Después de dos semanas de la ultima vez que había hablado con Kevin, sentí como una pequeña parte de mi vida había aprendido que realmente si perdemos a las personas cuando no se sienten valoradas, pero siendo real, ya lo veía venir. Sebastián me había advertido que Kevin no estaba conforme con mi actitud con el y que ya era hora de que nos alejamos, antes de que el saliera dañado. Yo no había querido herirlo como dicen. No era mi intención. Sebastian y yo aun nos seguiamos viendo, todos los días y cuando no nos veíamos estabamos hablando por celular. Aunque había días que el se desaparecía porque estaba con Jessica o Yamila, lo que me comenzaba a molestar por preferir a ellas por un rato que estar hablando conmigo, eran celos, pero celos sanos. Yo me veía con algún par de chicos, pero solo era eso, vernos una noche y luego juntarme con ellos como simples amigos, eran solo un polvo de un rato.
- ¿Crees que Yamila este muy arrepentida de haber estado con Marcelo? - Pregunto Sebastián, interrumpiendo mi momento de paz-
- Creo que no deberías reclamar nada, tu sales con Jessica- le dije abriendo mis ojos para mirar las estrellas-
- Ya descarte a Jessica, solo estoy con Yamila- me informo haciendo que mi boca se sellara-
- Creo que vas demasiado rápido con Yamila- hablé entre cortado-
- No la quiero para una relación- casi podía creer que estaba adivinando mi molestia -
- Pero en algún momento ella si va a querer- le advertí-
- Ella ya quiere- me miro- pero si yo quisiera tendría que dejar de verte, porque simplemente ella no cree en nuestra amistad, tendría que empezar a pasar mas tiempo con ella que con mis amigos, no podría usar mis frases de resentimiento porque se enojaría y todo eso me molesta, porque yo no confio en ella y nunca voy a confiar en ninguna mujer...
- Para- lo interrumpí inconscientemente- Entonces hablale claro o corta con ella antes de que salga lastimada- le aconseje-
- No quiere nada a medias, o somos o no somos- me conto- Y no soporto verla con otro.
El miro hacía otro lado como si la vergüenza se apoderara, me quede en silencio sintiendo emociones fuertes. Uno por ver a un hombre sintiendo algo por una mujer, otra porque el hombre que tenia sentimientos era Sebastian, y eran hacía una chica que ya lo habia decepcionado.
- Te estas enamorando- bromee-
- En verdad no, solo que la quiero solo para mi- se encogió de hombros-
- Quieres que ella este solo contigo y vos poder hacer lo que quieres- lo corregí para luego reír- ninguna mujer te bancara eso. La ley es mutua- le asegure-
- ¿Y tu que quieres? - pregunto mirándome con sus cejas arqueadas y sus ojos repletos de curiosidad-
- Un amigo que a su vez sea como mi novio, pero en realidad no estes en una relacion, pero no quiero que el este con otra y ni yo con otro. Quiero un compañero para día a día pero sin ninguna atadura. - Le explique-
- El sueño de todo hombre resultas ser si te confiesas así- hablo sin pensar-
- No es tan así como parece, siempre resultan con sentimientos entre medio- le dije encogiendome de hombros-
- entonces ¿eres quien rompe los corazón no enamorandote?- Pregunto parándose frente a mi- Eres como yo, pero siendo mujer.
Me quede mirando directo a sus ojos como si hubiera descubierto el universo, ese era el secreto de que nos llevamos tan bien. Ambos eramos dos jóvenes sin superar a sus ex's, yendo por la vida rompiendo corazones y sin confiar en nadie que nos rodee. Eramos dos enamorados de la vida, ambos pensábamos que el estar en pareja no era una necesidad en nuestras vidas, ambos pensábamos diferentes al resto.
- Creo que debemos tomar algo para limpiar nuestros sentimientos- reí bajando de la piedra evitando su cercanía-
- ¿Unas cervezas?-
- Unas cervezas.
Al cabo de la noche, yo me encontraba riendo sin parar mientras caminaba tomada de la mano de Sebastian caminando por el medio de la calle, y al igual de borracha que yo, se encontraba Sebastian a mi lado acompañándome hacía mi casa, aunque viviéramos a lado. Me senté en el porche de mi casa atrayendo a Sebastian a mi lado obligando a que se sentara junto a mi, apoye mi cabeza en su hombro de forma inconsciente, suerte que fuera demadrugada y nadie anduviera por las calles.
- No te enamores de Yamila- le pedí riendo-
- ¿Porque?- pregunto levantando mi cabello hacía atras-
- Porque ya no te vería mas y te estas volviendo muy especial para mi.
Mis palabras salían siendo arrastradas y mis manos sudaban junto a mi cuerpo que de repente comenzaba a temblar por los nervios de la oración que había pronunciado, me había confesado, me había puesto vulnerable ante mis sentimientos y eso no era normal viniendo de mi.
- Tu tambien eres muy especial para mi pequeña- dijo escondiendo mi rostro en su cuello- No te imaginas cuanto...
