Cap. 4 Vergonzoso momento entre pareja.

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Era de noche. Los seis cenamos juntos, y después de ver una película con algunas golosinas, los niños se habían quedado dormidos por toda la sala.

Con una cobija, tapé a cada uno, besé sus cabezas y finalmente cargué y llevé a su cuna a Luke. Fue un día igual de cansado que los demás.

Una vez en mi cuarto, me dirigí a mi baño y comencé a llenar la bañera. Tomé mi ropa y toalla, para así encerrarme en mi cuarto de relajación.

Al encontrarme sin ropa, me adentré lentamente en el agua caliente de mi tina. Era tan relajante.

Tomé mi teléfono celular y marqué el número destacado de mi agenda. 

"Carlos".

Esperé mientras escuchaba algunos pitidos. No tardó mucho, cuando al fin respondió.

-Hola amor- Sonó al otro lado de la línea.

Al escuchar su dulce voz sonreí -Hola amor, ¿Qué tal todo?-

-Todo bien, al fin Aldo consiguió chica- Rió al hablar de su hermano menor.

-Ya veo- Reí de la misma manera.

-Mamá estaba perdiendo las esperanzas- Se burló.

Solté una pequeña risilla y me mantuve en silencio -Y...¿Qué pasará con éste sábado?- Pregunté curiosa.

Escuché un alargado silencio en la línea. Hasta que volvió a hablar -¿Qué con el sábado?-

Al escuchar sus palabras no pude evitar sorprenderme, ¿En serio olvidó nuestro cumple mes?. Digo, ya llevamos dos años y pronto seis meses de pareja.

-Eh... nada, nada- Reí nerviosa.

-Vale. Oye bebé, tengo que colgar, mañana tengo una prueba y no quiero desvelarme-

-Oh, claro... Hablamos mañana- Sonreí torcidamente.

-Adiós, un beso-

-Adiós, te am...- No me dejó terminar, ya había colgado.

Miré extrañada mi teléfono y opté por arrojarlo a la alfombra.

Al terminar mi baño, me sequé y arropé. Lavé mis dientes, sequé mi cabello y apliqué una rápida mascarilla.

Una vez en mi cama, miré una última vez mi bandeja de mensajes. Uh, ninguno de aquél chico... En fin.

Opté por dejar mi aparato, y descansar...

A la mañana siguiente, el molesto ruido de mi alarma interrumpió mis sueños.

-Maldición...- 

Una vez más, como siempre, me levanté sin ganas. Me preparé y alisté para la escuela; en la sala se escuchaban gritillos y risas, por lo que supuse que mis hermanos estaban despiertos.

En efecto, al bajar las escaleras estaban mis hermanos jugando con la  nintendo.

-¡Es mi turno!- El pequeño Derek saltaba con euforia, en busca de atención por parte de los mellizos.

Luke desde su sillita gritaba y reía con  alegría mirando a sus hermanos.

Los miré detenidamente por unos minutos, al parecer ninguno había notado mi presencia. Me erguí con autoridad y ordené.

-¡Alineados!-

Todos se sobresaltaron, sin embargo obedecieron. Cada uno se sentó en la mesa por orden de edades y me miraron en silencio.

-Dan, ¿Qué rayos haces?- Mi papá se encontraba mirándome mientras movía una sartén. Llevaba puesto un rosado mandil atado a la cintura.

-¡Oh! P-pensé que ya te habías ido...- Tartamudeé con una risa nerviosa.

¡Hey Dan!.Where stories live. Discover now