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Y después de ver sus actitudes indiferentes por algún tiempo deje de soñar despierta.

De verlo como mi principe azul.

De imaginarme un futuro juntos.

De estar ansiosa por su llamada.

De esperarlo siempre con impaciencia y recibirlo con una sonrisa.

Y comencé a verle como un ser humano más.

Le quité las virtudes que le atribuía sólo por el hecho de querer que fuera perfecto.

Deje de darle un lugar tan importante en mi vida y en mi corazón....

Me dolió.

Me dolió darme cuenta que él no era lo que yo creía, que me había mentido a mí misma.

Pero apesar de eso.....

Me sentí libre....

Me sentí en paz porque ya no dependía de una persona.

Porque ya no mantenía la absurda esperanza de que las cosas se arreglarán.

Ya no tenía que fingir alguien que no era.

Ya no me tendría que contener.

Porque a su lado, yo tenía que actuar como se suponía que debía hacerlo. Solía equivocarme algunas veces y te molestabas conmigo. Tú esperabas que fuera alguien que yo no era, y de alguna manera no quería ser.

Y ahi entendí que tú querías que fuera igual a ti, y yo simplemente no podía con eso sin sentir como mi alma se consumía.

Cartas al final.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora