XXII-Capitulo

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Maratón 1/2

Ya he perdido la cuenta de cuando fue la primera vez que empecé a tomar píldoras para dormir, tres meses creo que son... desde ese momento me he vuelto super dependiente de ellas, hay dias en las que me arrepiento de haberlas tomado pero ya en la noche digo que será la ultima que tome para poder dormir, al día siguiente pasa lo mismo, en fin... esto se ha convertido en un jodido ciclo vicioso...

Es viernes, son casi las diez de la noche y en vez de estar durmiendo en mi cama, aquí me encuentro frente al espejo observando el vestido que me acabo de colocar.

Es de un color celeste verdoso que se ajusta perfectamente a mi cuerpo, mi cabello esta perfectamente liso despues de que me pasé la alisadora, mis ojos resaltan más gracias al maquillaje que llevo, no es mucho pero sí lo necesario, me coloco mis tacones oscuros y cuando me voy dirijiendo a la sala el timbre suena.

Cuando abro la puerta unos ojos oscuros como la noche me estan observando sonriente.

-Pero que bella estas mi amor- saluda Dan envolviéndome en sus brazos.

-Gracias Dan, aunque tu tampoco te quedas atrás- le digo observándolo de pies a cabeza, lleva unos vaqueros oscuros, una camisa azúl remangada hasta los codos y sus zapatos negros brillantes.

-Ya lo sé, soy extremadamente guapo- dice guiñándome un ojo y ambos soltamos una carcajada, cierro la puerta de mi apartamento y nos dirijimos a su coche, me abre la puerta del pasajero y yo me acomodo en éste con un gracias, él hace una breve reverencia para luego dirijirse al asiento del piloto.

-Noche mágica, allá vamos!- grita mi amigo cuando emprendemos el viaje hacia el bar.

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Me alegro tanto de que Dan me haya insistido hasta convencerme de que vinieramos, estoy pasándola súper bien, al principio me sentía fuera de lugar pero luego de unos cuantos tragos y unos cuantos bailes, mi cuerpo empieza a sentirse ligero y me dejo llevar por el ritmo de la música, unos brazos varoniles rodean mi cintura.

-Hmmmm- ronronea una voz masculina en mi oido -Tu si que sabes moverte, preciosa, si así bailas entonces debes ser una completa fiera en la ca...- No termina la frase porque mi palma se estrella fuertemente contra su mejilla ocasionando que su rostro quede hacia un lado.

-Eres un maldito cerdo gilipollas, aléjate de mí, si te me vuelves a acercar, ésta vez no te daré una simple bofetada, te dejaré sin descendencias maldito- le gruño airada, Dan se acerca a mí fulminando con la mirada al tipo que acabo de abofetear, me toma del brazo y se saca del bar.

-Vámonos- dice metiéndome en el asiento del pasajero y dándo la vuelta hacia el asiento del piloto arrancando el auto bruscamente -Maldito imbécil, tenía tantas ganas de castrarlo, pero he decidido ahorrarnos el problema- dice en tono juguetón pero se que realmente está muy enojado y no dudo ni un segundo de las palabras que ha dicho.

-Lo sé- digo suspirando -Yo le he dando un bofetón, mañana despertará con mis dedos repintados en su mejilla- lo tranquilizo y él suelta una risotada.

-Lo sé, realmente te he sacado de allí porque se que si ése imbécil te seguía molestando iba a quedar castrado por tí- dice riendo.

>>Realmente es una lástima de que haya pasado eso el día que decidistes acompañarme después de casi haberte suplicado- susurra apenado -Espero que esto no llegue a quitarte las ganas de que en otra me vuelvas a acompañar- dice dándome una rápida mirada.

-No lo sé- respondo colocándome un dedo en mi barbilla como si lo estuviera pensando de verdad -Solo si realmente me dás una gran caja repleta de chocolates y golosinas- le digo y mi amigo sonrie de lado, bajamos del auto y empezamos a subir lss escaleras hacia mi piso.

-Creo que tendré que ir a secuestrar a Willy Wonka- dice tomando un tono de secuestrador y asesino en serie haciendo que ambos soltemos ruidosas carcajadas, nos abrazamos para evitar que lleguemos a besar el piso por lo borrachos que estamos, ni siquiera me había dsdo cuenta de que había alguien observando todo al lado de la puerta de mi apartamento hasta que me habla.

-Jessica Williams, que es todo ésto?- pregunta airado, los vellos de mi nuca se erizan violentamente y mi corazón se paraliza.

-Tu?- susurro con la voz entre cortada.

Hasta que tu llegaste a mi vida |Pausado|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora