Y asi con el paso del tiempo y su indiferencia lograba mitigar un poco el gran sentimiento que albergaba en mi pecho por él.
Dolía.
Dolía su indiferencia y su ausencia cuando más lo necesitaba.
Sabías que podría ponerme mal.
No lo habían advertido.
Y habías prometido que estarías ahi para apoyarme.
Para consolarme.
Para darme fuerza.
Y para hacer mi carga más ligera.
Pero en cambio me habías dado aquella dolorosa mirada.
Oh esa horrible mirada.
Podía ver decepción.
Enojo.
Tristeza.
Esa mirada que había calado.
Y lo peor de todo.
Fue la primer mirada que me diste al entrar a la puerta del hospital...
Y fue ahi donde me di cuenta que a mi alma se le acababa de romper un pedazo...
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Cartas al final.
RandomNo sé si realmente alguien piense como yo en esta vida, tengo que admitir que entre los humanos puede que yo sea el espécimen más extraño. Levantarte cada mañana y verte al espejo con la ilusa esperanza de siempre, pero por desgracia siempre vez tu...