No se como, ni cuando, ni en que momento pero en un abrir y cerrar de ojos, estaba sobre el pecho sudado de mi ex novio Juan. Había dejado plantado a Sebastian por acostarme con mi ex. Había roto con mis principios, pero es que aunque no lo deseara, Juan podía hacer de mi lo que quisiera. Tenia ese poder porque era el único hombre que me había echo sentir lo que era amor por alguien que no fuera mi familia o yo misma, lo amaba mas de lo que podía amarme a mi y ese era el problema, no debía ponerlo por delante de mi.
Para cuando mi mente logro procesar que lo que habia echo era un error, ya me sentía traicionada conmigo misma y no podría remediarlo así no mas. En completo silencio, sin mirarlo, sin hablarle y casi sin respirar me vestí para salir del dormitorio con el celular en mi mano, escribiendo un mensaje a Sebastián con la esperanza de que aun siguiera allí, pero claramente era tarde, casi 3 de la tarde, y no se encontraba en Linea.
- ¿Donde iras?- pregunto mi sobrino tomando mi brazo antes de que cruzara por la puerta-
- Debo hacer unos mandados, en un rato volveré- me puse a su altura y bese su pequeña frente-
El salio dando saltos hacía adentro y yo salí caminando fuera de la casa aun sin ningun rumbo, Tenia mierda en la cabeza, no estaba razonando con nada de lo que me encontraba haciendo en mi vida ¿acostarme con mi ex? ¡Dios! ¡Necesito cambiar ya!.
Luego de darme una ducha, secar mi cabello y vestirme decidí ver mi teléfono, y sentí una pequeña emoción al ver que Kevin al fin había enviado un mensaje. Pero a pesar de mis intentos de no dejar que la conversación muriera, poco a poco fue cayendo hasta solo enviarnos caritas, el no tenia labia para hablar. Sin embargo mi conversación con Sebastián se ponía cada vez mas interesantes, habíamos tocado diferentes tema, sobre drogas, armas, personas y ahora nuestra relaciones amorosas. El no era un santo, claramente, ahora salia con dos chicas Jessica y Yamila. Jessica era alguien que tenia hace 7 meses, y Yamila solo hace 2. Ambas se encontraban enamoradas de el. Demasiado enamoradas. Yo conte mi historia amorosa, pero mantuve oculto a mi ex, diciendo que hacía mucho no lo veía.
- Valeria ¿Puedes hacerme dos trenzas? - pregunte sintiendo mi cabello pesar por el calor-
- Si, siéntate aquí.
Ella me puso una silla mas alta y tomo un peine junto a dos gomitas de pelo. Mientras ella me hacía las trenzas Sebastián se bañaba y luego nos encontraríamos en la misma placita que habíamos estado en la mañana. Lo de nosotros para la vista de otras personas parecía que comenzábamos a salir como pareja, pero mi relacion con Sebastian realmente era de amistad sana, o eso esperaba que fuera con el tiempo. Aun nos faltaba mucho por conocernos y solo esperaba que el no se fijara en mi como algo mas, eso arruinaría todo. Al Valeria terminar con mis trenzas decidí por maquillarme un poco y cambiarme de ropa a algo mas femenino, era un poco vergonzoso siempre vestirme como si fuera un chico. Me maquille solo un poco, sin exagerar y me vestí con top color verde agua y unos shorts cortos de tiro alto, me coloque mis converse y decidí escribirle a Sebastián para encontrarnos e ir a la plaza.
- ¿segura que solo es tu amigo? - Pregunto Valeria sonriendo de forma picara-
- Solo amigos, lo juro- sonreí por su ignorancia-
Cuando ya nos encontrábamos en la placita riendo de la nada por el cigarrillo de marihuana que habíamos fumado, me sentía cómoda y libre, lo que me había faltado sentir en todo el día. Sebastián era un gran compañero, a pesar de nuestros minutos de silencio, eso no significaba que el quedaría en silencio, al rato salia con una nueva historia haciendome reír nuevamente, haciendo que comenzara a tomarle mas confianza y bajara mi guardia hacia la sociedad. El me estaba ablandado lentamente, sacando mi lado gracioso dejando mi seriedad a un lado. Mientras contaba mi historia de la vez que choque en auto, el me miraba directo a los ojos y mi boca riendo sin parar por lo idiota y exagerada me veía mientras contaba cada palabra, cada detalle y cada pequeño recuerdo de ese día, su sonrisa estaba expandida en su rostro, con sus ojos cafes brillando por la clara noche de verano que hacía hoy, siendo resaltados por sus largas pestañas. Esa era yo, siempre fijando cada detalle de los pequeños momentos de felicidad que se cruzaban en mi vida, y este era uno. Sola con un amigo que solo me provocaba risas, en el medio de una plaza oscura donde nadie sabia que nos encontrábamos, una noche de verano clara y estrellada, era un momento perfecto.
- Kevin decía que eras seria y egocéntrica- negó riéndose- Creo que eres todo lo contrario, sos humilde y divertida. De verdad- me sonrio arqueando sus cejas-
- Kevin no me conoce- admití- Solo conoce lo que yo quiero que conozca- solté las palabras como advertencia hacía el-
- Bueno yo creo que eres muy buena- confeso-
- Pero a veces no soy lo que parezco, falta conocerme Seba- di dos palmaditas en su hombro- No soy lo que aparento- reí -
- No todos somos nuestra primera apariencia.
