capítulo 2

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Los recuerdos de mi infancia,pueden ser muy similares a los de todos, tomar agua de la manguera parecía buena idea hasta que el agua te llegaba a el cerebro y probablemente te ahogabas a tal grado de sentirte morir pero sigues jugando porque eres niño y estás bien pendejo.

Solía jugar con carritos y superhéroes,creyendo que era Superman o Batman,hasta que cortaba las cortinas de mi abuela y está en coraje me golpeaba hasta dejarme hecha puré.

Admito que me merecía las palizas que mi abuela me ponía,pero aveces eran tan absurdas.
Me golpeaba por todo, lose,era un desastre andante, pero joder
Golpearme por no saber cocinar a los cinco años,no era correcto.

Mi abuela no era de esas abuelas que son un amor de viejas, noo, ella era cruel, despiadada pero admito que sin ella no sería la hija de perra que soy ahora.
Claro que no me buscaré un marido como el que ella se cargaba, claro que mi abuelo era un desastre, malvado y egoísta pero su corazón estaba lleno de amor hacia sus nietas,mi hermana y yo tenemos la dicha de siquiera estar con ellos en su vejez.

Porque ver envejecer a un abuelo es lo más triste y grato de ver.
¿Porque triste?, porque ellos enferman y lloran de impotencia cuando ya no saben qué hacer.
El dinero se acaba y ellos quieren darnos solo lo mejor.
Es Triste verlos llorar porque sus hijos no se van a parar a su casa para saber cómo están y si están bien.

Es grato de ver porque cuando llega el último día de su vida ellos se van felices de pensar que lo único que hicieron bien fue habernos recibido en su morada.

Lo Que Nunca SabrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora