanos.
Los miré detenidamente por unos minutos, al parecer ninguno había notado mi presencia. Me erguí con autoridad y ordené.
-¡Alineados!-
Todos se sobresaltaron, sin embargo obedecieron. Cada uno se sentó en la mesa por orden de edades y me miraron en silencio.
-Dan, ¿Qué rayos haces?- Mi papá se encontraba mirándome mientras movía una sartén. Llevaba puesto un rosado mandil atado a la cintura.
-¡Oh! P-pensé que ya te habías ido...- Tartamudeé con una risa nerviosa.
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¡Hey Dan!.
Ficção AdolescenteDanielle es su nombre. Una joven adolescente común y corriente. No era la típica nerd ni mucho menos la chica rebelde que se enamoraba de su opuesto. Ésta es la historia de una chica más, una estudiante más; alguien tan común como tú y yo. Su vida a...